He disfrutado de esta trilogia y la considero un lucido estudio de las relaciones y de la vida contemporánea, sencillo, sin pretensiones y por eso mismo destinado a durar como un clásico.
Sin embargo no pudo dejar de decepcionarme que esta ultima entrega perdiera parte del lirismo y lo metafórico de las anteriores.
Si bien la trama general de la película, las ambientaciones y muchos de sus diálogos siguen siendo excelentes la recurrente fijación con el humor grotesco de índole sexual, que puede parecer simpático un par de veces, se vuelve cansador y termina desluciendo y aniquilando el resto del clima de la película.
Lo que en las otras dos entregas estaba mezclado en su justa medida, el romanticismo y lirismo europeo con la practicidad y pragmatismo norteamericano queda sin duda inclinado lamentablemente al segundo grupo en esta película, lo cual no es en absoluto un paso positivo.