Si quieres aprender cine, deberías verte esta película para saber qué NO hacer; porque lo tiene todo.

Lo técnico:
Un guion vacío, insustancial y ridículo.
Unos colores a lo series Disney Channel con una saturación digna de la psicodelia. Si es de noche, pues grabamos a las 12 de la mañana, le metemos filtro azul y listo.
Una máquina de humo que ya quisieran muchas ferias tener. Había que amortizarla.
Unos focazos en mitad del campo de noche como si hubiese 12 lunas llenas alumbrando todo lo que necesitas.

Lo artístico:
Un grupo de amigos vacío y prototípicos.
Un padre que le sacará 10 años a los chavales, pero le pintamos unas canas y cuela.
Un malo que se teletransporta, que puede estar torturando a uno, y los que escapan y llevan 20 minutos corriendo se lo encuentran de frente.
Un baile coreografiado en un granero con láseres de fiesta donde aparece de repente medio pueblo bailando, y Telepizzas, claro, porque todos sabemos que las pizzas a domicilio llegan a cualquier lado y cómo no van a llegar a un granero perdido de la mano de Dios.
Sangre que no mancha, porque te pueden clavar pinchos en un brazo pero que no te quede luego la herida, o que toques a uno ensangrentado y tus manos estén limpias.
Niñas con habilidades especiales a lo Liam Neeson en 'Venganza'. Que lo mismo te calma a un psicópata como tiene una puntería que flipas y te desarma a la primera.
Y chavales que huyen como pollo sin cabeza, que creo que dan vueltas al rededor del mismo sitio constantemente.

En fin, podría seguir pero ya he perdido demasiado tiempo viendo esta purria como para seguir perdiendo el tiempo en alargar más la crítica.