Película de 1942 que está un poco olvidada pero que vale mucho la pena ver. No es la mejor película de Hitchcock, por supuesto, pero tiene un ritmo genial y unas escenas geniales, principalmente, la escena final en la estatua de la libertad que es una joya.

Las actuaciones no son maravillosas; pero tampoco son malas y la trama, aunque es un poco inverosímil en el aspecto de que el protagonista tiene mucha suerte para escapar, es buena y un tanto atrevida ya que estaban pasando por aquellos años algunos ataques a causa de la segunda guerra mundial.

Vale la pena verla.