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Voto de Ferdydurke:
1
7.4
11,660
Bélico. Aventuras. Comedia
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Tras capturar a un comando alemán, un apático pelotón norteamericano recupera el entusiasmo al enterarse de que el enemigo custodia una fortuna de dieciséis millones de dólares en lingotes de oro. El único problema es que se encuentra detrás de las líneas enemigas. (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un cruce o mezcla oligofrénica que no subnormal, tampoco nos pasemos, de Malditos bastardos, Corazones de acero y Los Panzers de la muerte o un homenaje poco encubierto a las Kelly de toda la vida del señor, las que limpian, para servirle, en off, censurado, todo ello, por el omnímodo patriarcado, de ahí el travestismo o tono u ocultamiento, de ahí que citen el hotel Majestic, donde en verdad trabajan estos hombretones de pelo en pecho que en realidad son mujeres de cuerpo entero disfrazadas a lo que salga, qué remedio, debajo llevan enaguas y bragas, Glen or Glenda, la caraba, sorpresa, sorpresa, Juego de lágrimas, corsé y cruzado mágico, cosas veredes, con faldas y a lo loco, aclarado, asunto o caso resuelto.
Por otra parte, nostalgia del estiercol, lo dicen claramente, fase anal, añoranza de la basura, anhelo o ansia de la caca de la vaca, deseo de rebozarse en la mierda como una croqueta, como en casa en ninguna parte, el regreso, a Ítaca, al abono primigenio.
Y, sobre todo, y final y definitivamente, una película gafapasta, solo para culturetas o pedantes o catedráticos del ser y la nada y el tiempo apta o adecuada progresa, para lectores avisados avispados de Joyce y/o fanáticos de Tarr para eso está, Béla para más señas, para dodecafonistas y solpagaitas rupturistas disruptivos rompeaguas y parteimperios, para seguidores de Paul Gascoigne, sibaritas y hermeneutas, con más diálogos que las obras completas de Rohmer y Woody Allen juntos y revueltos y con menos acción que las películas de Kiarostami o el mismo Bergman, ver crecer la hierba era esto y no otra cosa, poca broma, martirio y tentetieso, la elevación del aburrimiento a la categoría de arte avant la lettre avant garde avanti popolo y no como desdoro o error, sino como logro eximio, a conciencia, a puro huevo, a pelo, hay más entretenimiento y enjundia o vida alma y gozo en aquella cosa vertiginosa famosa de Warhol sobre el Empire State Building que en esta, tedio máximo eximio non plus ultra a tumba abierta, estamos locos.
Le sobran, de hecho, ciento veinte minutos, los primeros, me muero, solo el final, estrepitoso y grotesco, fin de fiesta por todo lo alto, tiene algún tipo de sentido o gracia y salero, qué menos, el resto mejor nos callamos, sin comentarios, no nos hagamos más daño, descanso.
Por otra parte, nostalgia del estiercol, lo dicen claramente, fase anal, añoranza de la basura, anhelo o ansia de la caca de la vaca, deseo de rebozarse en la mierda como una croqueta, como en casa en ninguna parte, el regreso, a Ítaca, al abono primigenio.
Y, sobre todo, y final y definitivamente, una película gafapasta, solo para culturetas o pedantes o catedráticos del ser y la nada y el tiempo apta o adecuada progresa, para lectores avisados avispados de Joyce y/o fanáticos de Tarr para eso está, Béla para más señas, para dodecafonistas y solpagaitas rupturistas disruptivos rompeaguas y parteimperios, para seguidores de Paul Gascoigne, sibaritas y hermeneutas, con más diálogos que las obras completas de Rohmer y Woody Allen juntos y revueltos y con menos acción que las películas de Kiarostami o el mismo Bergman, ver crecer la hierba era esto y no otra cosa, poca broma, martirio y tentetieso, la elevación del aburrimiento a la categoría de arte avant la lettre avant garde avanti popolo y no como desdoro o error, sino como logro eximio, a conciencia, a puro huevo, a pelo, hay más entretenimiento y enjundia o vida alma y gozo en aquella cosa vertiginosa famosa de Warhol sobre el Empire State Building que en esta, tedio máximo eximio non plus ultra a tumba abierta, estamos locos.
Le sobran, de hecho, ciento veinte minutos, los primeros, me muero, solo el final, estrepitoso y grotesco, fin de fiesta por todo lo alto, tiene algún tipo de sentido o gracia y salero, qué menos, el resto mejor nos callamos, sin comentarios, no nos hagamos más daño, descanso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Acabáramos, el oro es nuestro, nos quedamos con todo, a eso vinimos, los nazis, a más a más, son tontos, los franceses yugoslavos bosnios herzegovinos, gilipollas, pobre gente, pobres extras haciendo el indio con los banderines y la jarana a última hora por los bocadillos seguramente, Bienvenido, Míster Marshall balcánico, underground, y los Estados Unidos de América nos cagamos en todos ustedes, para variar, o vosotros, personalmente, súbditos, esclavos, cobayas, amaestrados, monos, salta, Simba, venga, anda.
Clint Eastwood frunce el ceño veintitrés veces, lo cual baja la media de toda su carrera, una mala noche o racha anotadora la tiene cualquiera.
Telly Savalas es majo, Donal Sutherland se gana la soldada con la mirada ahuevada y las minas del rey Salomón explotan cuando les da la gana, mi corazón por un reino o un lingote de esos.
Los gringos no solo te ganan las guerras, sino que además se hacen unas risas y se lo llevan crudo, la pasta gansa, el oro de Moscú, el anillo y lo que surja, ni Gila, puta cochina envidia la mía.
Histéricos.
Clint Eastwood frunce el ceño veintitrés veces, lo cual baja la media de toda su carrera, una mala noche o racha anotadora la tiene cualquiera.
Telly Savalas es majo, Donal Sutherland se gana la soldada con la mirada ahuevada y las minas del rey Salomón explotan cuando les da la gana, mi corazón por un reino o un lingote de esos.
Los gringos no solo te ganan las guerras, sino que además se hacen unas risas y se lo llevan crudo, la pasta gansa, el oro de Moscú, el anillo y lo que surja, ni Gila, puta cochina envidia la mía.
Histéricos.