El guardaespaldas. El quevincósner. Se acabaron las guardias. El otro. Vamos campo.
Rocoso thriller preñado de dolor y desesperación; poblado por almas heridas, bastante atormentadas, y mucha cicatriz de guerra.
Bancarrota. España se nos vino abajo. La gran crisis. Tanta estafa. La infinita deuda. Ni se puede ni se quiere pagar. Vienen los bárbaros a cobrase el precio, esos salvajes. Los bajos fondos y el gran capital son hermanos gemelos. Todos ladrones, sin guantes, a manos llenas, con el calzón bajado y cantando una serenata de nochebuena.
Película de deriva esquiva y errática que logra mantenerse en pie con mucha dignidad debido al cuidado de los detalles, a las buenas protagonistas interpretaciones (no como las de algunos lamentables secundarios), Belén y Roberto, a un guion forzado pero de hierro, a posibles incongruencias o inverosimilitudes bien resueltas, convincentemente.
Rasposa, dura, asfixiante. Escorpiones a fuego lento. No hay salida. Mucha mentira. Escasa, rala policía.