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Voto de Ferdydurke:
5
6.8
724
Romance. Comedia
Durante la Segunda Guerra Mundial, Washington ha visto notablemente incrementada su población y los problemas de alojamiento son cada vez mayores. Una chica se ve obligada a compartir su apartamento con dos hombres, lo cual provoca problemas de convivencia. Pero la situación se complicará todavía más cuando surge el amor entre ella y el más joven de sus huéspedes. (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Memorias de África.
Historias de Filadelfia o Washington.
Película bonita que habla del deseo, concretamente del femenino (de cuál si no), en todas su variadas abigarradas anchas formas, desde el más posesivo obsesivo (el de ella que no quiere que le hagan ni siquiera sombra la competencia las mujeres del pasado de él, quiere ser la primera y única de la lista, el punto cero, celosa hasta de los fantasmas o las vagas imaginaciones, Buñueliana) hasta el más indiscriminado masivo (cómo silban y jalean, mujeres en celo, tal cual albañiles a primera hora de la mañana en la famosa obra, al chico u hombre que por delante de ellas pasa, ¿acoso sexual si acaso por tanto?; cómo graznan o se comen a Joel McCrea con la mirada y todos los de su piel poros en el restaurante o lo que aquello sea, ¿sexual acoso por tanto si acaso?), y lo hace con gracia y salero (bueno, hasta la última media hora que, con la aparición estelar, cómo no, del FBI, patina y desbarra lamentablemente, se hace un lío la picha para nada, se repite y cansa, se entontece y da lástima, da merodeos y revueltas para joder la marrana y enmarañar la madeja y conducir la historia de mala cansina manera), inteligencia y desparpajo, es por tanto ella, por todo ello, una obra claramente erótica o calenturienta, de alto voltaje sexual, hoy diríamos pornográfica (en comparación con nuestra mojigata y puritana pacata represiva hipócrita mirada todo lo es), en aquel entonces picante o sexy y chic solamente, más que suficiente. Cuando una mujer quiere o desea (besa de veras, ya sea española o del norte de América, América), no se para en barras, no conoce ni se detiene, caiga quien caiga, torpedea, pobre(s) hombre(s), los machos agárrate.
Y es una película comunista (por eso Pendergast es el peor y más ridículo personaje, porque es el gran capitalista especulador tiburón financiero, sin hilo puntadas, no dan, abasto), sin duda ni ofensa, proclama o postula y exige la negación de la propiedad privada (sí, Okupa, arrea, anda), aboga por la repartición solidaria del metro cuadrado habitacional o habitable, nadie es más que nadie y la casa propia es un robo al camarada, una afrenta a la comunidad y a la humanidad entera, un mito burgués caducado, una anacrónica paparrucha arqueológica perteneciente al pasado más nefando, antigualla polvorienta, lo tuyo es mío y lo mío es de todos, todos somos iguales poco más o menos, vamos.
Y una película religiosa o angélica, nos cuenta las aventuras o andanzas y avatares e industrias de un ángel caído del cielo (aunque parezca más bien a todas luces oscuridades un diablo cojuelo) en busca de su recompensa, de sus alas, que, para conseguirlas, deberá hacer de las suyas, trastadas que no jeremiadas, de Celestino o Cupido, destruir lo dado, construir un nuevo amor de la nada, perversidad, Las relaciones peligrosas.
Historias de Filadelfia o Washington.
Película bonita que habla del deseo, concretamente del femenino (de cuál si no), en todas su variadas abigarradas anchas formas, desde el más posesivo obsesivo (el de ella que no quiere que le hagan ni siquiera sombra la competencia las mujeres del pasado de él, quiere ser la primera y única de la lista, el punto cero, celosa hasta de los fantasmas o las vagas imaginaciones, Buñueliana) hasta el más indiscriminado masivo (cómo silban y jalean, mujeres en celo, tal cual albañiles a primera hora de la mañana en la famosa obra, al chico u hombre que por delante de ellas pasa, ¿acoso sexual si acaso por tanto?; cómo graznan o se comen a Joel McCrea con la mirada y todos los de su piel poros en el restaurante o lo que aquello sea, ¿sexual acoso por tanto si acaso?), y lo hace con gracia y salero (bueno, hasta la última media hora que, con la aparición estelar, cómo no, del FBI, patina y desbarra lamentablemente, se hace un lío la picha para nada, se repite y cansa, se entontece y da lástima, da merodeos y revueltas para joder la marrana y enmarañar la madeja y conducir la historia de mala cansina manera), inteligencia y desparpajo, es por tanto ella, por todo ello, una obra claramente erótica o calenturienta, de alto voltaje sexual, hoy diríamos pornográfica (en comparación con nuestra mojigata y puritana pacata represiva hipócrita mirada todo lo es), en aquel entonces picante o sexy y chic solamente, más que suficiente. Cuando una mujer quiere o desea (besa de veras, ya sea española o del norte de América, América), no se para en barras, no conoce ni se detiene, caiga quien caiga, torpedea, pobre(s) hombre(s), los machos agárrate.
Y es una película comunista (por eso Pendergast es el peor y más ridículo personaje, porque es el gran capitalista especulador tiburón financiero, sin hilo puntadas, no dan, abasto), sin duda ni ofensa, proclama o postula y exige la negación de la propiedad privada (sí, Okupa, arrea, anda), aboga por la repartición solidaria del metro cuadrado habitacional o habitable, nadie es más que nadie y la casa propia es un robo al camarada, una afrenta a la comunidad y a la humanidad entera, un mito burgués caducado, una anacrónica paparrucha arqueológica perteneciente al pasado más nefando, antigualla polvorienta, lo tuyo es mío y lo mío es de todos, todos somos iguales poco más o menos, vamos.
Y una película religiosa o angélica, nos cuenta las aventuras o andanzas y avatares e industrias de un ángel caído del cielo (aunque parezca más bien a todas luces oscuridades un diablo cojuelo) en busca de su recompensa, de sus alas, que, para conseguirlas, deberá hacer de las suyas, trastadas que no jeremiadas, de Celestino o Cupido, destruir lo dado, construir un nuevo amor de la nada, perversidad, Las relaciones peligrosas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Casa tomada. Al final descubren con horror (Scarface) que las muchedumbres histéricas famélicas lisérgicas garrulas violentas libertarias y despiadadas han asaltado los cielos y, ya de paso, el palacio de invierno, que están a punto de conquistar Versalles con María Antonieta y Luis XVI dentro y de pasarlos, guillotina mediante, por la piedra y tentetieso de la historia, a un paso suspiro de asesinar a sangre fría a toda la familia de los Romanov, pavoroso, tétrico, espantoso.
¡Viva la Revolución! Arriba, parias de la tierra.
Clarence ya tiene alas (o cola de caballo demonio, cuernos y rabo, el minotauro) y puede subir al cielo o bajar al infierno, lo que más quiera o desee, libre albedrío, barra, y el soldado japonés, espía infiltrado del imperio de sol, Desayuno con diamantes, kamikaze, dejará África como un erial o un solar, de media capa, El hombre que pudor reinar, así ahora están, pagando las consecuencias de su paso previo, tal cual, ella, la gata sobre el tejado de zinc caliente, la mujer pantera, llora que te llora y ríe que te ríe como aquella felina prima Flora.
Es decir, final feliz. Se casaron y comieron perdiz.
Lo de follar si eso en otra ventanilla, mejor (lo dejamos para) otro día.
Puertas, El doctor Zhivago y el diario de/en Lolita.
¡Viva la Revolución! Arriba, parias de la tierra.
Clarence ya tiene alas (o cola de caballo demonio, cuernos y rabo, el minotauro) y puede subir al cielo o bajar al infierno, lo que más quiera o desee, libre albedrío, barra, y el soldado japonés, espía infiltrado del imperio de sol, Desayuno con diamantes, kamikaze, dejará África como un erial o un solar, de media capa, El hombre que pudor reinar, así ahora están, pagando las consecuencias de su paso previo, tal cual, ella, la gata sobre el tejado de zinc caliente, la mujer pantera, llora que te llora y ríe que te ríe como aquella felina prima Flora.
Es decir, final feliz. Se casaron y comieron perdiz.
Lo de follar si eso en otra ventanilla, mejor (lo dejamos para) otro día.
Puertas, El doctor Zhivago y el diario de/en Lolita.