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Voto de Ferdydurke:
2
7.2
13,801
Intriga. Drama
En 1972, dos jóvenes periodistas del diario The Washington Post, Bob Woodward (Robert Redford) y Carl Bernstein (Dustin Hoffman), comienzan a investigar lo que parece ser un simple allanamiento del cuartel general del Partido Demócrata en Washington. Sus descubrimientos desencadenan el llamado 'caso Watergate', que provocó la dimisión del presidente Richard Nixon. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2024
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la mierda. Garganta profunda.
No, si al final te pones a investigar como si la vida te fuera en ello tan concienzudamente, jugándote el pellejo, el honor y la hacienda, la estirpe y el apellido, y acabas, bingo, descubriendo una verdad incómoda, un terrible secreto, tormento y tentetieso, que los reyes magos son los padres, que al final te mueres, que los políticos mienten y los presidentes del mundo libre, sobre todo si son republicanos, casualmente, no son tan buenos al fin y al cabo, no están limpios de polvo y paja, como pareciera o deberían, no somos nada, el acabose, susto o muerte, de esta no te recuperas para los restos, trauma, directo al llanto y crujir de dientes, al alcoholismo o el pegamento, a rasgarte las vestiduras y darte golpes de pecho, insoportable, yo me bajo, no puedo más con esto, me rindo.
Que el ayudante del ayudante del conserje de alguien pagó al ayudante del ayudante del ayudante del conserje de alguien para que espiara al ayudante del ayudante del conserje de alguien que en realidad obedecía al ayudante del ayudante del conserje de alguien que tenía relación crematística espuria con el ayudante del ayudante del conserje de alguien que en verdad de la buena era el mismímisimo de los cojones, con toda su mayor plana al dente, presidente en persona personalmente, apasionante, sorprendente, escalofriante, acojonante, la caraba y el carajo, ese menda lerenda o fulano, descubierto, atrapado, para no creer ni en los padres de la Iglesia y todos los ángeles o santos.
Caso resuelto. Pasen y vean.
La edad de la inocencia. Los santos inocentes. Cándido. Criaturitas. Benditos. Nenes. Guardería. La edad del pavo. Pero oiga, oye, que lo hacemos por la libertad de prensa y por el futuro de América siempre lo primero la primera que es lo que más o único que nos importa y a lo que todos nos dedicamos con toda el alma y el corazón.
Me saco los ojos y me corto las orejas. Escudriño las esquinas no vaya a ser que a última hora ja me maten los cabrones estos felones, pongo música clásica alta para que no me escuchen que estoy intervenido por tierra, mar y aire yuyu, acoso.
En España, tierra de promisión, cada puto segundo de cada jodido minuto pasan cosas millones de veces muchísimo peores que estas tan parvas o romas sin necesidad de investigar nada, luz y taquígrafos, a pelo pecho descubierto, por mis cojones morenos sabino que los arrollo, los propios responsables alardean de sus infinitas perrerías fechorías noche y día y aquí no ha pasado nada, circulen, sigan, para que aprendan los gringos lerdos, al contrario, se lo celebran o premian o aplauden votan y dan puestos, pasta y cargos a cambio por los servicios prestados más a más como dios manda mientras el pueblo asiente o mira para otro lado, pobres yanquis que se ve que viven o vivían antes más si cabe en un estado precivilizatorio, con el tam tam, señales de humo, en busca del fuego, en un estado todavía no del todo humano, con entre las piernas el rabo, a oscuras, dando palos de ciego los pobres, qué gente o imperio, qué burra virginidad vulgaridad, qué pena y que vergüenza que nos dan.
En diez minutos, justo los últimos concretamente, se podría haber contado/resuelto la película entera y no nos hubiésemos perdido absolutamente nada, paja, morralla, ínfulas, grasas, eso que hubiéramos ganado o nos hubiésemos ahorrado, desgracia, tortura. El resto es purrela repetitiva vacía con ávidas pretensiones ansias de nada, con un leve afán de dar cierto interés o intríngulis suspense pasión a lo que no lo tiene por ningún lado, cuento bobo niño, sería, en pocas palabras, como tratar en una fiesta de disfraces, carnaval, carnaval, farsa grotesca, de escandalizarse mucho y muy fuerte tras ponerse a investigar perentoria denodadamente con todo lujo de detalles la causa primera o el porqué de la razón que llevó a Ricardo o Juanito o a cualquier otro mamarracho, mequetrefe, mandado o muñequito vestido de vaquero a utilizar o poner cuchillos jamoneros para más señas en lugar de pistolas como mandan los cánones o la decencia o el saber estar en las cartucheras, pues eso, misterio, qué pasará esta noche, que el tabaco mata y los impuestos no siempre son para hospitales y carreteras, que los deportistas se dopan a mala idea y las putas cobran más que gozan me sacas de una duda muy tetuda, qué espanto, jamás lo hubiera imaginado, la gente juega.
No, si al final te pones a investigar como si la vida te fuera en ello tan concienzudamente, jugándote el pellejo, el honor y la hacienda, la estirpe y el apellido, y acabas, bingo, descubriendo una verdad incómoda, un terrible secreto, tormento y tentetieso, que los reyes magos son los padres, que al final te mueres, que los políticos mienten y los presidentes del mundo libre, sobre todo si son republicanos, casualmente, no son tan buenos al fin y al cabo, no están limpios de polvo y paja, como pareciera o deberían, no somos nada, el acabose, susto o muerte, de esta no te recuperas para los restos, trauma, directo al llanto y crujir de dientes, al alcoholismo o el pegamento, a rasgarte las vestiduras y darte golpes de pecho, insoportable, yo me bajo, no puedo más con esto, me rindo.
Que el ayudante del ayudante del conserje de alguien pagó al ayudante del ayudante del ayudante del conserje de alguien para que espiara al ayudante del ayudante del conserje de alguien que en realidad obedecía al ayudante del ayudante del conserje de alguien que tenía relación crematística espuria con el ayudante del ayudante del conserje de alguien que en verdad de la buena era el mismímisimo de los cojones, con toda su mayor plana al dente, presidente en persona personalmente, apasionante, sorprendente, escalofriante, acojonante, la caraba y el carajo, ese menda lerenda o fulano, descubierto, atrapado, para no creer ni en los padres de la Iglesia y todos los ángeles o santos.
Caso resuelto. Pasen y vean.
La edad de la inocencia. Los santos inocentes. Cándido. Criaturitas. Benditos. Nenes. Guardería. La edad del pavo. Pero oiga, oye, que lo hacemos por la libertad de prensa y por el futuro de América siempre lo primero la primera que es lo que más o único que nos importa y a lo que todos nos dedicamos con toda el alma y el corazón.
Me saco los ojos y me corto las orejas. Escudriño las esquinas no vaya a ser que a última hora ja me maten los cabrones estos felones, pongo música clásica alta para que no me escuchen que estoy intervenido por tierra, mar y aire yuyu, acoso.
En España, tierra de promisión, cada puto segundo de cada jodido minuto pasan cosas millones de veces muchísimo peores que estas tan parvas o romas sin necesidad de investigar nada, luz y taquígrafos, a pelo pecho descubierto, por mis cojones morenos sabino que los arrollo, los propios responsables alardean de sus infinitas perrerías fechorías noche y día y aquí no ha pasado nada, circulen, sigan, para que aprendan los gringos lerdos, al contrario, se lo celebran o premian o aplauden votan y dan puestos, pasta y cargos a cambio por los servicios prestados más a más como dios manda mientras el pueblo asiente o mira para otro lado, pobres yanquis que se ve que viven o vivían antes más si cabe en un estado precivilizatorio, con el tam tam, señales de humo, en busca del fuego, en un estado todavía no del todo humano, con entre las piernas el rabo, a oscuras, dando palos de ciego los pobres, qué gente o imperio, qué burra virginidad vulgaridad, qué pena y que vergüenza que nos dan.
En diez minutos, justo los últimos concretamente, se podría haber contado/resuelto la película entera y no nos hubiésemos perdido absolutamente nada, paja, morralla, ínfulas, grasas, eso que hubiéramos ganado o nos hubiésemos ahorrado, desgracia, tortura. El resto es purrela repetitiva vacía con ávidas pretensiones ansias de nada, con un leve afán de dar cierto interés o intríngulis suspense pasión a lo que no lo tiene por ningún lado, cuento bobo niño, sería, en pocas palabras, como tratar en una fiesta de disfraces, carnaval, carnaval, farsa grotesca, de escandalizarse mucho y muy fuerte tras ponerse a investigar perentoria denodadamente con todo lujo de detalles la causa primera o el porqué de la razón que llevó a Ricardo o Juanito o a cualquier otro mamarracho, mequetrefe, mandado o muñequito vestido de vaquero a utilizar o poner cuchillos jamoneros para más señas en lugar de pistolas como mandan los cánones o la decencia o el saber estar en las cartucheras, pues eso, misterio, qué pasará esta noche, que el tabaco mata y los impuestos no siempre son para hospitales y carreteras, que los deportistas se dopan a mala idea y las putas cobran más que gozan me sacas de una duda muy tetuda, qué espanto, jamás lo hubiera imaginado, la gente juega.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sí, Nixon a la puta calle, muerto el perro se acabó la rabia, y aquí paz y después gloria, nunca mais (se sepa).
Es como aquella película más o menos reciente en la que nos contaban cómo las altas esferas británicas se ponían a debatir moralmente sobre la conveniencia o no de lanzar un ataque feroz aéreo contra un objetivo en el que estaba afectada una niña santa con peligro de perder la vida en tan desgraciada circunstancia, lo mismo, o parecido, la ética y el poder y lo que te rondare morena o de cómo las buenas personas no siempre son las que mandan a pesar de todo, vocación de servicio, o sí, pero claramente las que obedecen, obvio, y cómo, sobre todo, todos están preocupadísimos por ello, el quilombo, el gatuperio, no pegan ojo, no descansan ni duermen o cagan al respecto de tamaño lío engendro, seguro.
Viva el cuarto poder, y Cuba libre, por lo que más quieras, coño.
¿Quién era el dueño del Washington Post, qué opinaba, a qué dedicaba el tiempo libre?
Es como aquella película más o menos reciente en la que nos contaban cómo las altas esferas británicas se ponían a debatir moralmente sobre la conveniencia o no de lanzar un ataque feroz aéreo contra un objetivo en el que estaba afectada una niña santa con peligro de perder la vida en tan desgraciada circunstancia, lo mismo, o parecido, la ética y el poder y lo que te rondare morena o de cómo las buenas personas no siempre son las que mandan a pesar de todo, vocación de servicio, o sí, pero claramente las que obedecen, obvio, y cómo, sobre todo, todos están preocupadísimos por ello, el quilombo, el gatuperio, no pegan ojo, no descansan ni duermen o cagan al respecto de tamaño lío engendro, seguro.
Viva el cuarto poder, y Cuba libre, por lo que más quieras, coño.
¿Quién era el dueño del Washington Post, qué opinaba, a qué dedicaba el tiempo libre?