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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
7
Romance. Drama La historia tiene lugar en el siglo XIX y explora las relaciones entre los miembros de la alta sociedad rusa. Ana Karenina, una mujer de la alta sociedad que se enamora del joven y apuesto oficial Vronski, abandona a su esposo y a su hijo para seguir a su amante. Nueva adaptación de la novela de León Tostói. (FILMAFFINITY)
7 de febrero de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No habrá paz para los malvados. El tren. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? La siega del heno. Taskent.
Deliciosa versión del clasicazo ruso. Ligera, hermosa, juguetona, tontorrona.
Desacraliza y se divierte, tantea y corrompe, es un acercamiento tan inteligente como libre; es sana una mirada irreverente cuando hablamos de obras demasiado visitadas.
Teatraliza, la vida como un inmenso vodevil o enorme cabaret de lujo o teatro de variedades, llena de puertas que se abren a otra dimensión y cierran a cal y canto la ilusión, de decorados, equívocos y muchas interpretaciones.
El amor, como todo lo demás, es muy especialmente un contrato social, solo tiene sentido dentro de la comunidad, si asume y respeta las reglas del juego o grupo, de lo contrario es nada, algo efímero, un desahogo vano condenado de antemano al absurdo y el oprobio, también al mucho aburrimiento, un mero y mecánico, finalmente melancólico intercambio de fluidos humanos.
El problema no es la infidelidad, a todo el mundo le hubiera parecido estupendamente eso, los cuernos de Karenin, a él mismo con más ahínco que a ninguno, de hecho, se lo da a entender de todas las maneras posibles a ella, pero nada, es terca y necia la puñetera, como una mula, pero al resto igual, vemos al hermano de Vronski con una amante casada que se lo toma todo a guasa, la madre de Vronski le dice que la aventura de un joven prometedor con una casada es lo más trivial y tedioso del mundo como rito de paso necesario y que hasta da cierto prestigio, o el hermano de Ana lo mismo, una detrás de otra y no pasa nada porque no pretende irse de casa ni vivir apasionada y libremente sus líos de faldas, sabe que no tienen la más mínima importancia, que lo que cuenta realmente es lo de casa, lo que se lleva su dinero y su tiempo mayormente, su alegría y su pena si las hubiera, hasta en la última salida de la pareja una lo expresa con mayor claridad todavía, con más precisión si cabe, a mí no me importa que sea una criminal, dice, lo que sí que no puedo perdonar o aceptar es que no respete las reglas, es decir, la tribu está dispuesta a aceptar perfectamente cualquier aberración, inmoralidad, barbarie o crimen nefando si conviene (no es conveniente le dice Law, pues eso, folla con Vronski si quieres o te apetece, pero con discreción por lo menos, vuelve a casa por las noches y disimula un poco, haz, por favor, ese pequeño esfuerzo) a su gente o si por lo menos no daña sus intereses, da igual lo que se haga, por muy espantoso que sea, pero lo que no se puede permitir es que se trasgredan las normas que ese grupo se ha dado a sí mismo con el único fin de intentar mantener toda su fuerza y poder (pensar en "La Regenta" o "La edad de la inocencia" parece obvio a este respecto). Lo que no entiende o no quiere o no puede entender Ana es que no se puede tener todo a la vez (es como un tren sin frenos, es consciente, tiene muchos momentos de lucidez, sabe que la única manera de salvarse de la tentación es caer de bruces en ella, que diría el tito Óscar, y así hace una y otra vez la condenada hasta el morrocotudo final que rima hábilmente con el principio), no respetar al clan al que perteneces dándote todos los gustos y saltándote todas sus leyes y a la vez querer mantener intactos todos tus privilegios. Pues no. El problema no fueron los cuernos, lo malo fue lo siguiente, todo lo demás, el, digámoslo así, deseo de vivir en la verdad, sin hipocresía ni fingimiento ninguno, a tumba abierta, sin todo el horrible esfuerzo que supone mantener la comedia, sin tragar esa bilis, es en ese sentido como una mimada niña pequeña sin disciplina, lo erróneo fue la necesidad de humillar en privado y, sobre todo, en público al marido, sin querer renunciar al prestigio, posición o dinero que él aportaba, lo mismo que esa actitud kamikaze, como se ve claramente por la reacción de ellas, supone una clara amenaza para el resto, especialmente para las mujeres, que sienten tambalearse el statu quo, ya que indirectamente pone en peligro con su errático comportamiento el supuesto decoro de las otras, ya que supone un contraste insoslayable que denuncia el juego de las demás y de ese modo complica que puedan seguir con sus amantes tan tranquilamente, si los hubiera, o incluso temen que pueda llegar a dar alas a sus maridos o posibles parejas y que de ese modo las abandonen descaradamente por otras más apetitosas, que les dé por imitarla y sientan que todo el monte es orégano y así todo se venga abajo, sin mantener las más mínimas formas, por eso la desprecian incluso con más ira y descaro que ellos, por el miedo cerval que sienten a que explote todo por los aires y se lleve por delante todo su bienestar de clase, todos sus vicios privados y virtudes públicas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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