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Voto de Ferdydurke:
3
6.4
14,502
Comedia. Drama. Romance
Tess (Melanie Griffith), una joven neoyorquina de origen humilde, acude todos los días a su oficina dispuesta a luchar con uñas y dientes para alcanzar y superar cuanto antes el nivel de sus jefes. Sin títulos académicos, formación profesional ni posición social, es una más de la treinta secretarias que trabajan en la empresa Petty Marsh, pero ella desea desesperadamente un empleo mejor. (FILMAFFINITY)
5 de abril de 2024
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Working class heroe.
Hay una escena que resume la película entera, tengo algo que decirte, le comenta ella a él en la mayor intimidad carnal, a punto de caramelo, de sincerarse y largarlo todo..., y suena el teléfono y... cambia de idea... y no.
Ese momento, confesión del delito del mentiroso bueno al amado, por las circunstancias interrumpido, lo pones igual, exacto, en otro trillón de películas de Jólivud y no notas la diferencia.
O qué decir de aquella en la que toda la claque o platea aplaude/se maravilla/orgasma ante el beso de la pareja protagonista, es como si la película, en ese y todo sentido, estuviera haciendo una parodia de sí misma, como si tuviera claro que es comida rápida basura recalentada del día anterior y del siglo previo que para soportarla sin morir en el intento y poder hincarle el diente o comérsela se la tienen que tomar a guasa, reírse de sí misma, si no, no hay manera, no entra, vomitas. Caricatura. Sátira.
Flashdance, Oficial y caballero, Pretty Woman en esos ochenta o finales, en plena decadencia soviética, los últimos estertores de la bestia, en la despedida/caída/explosión/implosión del comunismo y el éxtasis paroxismo del capitalismo, fin de partida, cruce de caminos, Freud y Marx se daban la mano, Buffy Buffet y Soft Sade se hacían la picha un lío, todos juntos, los cuatro como hermanos se iban de copas, follaban a ratos, hacían negocios, se daban por culo, ello, eso, el sexo y el momio, el dinero y el coito, el deseo y el trapicheo, cama y bolsa, coca y polla, mujeres, en este caso, que ascendían en la escala social gracias a su talento y a su polvo o polvazo a través de hombres empanados que estaban por encima de ellas no solo sexualmente, sino también social económicamente y que necesitaban un buen chute de carne más o menos fresca o joven, un electroshock de arribismo sexual para reanimarse o confirmarse y/o salir del profundo coma, Richard Gere, ese muertazo tan chulesco, Harrison Ford con su sempiterna cara de asco, el otro del que ya nadie se acuerda ni yo quiero o creo, en fin, Cenicienta, Blancanieves, la reina mala, espejito, espejito, modelito, modelito, pelito y pelazo, tetas y culo, cuentecicos para niños rijosos de seis años que sueñan con ovejas eléctricas o andobas prietas y para niñas color de rosa que esperan a príncipes azules que las saquen del barro y las rediman de su inveterada pobreza o modulen empalmen catapulten los Rainieros o Greys de turno, los Cristiano Ronaldo o Briatore, esa tropa, sororidad mediante, que no falte, donde esté una mujer, una camarada, una compañera, una amiga, una amante, quién sabe, que se quite cualquiera, todo lo demás, evidente.
La trama es ridícula, el guion es fullero, más trampas que un gobierno, la moral es de derribo, cochambre, la moraleja subnormal, pero sí, ella estaba tremenda/mente guapa (en un momento dado la ponen, visten/peinan, igual que a su madre Marnie, la ladrona) y tiene un par de canciones chulas además de la ya citada por todos, I´m so excited y Lady in red, y simpática o atractiva de todas las maneras posibles e imposibles y él a su modo pedazo de carne con ojos igualmente, to güeno, hasta la andrógina Sigourney y la cachonda Cusack o el macarra Baldwin y sus novia desnuda.
Showgirls sería otra (posterior) referencia directa, hay que pisar cabezas para subir como la espuma, no queda otra, o tú o ella, empujón y escalón, ahí que vas, por la lanzadera.
O El apartamento, esa obra maestra comedia sórdida desolada pavorosa, hay que putear a diestro y siniestro, la oficina es un burdel totémico garrulo y un emporio venéreo verdoso, lo peor de cada casa coso.
Hay una escena que resume la película entera, tengo algo que decirte, le comenta ella a él en la mayor intimidad carnal, a punto de caramelo, de sincerarse y largarlo todo..., y suena el teléfono y... cambia de idea... y no.
Ese momento, confesión del delito del mentiroso bueno al amado, por las circunstancias interrumpido, lo pones igual, exacto, en otro trillón de películas de Jólivud y no notas la diferencia.
O qué decir de aquella en la que toda la claque o platea aplaude/se maravilla/orgasma ante el beso de la pareja protagonista, es como si la película, en ese y todo sentido, estuviera haciendo una parodia de sí misma, como si tuviera claro que es comida rápida basura recalentada del día anterior y del siglo previo que para soportarla sin morir en el intento y poder hincarle el diente o comérsela se la tienen que tomar a guasa, reírse de sí misma, si no, no hay manera, no entra, vomitas. Caricatura. Sátira.
Flashdance, Oficial y caballero, Pretty Woman en esos ochenta o finales, en plena decadencia soviética, los últimos estertores de la bestia, en la despedida/caída/explosión/implosión del comunismo y el éxtasis paroxismo del capitalismo, fin de partida, cruce de caminos, Freud y Marx se daban la mano, Buffy Buffet y Soft Sade se hacían la picha un lío, todos juntos, los cuatro como hermanos se iban de copas, follaban a ratos, hacían negocios, se daban por culo, ello, eso, el sexo y el momio, el dinero y el coito, el deseo y el trapicheo, cama y bolsa, coca y polla, mujeres, en este caso, que ascendían en la escala social gracias a su talento y a su polvo o polvazo a través de hombres empanados que estaban por encima de ellas no solo sexualmente, sino también social económicamente y que necesitaban un buen chute de carne más o menos fresca o joven, un electroshock de arribismo sexual para reanimarse o confirmarse y/o salir del profundo coma, Richard Gere, ese muertazo tan chulesco, Harrison Ford con su sempiterna cara de asco, el otro del que ya nadie se acuerda ni yo quiero o creo, en fin, Cenicienta, Blancanieves, la reina mala, espejito, espejito, modelito, modelito, pelito y pelazo, tetas y culo, cuentecicos para niños rijosos de seis años que sueñan con ovejas eléctricas o andobas prietas y para niñas color de rosa que esperan a príncipes azules que las saquen del barro y las rediman de su inveterada pobreza o modulen empalmen catapulten los Rainieros o Greys de turno, los Cristiano Ronaldo o Briatore, esa tropa, sororidad mediante, que no falte, donde esté una mujer, una camarada, una compañera, una amiga, una amante, quién sabe, que se quite cualquiera, todo lo demás, evidente.
La trama es ridícula, el guion es fullero, más trampas que un gobierno, la moral es de derribo, cochambre, la moraleja subnormal, pero sí, ella estaba tremenda/mente guapa (en un momento dado la ponen, visten/peinan, igual que a su madre Marnie, la ladrona) y tiene un par de canciones chulas además de la ya citada por todos, I´m so excited y Lady in red, y simpática o atractiva de todas las maneras posibles e imposibles y él a su modo pedazo de carne con ojos igualmente, to güeno, hasta la andrógina Sigourney y la cachonda Cusack o el macarra Baldwin y sus novia desnuda.
Showgirls sería otra (posterior) referencia directa, hay que pisar cabezas para subir como la espuma, no queda otra, o tú o ella, empujón y escalón, ahí que vas, por la lanzadera.
O El apartamento, esa obra maestra comedia sórdida desolada pavorosa, hay que putear a diestro y siniestro, la oficina es un burdel totémico garrulo y un emporio venéreo verdoso, lo peor de cada casa coso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Si quieres, puedes, cualquier pringado de cuerpo (pecado) entero puede conseguirlo (financieramente), por supuesto, pasar de una jaula a otra, del piso dieciséis al diecisiete, de llevar y traer cafés a tomarlos tú mismo o misma, con azúcar y leche, el sueño americano (o español) de todo pichi que se precie, El lobo de Wall Street, la zanahoria, el palo y tentetieso, la píldora, la roja y la azul, qué más da, la calderilla, las migas del banquete, las sobras y el perrete, el tornillo, el engranaje, el placebo, la palmada en la espalda de los que mandan por haber aprendido tan bien la lección, muchacho o muchacha, por buen comportamiento, por aprender a bailar el son al sol que más calienta, por saber convertirte en el nuevo kapo bajo del campo de concentración no tan alto, si no lo haces tú, quién lo va a hacer, lo hará cualquier otro, vamos, sorber, chupar, morder, (abran) juego.
Fantasmada y la voz de tonta a lista en el doblaje cambia a lo que salga se desmadra.
El tópico de hemos dormido juntos, pero no ha pasado nada.
La casualidad/causalidad de que sea el mismo novio negocio de las dos el mismo y el otro.
Fantasmada y la voz de tonta a lista en el doblaje cambia a lo que salga se desmadra.
El tópico de hemos dormido juntos, pero no ha pasado nada.
La casualidad/causalidad de que sea el mismo novio negocio de las dos el mismo y el otro.