Entretenida película de aventuras más o menos fantásticas, que está considerada como la mejor que se ha hecho en el cine con el fascinante reino de la Atlántida como leif motiv.
Y si digo que puede considerarse fantástica es por ello, por ser la Atlántida el lugar donde se desarrollan los hechos, un lugar del que se ha escrito, leído y oído mucho, pero al parecer no es más que una leyenda, fascinante pero leyenda.

Lo cierto es que está bien, conteniendo un clímax envolvente de sensualidad y decadencia al mismo tiempo, con un evidente hálito trágico donde los personajes están presos de sus deseos y ambiciones.

No obstante, y dado que se ha dicho y repetido que es la mejor película sobre la Atlántida jamás filmada, he de decir que no lo repruebo pero sabiéndolo de antemano, decepciona un poquito. Al menos en su primera mitad, no así en la segunda, donde se nota que el guión es completo, no dejando nada al azar y conteniendo uno de los más mejores finales de la historia del cine.

La puesta en escena es normalita y los decorados baratillos. Lo mejor es la composición de los personajes, sobre todo de los dos protagonistas masculinos, bien perfilados psicológicamente, y con una excelente composición de Jean Pierre Aumont, loco de amor por la reina, y Dennis O´Keefe, como el amigo fiel que no comulga con el modo de vivir en la Atlántida. ni se deja embaucar por los sibilinos y pérfidos encantos de la reina.

María Montez, esposa de Aumont por esas fechas, está bellísima y sus preciosos ojos y mirada subyugante, embriagan con facilidad tanto a los personajes masculinos del film como a los espectadores, sobre todo de la época en la que se estrenó.

Una cinta corta en duración, apenas 72 minutos, pero que se ve bien, resultando al final agradable y amena.

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