A veces queremos que el cine nos distraiga y entretenga con historias banales, comedias románticas o escenas de acción y fantasía que hagan volar nuestra imaginación. Éste no es el caso de “La Corresponsal” (A private war). Esta dura película nos cuenta algunos episodios de la vida de la corresponsal de guerra Marie Colvin, interpretada por una excelente Rosamund Pike ("Perdida"), que, como los buenos jugadores de baloncesto, hace mejor a sus compañeros; en este caso a Jamie Dornan, muy lejos, en el buen sentido, de sus "50 sombras de Grey".

La historia comienza con una vista aérea de la ciudad de Homs, devastada por las bombas en plena guerra civil de Siria, en 2012, la cámara se aleja del suelo, en el que adivinamos la presencia de tres cuerpos inertes entre los escombros, mientras escuchamos la voz en off de la protagonista, quien en unas declaraciones a una entrevista nos cuenta: “algo me preocupó tanto como para viajar a esos sitios y escribir lo que allí ocurría, con la esperanza de que alguien se preocupara tanto como yo. Es importante pensar que nunca llegarás adonde quieres ir si no ignoras el miedo, el miedo viene después, cuando ya ha acabado todo”.
A continuación damos un salto en el tiempo a Londres, en 2001, donde vemos a Marie en su cama, recién levantada y ya con un cigarrillo en la mano, mientras su marido, delante del ordenador intenta darle un final a su nueva novela.

A partir de aquí, el guion nos va llevando, de forma bastante coherente, a distintos momentos del recorrio vital de la protagonista, en los que se alternan situaciones de su vida privada con otras en pleno conflicto bélico. Así vamos descubriendo la personalidad de esta heroína moderna que consiguió llevar a muchos rincones del mundo la verdad sobre la guerra, a través de su “buen ojo” periodístico. Al mismo tiempo, nos va dejando frases, sacadas de sus propios artículos, en forma de voz en off, que nos ponen el vello de punta.

El montaje me parece excelente, y nos mantiene pendientes de la historia, como en el mejor de los relatos de suspense. Más aún si no conocemos la vida de esta valiente mujer. Hasta la canción final de Annie Lennox, “Requiem for a private war”, nominada a los Globos de oro, me pareció preciosa y muy acertada.