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Graduación

Drama Romeo es un médico de casi 50 años que dejó atrás las ilusiones relacionadas con su matrimonio, ahora acabado, y su Rumanía, destrozada por los acontecimientos. Para él todo lo que importa ahora es su hija, de 18 años. Tras los exámenes finales, la joven irá a estudiar a una prestigiosa escuela en Inglaterra. En la víspera del examen, la hija es atacada en la calle. A partir de entonces, hará todo lo posible para garantizar que ello no ... [+]
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Críticas 41
Críticas ordenadas por utilidad
27 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los exámenes (Cristian Mungiu, 2016) no es una película fácil de ver, posiblemente como todas las de Mungiu, pero en este caso esa complejidad y desasosiego está presente desde el primer plano, a través de esa piedra que impacta contra la ventana del comedor de Romeo, iniciando así esta historia de padres, hijas y sueños rotos.

Situada en Rumanía, Los exámenes se centra en Romeo, un reputado médico, y Eliza, su hija adolescente que está a las puertas de los últimos exámenes para salir de Rumanía e ir a estudiar a una universidad de Inglaterra. Plan que se verá trastocado, tras el asalto que sufrirá Eliza en la calle y que dejará a la chica herida y en desventaja para llevar a cabo los exámenes. Pero que sin embargo no hará mella en el padre, que aunque quiere con locura a Eliza, no puede permitir que su hija permanezca en el país y desaproveche la opción de poder estudiar en el extranjero. Romeo no es capaz de imaginar a su hija en Rumanía, como decidieron hacer él y su mujer, y en su afán por darle a su hija un buen porvenir, deposita todas sus esperanzas y frustraciones en la joven Eliza. Obviamente Romeo no es consciente, pero su desasosiego le conducirá por un viaje sin retorno, en el que su reputación y moralidad quedarán en entredicho. Porque ¿es aceptable infringir las reglas por un bien mayor? En el caso de Romeo parece que la respuesta es afirmativa, pero como todas las cuestiones planteadas por Mungiu, en su cine, no es de fácil contestación.
Y igual que con la moralidad de los actos ocurre con la capacidad de reacción de alguien que se asfixia. ¿Hasta dónde es capaz de llegar alguien que está desesperado? Si nos dejamos guiar por Los exámenes da la sensación de que cuando no hay salidas somos capaces de pisotear cada uno de nuestros principios. Da igual que seas un respetado médico (aunque de ambigua vida emocional), un inspector o un hombre de negocios, todo queda olvidado y uno solo se centra en la forma de salir del tunel.

En este caso, el tunel es grande y lo configura el país de Rumanía. Un país corrupto, con una sociedad viciada y burocrática, en la que no queda rastro de humanidad. Vemos humanos, pero poco a poco vamos descubriendo que apenas hacen gala de su condición, ya que todo parece tener un precio y hasta los novios hacen omisión de su deber de ayuda a su novias, en los momentos de riesgo.

Una película angustiosa, de profundos silencios y perros callejeros. De chanchullos y tratos a escondidas, pero de una gran verdad y compromiso con el pueblo natal de Mungiu. Con una estructura que puede parecer circular, con ese enigmático final en el que Eliza se hace la foto de clase, en el patio del instituto. Porque de alguna forma los destinos de Romeo y Eliza están condenados y enraizados, en un juego macabro, que comienza con la piedra rompiendo el ventanal de la casa. Un elemento de luz en un país repleto de sombras y de piedras en los bolsillos. Una Rumanía que más que un hogar se alza como una condena para Romeo y su familia.
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Laura
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2 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Incómoda película rumana cuyo principal aliciente son unos personajes enormemente complejos y con un nivel de detalle en su construcción que muchas series no alcanzan dedicando diez veces más tiempo. La película sintetiza en poco más de hora y media lo mejor y lo peor de la naturaleza humana con un intrincado laberinto de conflictos familiares a cuenta de asuntos de lo más privado. De paso, como quien no quiere la cosa, pinta un retrato de la sociedad y la vida en una Rumanía que, en muchos aspectos, sigue padeciendo vicios heredados de su etapa comunista.

Evita caer en el amarillismo y el melodrama y, partiendo de que no es una película que entusiasme ni particularmente entretenida, sí tiene la habilidad de saber contar las cosas de una manera fluida y amena. Y de trasladar al espectador a un lugar que, seguramente nunca visitara, a un mundo con el que, probablemente, nunca tendrá contacto sin que la atención o la compresibilidad se resienta. Sencilla, pero con una elegancia arrebatadora.
OsitoF
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30 de noviembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me apetecía ver esta película por conocer un retazo de la Rumanía actual, de la que huyen miles de rumanos cada año en busca de una vida mejor. Y lo conseguí. La película no nos enseña un país especialmente pobre; el protagonista es cirujano en un hospital. Pero sí podemos apreciar un país avejentado y gris, como si todas las cosas hubiesen llegado al final de su vida útil y estuviesen esperando por alguien que las sacara de la circulación definitivamente. Hasta la película te das cuenta de que está rodada con pocos medios técnicos, sobre todo por la carencia de estabilizadores de imagen, que sobretodo se hacen patentes en las escenas rodadas con cámara al hombro siguiendo a los protagonistas. Pero estos detalles son muy perdonables.
Lo bueno son las comeduras de tarro del padre protagonista, obsesionado con que su hija se vaya con una beca a estudiar al extranjero, sin tener en cuenta la opinión de su hija en ningún momento y presionándola para que cumpla sus deseos. Todo resulta tan real, que en muchas fases de la película me sentí identificado con él y traté de aprender que "uno sólo conserva lo que no amarra". Que no te puedes poner tan pesado pensando que tu visión del futuro de tus hijos es la única válida. Que los jóvenes necesitan tomar decisiones y necesitan equivocarse para poder aprender de sus propios errores y de sus propios aciertos. Que no puedes intentar controlarlo todo, porque el que mucho abarca poco aprieta y acabas quedándote sin nada.
Otro detalle curioso es conocer el tráfico de favores que se entreteje a todos los niveles, hoy por ti y mañana por mi totalmente extendido y arraigado en la sociedad rumana que se construye a base del amigo del amigo que está muy agradecido con unos favores pasados.
El conjunto de la película me ha resultado interesante: bien narrada, sin pérdidas de intensidad, pero tampoco con momentos muy explosivos, buenos personajes y buenos actores.
Quiscol
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18 de julio de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La corrupción asimilada como algo normal en la sociedad rumana es expuesta por Cristian Mungiu en una cinta con la cual ganó el premio al Mejor Director en el festival de Cannes en su edición 2016. De esta forma, el aclamado director muestra de manera brillante el cómo de forma casi inconsciente la gente de su país ha aceptado el tráfico de influencias como algo habitual y cotidiano, incluso como un “mal necesario”, ya que de una forma u otra, “el fin justifica los medios”.

La película trata acerca de Romeo, un médico con una trayectoria intachable, dedicado a su familia y esperanzado en que su hija Eliza obtenga una beca para estudiar en la prestigiada universidad de Cambridge, en Gran Bretaña. Solo un par de buenas calificaciones bastarán para que la joven cumpla con el sueño de su padre y pueda escapar por fin de una sociedad irremediablemente corrompida. No obstante, un día antes de presentar los exámenes Eliza es atacada, situación que merma su capacidad para obtener los resultados necesarios para amarrar su pase al extranjero.

Al considerar que su hija es una víctima más de los nefastos vicios sociales de su país, Romeo decide dejar atrás los pilares morales sobre los cuales se ha conducido durante toda su vida y recurre a mover todas las influencias posibles con tal de que las calificaciones de Eliza sean suficientes para escapar de su país. Durante la curiosa travesía del médico, el espectador se dará cuenta de que, quizás por convicción propia o tal vez por no tener otro remedio, el protagonista nunca fue un hombre inmaculado, sino más bien una persona normal que se abrió camino como pudo en una sociedad en la cual la corrupción es el pan de cada día, siendo su única motivación la esperanza de que una nueva generación tenga una vida mejor lejos de una Rumania sin remedio.

El director realiza un magnífico trabajo reflejando el ánimo caído de Romeo al presentar una ciudad en decadencia, en la cual el descuido de los edificios pareciera ser el reflejo de la dejadez de su sociedad. De esta forma, se vale de elementos muy sutiles pero precisos para que el espectador entienda claramente la dudosa moralidad de sus ciudadanos. Asimismo, la cinta deja un sinnúmero de cuestiones sin resolver, dejándolas a la interpretación del público junto con la reflexión de que muchas veces la guía de los padres no es la que define el camino de sus hijos, siendo su propia decisión el tomar el camino correcto.

El experimentado Adrian Titieni es el encargado de dar vida a Romeo y en general a todo el filme, haciendo un excelente trabajo encarnando al apesadumbrado médico. Por otra parte, la joven Maria Dragus es la encargada de interpretar a Eliza, una joven llena de dudas acerca de su futuro y que no está del todo convencida con los planes que su padre ha preparado para ella. Completa el elenco Lia Bugnar como Magda, la taciturna esposa de Romeo, cumpliendo destacadamente con su papel.

Misterios y situaciones tan cotidianas en la vida de cualquiera que pasan de forma casi desapercibida, tales como personajes curiosos, actos de vandalismo de desconocida autoría e incluso llamadas telefónicas que no pudieron ser atendidas, conforman la excelente crítica social de Mungiu, en la cual más de uno se verá reflejado, con el agregado cultural de que muestra como las sociedades latinoamericanas y las de Europa del Este no difieren tanto entre sí.

Calificación: TÚ DECIDES.
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Twitter @wraparty
wraparty
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3 de diciembre de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo en DVD la película rumana "Los exámenes" que, dirigida por Cristian Mungiu (es también autor del guión) está protagonizada por Adrian Titieni y Maria-Victoria Dragus y narra las peripecias que sufre el médico Romeo para conseguir que su hija Eliza apruebe los exámenes pues ha conseguido una beca para estudiar Psicología en Cambridge. Sin apenas banda sonora y dominando buena parte del metraje, los silencios, este film crítico con la corruptela policial, educativa, política y ética, me ha resultado complejo e inestable. Así, si bien el director permite al espectador que vaya por delante de los personajes, termino sin saber quién es el apóstol de la superioridad moral. Unas correctas interpretaciones, un ritmo intenso, un honesto equilibrio, mucho dilema, abundantes planos fijos, miradas a cámara, una temática central, ambientes claustrofóbicos y mucho sentido social, hacen de este film, una obra humana y real. De 7.
amaya pujana levy
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