Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de OsitoF
Críticas 2,088
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
3
10 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Pues sí. Todo parece indicar que el merecido y esperable fracaso de esta “The Marvels” ha terminado por convencer a Marvel de que puede seguir quemando dinero como si no fuese suyo haciendo películas diversas, inclusivas y no heteronormativas, pero no va a cambiar a corto, medio y, presumiblemente, largo plazo los gustos de la humanidad. Especialmente si a su molesto chamanismo ideológico, a ese querer hacer películas que dejen contentas a absolutamente todas las razas, géneros y minorías a la vez, le añade una alarmante (aunque igualmente esperable) bajada de calidad derivada de llevar las doctrinas al extremo y que haya cuotas en todos los ámbitos productivos: reparto, argumento, dirección y, seguramente, equipos de guion, escenografía, CGI y demás. Es lo que tiene no elegir a la gente por su competencia sino por el color de la piel, por lo que tiene entre las piernas o por cómo se siente ese día. Sea como sea, lo último que sabes es que ha habido numerosas cancelaciones de proyectos y lo que se presiente como un replanteo de cómo reconducir la situación.

Bienvenido sea el sentido común, suponiendo que a Kevin Feige le dejen hacer limpieza y no lo purguen antes por presiones lobbistas (o tenga alguna clase de accidente). Las buenas noticias para Marvel es que, incluso en un truñaco como “The Marvels”, insalvable a todos los niveles, su músculo técnico para crear universos fascinantes y escenarios oníricos sobre los que definir personajes que merezcan la pena y aventuras dignas del estudio, parece intacto. No diré que no me haya costado terminar de ver “The Marvels” pero las ciudades espaciales, los planetas extraterrestres y los conceptos artísticos me la hicieron más llevadera. Es verdad que el nivel de los efectos especiales se ha notado más limitado en cantidad y calidad respecto a lo que podíamos ver en anteriores fases del UCM, pero siguen siendo películas cómodas e interesantes de ver.

De ver en el plano visual, me refiero. En todas las otras facetas “The Marvels” (como antes la última de AntMan, Hulka o la niña maravilla) la película es un mierdolo en toda regla. De entrada, la idea de partida lleva en sí misma el germen de la autodestrucción: meter superhéroes infantiles en cine supuestamente orientado a adultos. Personalmente, creo que eso de los estudios de sacar una especie de ‘línea infantil’ en sus universos no tiene gran recorrido. Hablo de memoria, pero yo de pequeño quería ver películas de acción y superhéroes adultos. Yo quería ser Supermán o Spider-man, no sus versiones infantiles y por eso me repelen tanto la niña maravilla comoo superkid. Y si encima Mrs. Marvel es persa y me quiere colar de vez en cuando sus valores de islamismo edulcorado con su traje adaptado culturalmente, pues más todavía.

Pero el gran error (de “The Marvels” y de todo el cine reciente que incrusta con calzador niños y superniños en sus películas) es el de infantilizar las películas para ensanchar el target. Lo poco salvable de la serie de Mrs. Marvel era, afortunadamente, su naturaleza prescindible: con no verla, con no seleccionarla del catálogo de Disney+, te la quitabas de encima sin problema. Pero su presencia en una película de la Capitana Marvel, lastra el conjunto. Un conjunto, de por sí, con los pies de barro. Argumentalmente es un despropósito, con personajes participando en sketches inconexos durante más de una hora sin un propósito definido. Luego empezamos a inferir elementos de la narración que inexplicablemente se ocultan: qué ha hecho la Capitana desde Thanos, ¿ha protagonizado un genocidio Kree? ¿ha tenido un presunto lío amoroso con un personaje secundario del UCM? ¿Rambeau ha adquirido poderes y se han enfadado? Nick Furia va de acá para allá hablando de cosas que han pasado y no se han contado o se han contado en alguna línea diálogo otra serie o película… Porque esa es otra, hemos pasado de crear sutiles vínculos entre películas para dar sensación de cohesión a que o ves hasta el último capítulo de cualquier serie del UCM o puede que te quedes sin saber por qué pasa tal cosa o muere tal bicho.

En fin, un sindios pésimamente estructurado, con la acción yendo de una época a otra, de un lugar del universo a otro sin ninguna clase de criterio, y pobremente dirigido. El sketch de los gatos es el mejor ejemplo: la idea es genial, pero está ejecutada con tal falta de imaginación y sentido del humor que genera más miedo que risa. Es incluso desagradable. El sentido del humor de “The Marvels” es extraño. Alguno dirá que es que carece de sentido del humor, pero más bien es que la brújula cómica estaba mal alineada. Como la idea de un planeta donde la gente habla cantando, yo creo que es complicada de desarrollar en una película de acción sino imposible… pero el resultado de diez minutos de gente haciendo el ridículo bailando y canturreando debería de haber hecho saltar todas las alarmas y luces rojas del equipo de revisión. Es imposible que nadie pueda ver esa parte y darla por buena… salvo que criticarla pudiera derivar en un debate sobre si falta visibilidad de bailes étnicos o si se puede interpretar como censura de expresión de diversidad. Nuevamente el miedo al wokismo entrando en conflicto con la calidad y la creatividad y ganando.

No sigo. Si la cuenta de @agujerosdeguion la analiza, el vidio de Youtube puede durar más que la película. Penosa. Cuando no da grima o vergüenza ajena, aburre y sólo se salva el CGI y planos estáticos espaciales con los que dejar volar la mente. Ojalá sea cierto que el UCM ha tocado fondo, porque está en un punto peligroso en el que ya da hasta pereza empezar un nuevo estreno por mucho que me juren que se ha hecho borrón y cuenta nueva. En ese sentido, otra serie de vengadoras adolescentes, una sitcom de Thor o una nueva heroína dando la turra contra el patriarcado podría ser la puntilla para borrarme de Disney+.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
9 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Antes de nada aclaro que sí, que “Interstellar” es una película con fallos e imperfecciones y, aún así, se merece el diez. Vendría a ser como hace unos años en gimnasia artística cuando ciertos ejercicios, por su dificultad, partían de notas superiores al diez y, partiendo de ahí, podían tener la máxima calificación aún con penalizaciones. Tampoco entraré en si la película de Christopher Nolan es una obra maestra o si se puede considerar como tal, pero igual que creo que es raro que una obra maestra no se merezca un diez, también creo que no todas las películas de diez tengan que ser una obra maestra. “Interstellar” se merece su nota por su técnica y por llevar el género de ciencia-ficción hasta unos límites en los que, por su rigurosidad, casi parece traspasarlos y crear un nuevo concepto aún por etiquetar, algo así como «ficción científica» o «ciencia cinematográfica».

“Interstellar” sobrecoge por su ambición y su osadía a la hora de tratar de llevar al público generalista conceptos de la Teoría de la Relatividad que ya resultan confusos en documentales de Odyssey o NatGeo. Supongo que era cuestión de tiempo una persona tan obsesionada con el Tiempo (con mayúscula) como Nolan abordase en una obra su naturaleza misma, el Tiempo (en mayúscula) como concepto. Ya en “Dunkerque” había fraccionado la línea temporal para tratar de lograr la concurrencia, como una especie de obsesión por narrar hechos simultáneos; en “Memento” había jugado a desestructurar la narración aprovechando el problema de memoria el protagonista; en “Insomnio” hacía sufrir al espectador haciéndoles perder la noción temporal, en “El truco final” tiraba de flashbacks/flashforwards hasta el agotamiento y en “Tenet”... bueno, “Tenet” es otra historia a la que ya llegaremos. Pero en “Interstellar” Nolan riza el rizo y propone un poco de todo con los mayores flashbacks en la historia del cine, gigantescas marcha atrás en el tiempo amparada por la Teoría de la Relatividad de modo que la película discurre en dos líneas temporales separadas varias décadas y que, a la vez, son simultáneas pero no. O sí.

La idea es fascinante y la ejecución, en gran medida también. Cuando menos desde el punto de vista de la que un espectador medio puede entender la película y aceptar la yuxtaposición de tramas como algo que no termina de encajar en su concepción de la realidad, pero que probablemente sea cierto y que el Tiempo, como escribió un famoso ignorante tiempo atrás, «todo el mundo sabe que va para delante». En ese sentido, ayuda todo el esfuerzo por dotar de sustrato científico a lo que se ve en pantalla. La recreación del agujero negro Gargantúa en base a los conceptos del astrofísico Kip Thorne es una majestuosa genialidad que vale por sí sola la película y que es parte de la historia del cine… y de la ciencia, porque años después cuando ha sido posible ‘fotografiar’ un agujero negro real, los resultados han encajado en lo que ofrece la película.

Hay quien le ha echado en cara ciertos momentos discursivos en los que la película parece pararse para que los protagonistas aclaren al espectador ciertos aspectos de astronomía o física, comparándolos a mostrar un powerpoint. Puede ser, si eres de los que miran el dedo y no la Luna cuando te la señalan, de los que analizan las películas en base a parámetros académicos de ritmo, sindéresis o sintaxis y no si la película es disfrutable y entendible. Así que ciertos diálogos algo forzados que explican las dimensiones perceptibles por el hombre, los agujeros de gusano o los plegamientos del espacio-tiempo me parecen no sólo necesarios, sino bien integrados y resueltos con muy buena mano.

En realidad, con la misma buena mano que todo el rigor científico de la película. Quizá los robots con IA se hacen un poco raros, pero es lo de menos una vez que los planos espaciales quitan la respiración por la sensación de soledad, de inmensidad, de vacío que no todas las películas del género logran captar. Y con mucha solvencia en cuanto al equipamiento técnico con el que se desarrollan los viajes espaciales, con las mínimas licencias para permitir ciertas aventuras como las de aterrizar y despegar de planetas con cierta facilidad. La coherencia de la película en cuanto a lo que ve, oye y percibe cada personaje (y el espectador con él, porque no es omnisciente) está perfectamente trabajada, de modo que en cada momento se tiene en cuenta si hay atmósfera o no que propaguen el sonido o si la radio está o no encendida. También los planetas que visitan son fascinantes en cuanto a concepción artística y sus increíbles particularidades explicadas científicamente con bastante naturalidad.

Lo malo de la excelencia técnica de la trama espacial es que provoca por contraste una sensación anticlimática en la trama terrestre. Y es que aquí, la idea genial de las historias paralelas separadas en el tiempo se vuelve en contra de la película. Aunque necesario para explicar los efectos de la gravedad en el tiempo (no sólo en la percepción sino en la edad), cada vez que la película nos lleva de la fascinante odisea espacial a las desdichas en la miserable Tierra, hay un bajón importante y la sensación de que muchas de sus escenas, aunque potentes visualmente, son puro relleno. Hay quien puede pensar que todo o gran parte de la acción en La Tierra sobra, del mismo modo que se puede pensar perfectamente que sobra el final, otro de los puntos controvertidos de la película y sobre el que hay toda clase de teorías en cuanto a si hubo presiones para forzar un final que dejase contento a un espectador promedio en lugar de uno más científico. Personalmente, se me atraganta un poco y lo veo un tanto artificioso y rebuscado, pero no veo inconsistencias como para decir que el desenlace esté reescrito con calzador. Acertado o no, todo cierra y se puede pensar que es lo que Nolan tenía en mente desde el principio.

Sigo en el spoiler, que me quedo sin sitio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
7 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Frenética película coreana de zombis que combina con equilibrio el respeto a las premisas del género, partiendo de los lugarese comunes esperados, pero sabe buscar y encontrar un camino propio como para verla con interés y curiosidad por saber qué pasará a continuación. Aquí ayuda que el cine coreano maneje sus propios estándares en cuanto a qué personajes son prescindibles y cuáles causarían demasiada conmoción entre el público si les pasara algo, por lo que carece de esa previsibilidad que se achaca en muchas ocasiones a un cine occidental.

“Tres a Busan” está bien hecha, bien resuelta técnicamente y, sobre todo, sabe ser violentamente aceptable para un amplio espectro de espectadores: hay sangre y muerte, pero no vísceras y morbo. Hay tragedia y sacrificio, pero también esperanza. Todo con un enfoque y bajo unos valores muy coreanos que pueden parecer peculiares, pero que no se hacen hostiles. Si te gustan las películas de zombies no te defraudará y si tienes que verla de noche porque en tu casa está vetado este género, vale la pena. No creo que llegue a película de culto en los tiempos que corren, pero es diferente y con notas originales.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
6 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Pocas veces he visto a la crítica profesional presentar un frente tan unido en defensa de esta “Wonka” sobre la que se deshacen unánimemente en loas y alabanzas. Si bien no tengo en gran consideración a esa casta, hay críticos puntuales que han demostrado criterio propio y libertad de pensamiento a los que tengo respeto y, si incluso ellos ven toda clase de virtudes en la secuela de “Charlie y la fábrica de chocolate”, debe de ser que no he mirado la película de la manera debida o bajo la luz apropiada. Con todo, no me voy a bajar del burro y dejar de considerar que “Wonka” es un peñazo notablemente inferior a la entrega de Tim Burton, pero sí que trataré de mostrar algo de prudencia a la hora de buscar las palabras.

Aunque muchos críticos opinan literalmente lo contrario, el peor enemigo de “Wonka”, para mí, son las comparaciones con la entrega original. Yo las vi el mismo día, por aquello de hacer doblete, y, aunque se pueden decir muchas cosas del desempeño de Depp y Burton, ofrecen una película solvente, muy artística, de mucha personalidad, conmovedora cuando tiene que serlo, traviesa cuando le interesa y que saber integrar el tenebrismo en el que Burton con la colorista vistosidad que demanda un producto de fantasía. En “Wonka” la mayor parte de las expectativas se vienen abajo antes de diez minutos. La primera decisión, la más importante, la de elaborar la película en formato musical es un incomprensible tiro en el pie que, además de lastrar el ritmo y la disfrutabilidad de la película, resulta incomprensible por carecer de números musicales o canciones dignas de mención. Cuando Disney o Pixar paran todo para que la protagonista se cante algo o se marque un baile, suele ser un temazo que luego amortizan en la BSO o unas acrobacias dignas del Circo del Sol. En “Wonka” recitan diálogos cantando con melodías poco pegadizas y casi se pueden sentir los martillazos con los que han hecho encajar por la fuerza las líneas de diálogo en las tonadillas. Cuesta no ver las interacciones entre personajes como gente hablando raro y estirando el final de las frases con soniquete na-na-naaaá. ¿Por qué? Ni idea, pero tampoco es que las frases tengan un empaque como para recordarlas por su fuerza o su sonoridad.

Otra rueda de molino con la que nos quieren hacer comulgar es Timothée Chalamet. Te gustará mucho o te gustará poco (a mí, poco) y hay que reconocer que es guapete y tiene esa intensidad en la mirada propia de la juventud actual que sabe que tiene derecho a todo y que tuiteará muy fuerte para lograrlo. Pero yo no veo otra cosa que Chalamet todo el rato. No se mete en los personajes sino que los chalametiza y trae el personaje a su persona. Cuando la película es genérica, la cosa le funciona, pero cuando el personaje está predefinido, desaparece cualquier rastro de su definición original y aparece en su lugar un Chalamet disfrazado.

Pero lo más desconcertante de todo es la trama. Cabría esperar una precuela que explique el origen de Willy Wonka y enlace con “Charlie y la fábrica de chocolate” contando cómo perdió la esperanza y decidió su cierre y el famoso sorteo de entradas. Tampoco pasaba nada por ir directos hacia la parte optimista y limitarse al auge de Wonka como rey del chocolate y cómo se estableció su relación con los oompa-loompa. No sé, había cientos de opciones perfectamente válidas, pero del mismo modo que se eligió el camino bizarro del musical, el guion se centra en una historia tan sórdida como difusa sobre gente esclavizada por cláusulas abusivas. Si querían hacer una película denuncia acerca de los riesgos de las tarjetas revolving (de las que tienen intereses sobre los intereses y terminas entrampado), las hipotecas en yenes o de los préstamos sobre préstamos pues muy bien… pero ¿realmente no había una película mejor para eso?

Alrededor de ese extraño eje central, la película busca conectar con la franquicia mediante pinceladas tan vacías como desesperadas. Aparece un oompa-loompa desaprovechadísimo interpretado por un Hugh Grant, que es de lo poco que se salva, y ocasionales escenas en las que el chocolate mágico sale con cuentagotas. Más personajes rocambolescos y prescindibles aparecen, dicen alguna frase y se van. La gente baila y canturrea en pantalla sin venir a cuento antes volver a reflexivos anticlímax. Sinceramente, no entendí el planteamiento, el enfoque ni el desarrollo. No voy a ir ahora de enterado y decir que la cinta de Tim Burton era perfecta porque, la verdad, no terminé de cogerle el punto ni al cuento ni a Johnny Depp, pero se veía un equilibrio y un propósito en todo. Era una película para adultos y para niños y, en caso de duda, para adultos confiando en que los niños lo entenderían ahora o más tarde. “Wonka”, en caso de duda, es para niños que se traguen cualquier cosa que tenga luces y bailes y no hagan preguntas.

En fin. No me gustó y punto. Tampoco me entusiasmó “Paddington”, la otra gran obra conocida del director Paul King, pero me pareció una película entretenida que daba demasiado por supuesto que todos conocíamos al simpático osito. Con “Wonka” directamente es que no entiendo quién puede reconocer ahí la esencia del libro infantil y por qué las cosas se cuentan sin ritmo ni gracia. El único atisbo de criterio fue estrenarla en Navidades (la pela es la pela). Pero lo que de verdad no alcanzo a ver son todas las virtudes que leo en las críticas profesionales. ¿Divertida? ¿Bailonga? ¿Canciones brillantes? ¿En serio? Debo de ser yo, está claro.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
6 de mayo de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando se dijo que Tarantino había comentado que sólo iba a rodar nueve películas, lo tomé como la típica baladronada de tío endiosado que sólo busca llamar la atención y, quién sabe, subir su cotización a base de controlar y generar expectación sobre la oferta. A medida que va tomando forma la posibilidad de vaya en serio y que cada película nos acerca a su final como director hay veces que creo que acierta evitando ensuciar su trayectoria con títulos sin la calidad suficiente (inevitable, si consideramos que, incluso en una carrera tan limitada, ya ha metido la pata alguna vez) y veces que creo que debería arriesgarse porque una genialidad o una muy buena película (que están perfectamente a su alcance) limpian cualquier truño (o truños).

Si “Pulp fiction” es su opera magna y una obra maestra indiscutible, yo creo que es “Reservoir dogs” la película revolucionaria por la que debería pasar a la historia, la película que más me fascina y la que siempre me quedo a ver por cómo construye los personajes y cómo vivimos la historia a través de sus diálogos, testimonios y recuerdos. Una película discursiva que sabe reservar la acción como tal para momentos de violencia icónica con una estructura que nunca se había visto porque nadie se había atrevido. El único reproche que le hago es que por su culpa las carteleras y los catálgoos se han llenado de inútiles que tratan de hacer cosas en la línea de “Reservoir dogs” pensando que basta con poner una cámara a rodar a peña dando la chapa en charlas inacabables. No he llegado a ver “Jackie Brown” y me gustaron las “Kill Bill”, cada una en su estilo. Asumiendo como realidad objetiva que “Death Proof” es un pufo sin más, no he terminado de simpatizar con el resto de su filmografía: si bien impecable en su escritura y ejecución técnica, esa visión de que el cine está para llevarnos a realidades alternativas en las que el héroe cambia la historia me parece, a día de hoy, fuera de lugar y excesivamente disruptiva para mi gusto. T

“Los odiosos ocho” va en la línea de sus primeras películas, un western serio con planteamiento clásico (buenos, malos y revólveres) y conceptos técnicos modernos (pueblos cochambrosos, ropa mugrosa, gente miserable ganándose la vida como puede y peleas a muerte desprovistas de caballerosidad alguna). Parte de la película discurre de manera cronológicamente desordenada, como en “Pulp fiction”, aunque sin ser ese armonioso caos y mucho contexto en forma de largos diálogos, como en “Reservoir dogs” pero sin ser tan extremadamente discursiva. El conjunto es una película que se podría calificar como ‘normal’ pero con todo el sabor y la personalidad de su creador que crea una atmósfera cargadísima en el reducido espacio de una posada dejada de la mano de Dios en el salvaje oeste, con casi una decena de misteriosos personajes a punto de matarse entre sí cuyas motivaciones y vínculos se van desenmarañando con maestría línea de guion a línea de guion. Cada palabra, cada gesto, cada revelación son un paso dentro de un campo de minas con los que el espectador respira aliviado o pega respingos según se le antoje al bueno de Quentin.

Siempre es buena señal que una peli de dos horas y media se pase rápido y “Los odiosos ocho” no dan la sensación de durar más que un episodio medio de cualquier serie de Netflix, porque por densos que sean los diálogos, no son espesos y tienen algo que aportar al argumento. Y porque, entre diálogo y diálogo, pasan cosas en forma de tiroteos, violencia o avances en la historia. Además, la peli empieza como un western y termina como un western sin cosas raras ni sin homenajes a nada ni a nadie más que al espectador y al cine. Según mis cuentas, a Tarantino le queda una película antes de caducar como realizador (¿un guiño a “La fuga de Logan, quizás?). Con que esté a la altura de esta “Los odiosos ocho”, será una despedida por todo lo alto.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow