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Sensatez y sentimientos

Drama. Romance Inglaterra, siglo XIX. Dos hermanas completamente distintas: una, pura razón y sentido común (Emma Thompson); la otra, pura sensibilidad y pasión (Kate Winslet), se enfrentan al amor y a las adversidades de la vida. Al morir su padre, deben abandonar su hogar, que pasa a manos de un hermanastro, hijo del primer matrimonio de su padre. Se mudan al campo y, allí, tendrán experiencias amorosas que producirán en ellas un cambio profundo. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 66
Críticas ordenadas por utilidad
4 de junio de 2007
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sentido y sensibilidad narra las tribulaciones de unas jóvenes casamenteras cuando les llega la hora de encontrar marido. Un constante que sí, que no. Que si os amo, pero no sé si vos sentís lo mismo por mí. Que si mi corazón os pertenece, pero no poseo la dote suficiente para que vuestra familia me vea con buenos ojos.

El caso es que, tras haber visto “Orgullo y prejuicio” poco antes que ésta, una vez presentados los personajes principales, casi todo resulta sumamente previsible. A lo largo del metraje el espectador es partícipe de numerosas idas y vueltas, de alejamientos y reencuentros. Puede escuchar los cotilleos más frescos de Londres de la boca de damas de rancio abolengo que lo saben de muy buena tinta (parece ser que el precedente de los programas del corazón actuales fueron las meriendas de mujeres en las mansiones de dichas damas). Contempla, asimismo, las reuniones de la alta sociedad, muchas veces con el bailecito típico incluido, y soporta durante un par de horas el irritante engolamiento de las gentes de la época.

Entre tanto se desarrolla una historia de amor y desamor que podría haberse resuelto en media hora de haber sido suprimida toda la parte central.

No obstante, lo relevante no solo son los acontecimientos narrados; en el campo en que la película funciona realmente bien es en el del retrato de personajes: las hermanas protagonistas, sumamente reservada la una y puro sentimiento la otra; el galán tímido que anhela una vida tranquila en la campiña, aquel algo más canalla o el maduro coronel que ansía ser correspondido en su amor; incluso secundarios como la dama chismosa, su seco marido o la menor de las tres hermanas están perfectamente descritos y cumplen su cometido en el conjunto.

Todos ellos funcionan a la perfección y se benefician de ser incorporados por la flor y nata del cine británico –los integrantes del reparto están estupendos en sus respectivos roles-, así como de la sencilla dirección de Ang Lee y del guión de Emma Thompson, que mereció el Oscar de ese año.

Recomendable a pesar de su previsibilidad.
Jack Carter
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4 de julio de 2009
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada me gustaría dejar claro que no soy ningún fan de este tipo de películas, por lo general me resultan aburridas y largas por lo que me cuesta bastante darlas una oportunidad y razón por la cual supongo que me perderé más de una realmente interesante. Con “Sentido y sensibilidad” ya su título me echaba para atrás, hasta que mi hermana que suele tener gustos muy diferentes de los míos me la recomendó encarecidamente. Fue finalmente el resultado de varias circunstancias lo que impulsó su visionado, entre otros la presencia de Ang Lee que tras ver “La tormenta de hielo” y “Tigre y Dragón” me convenció de que es un excelente contador de historias cuya técnica narrativa hace encantadoras las historias que propone. Así es este maravilloso film del que me enamoré nada más verlo, una historia sencilla que retrata una época dura especialmente para las mujeres y que nos hace cómplices de todos sucesos que vivirán. Que duda cabe que gran culpa de todo ello la tenga Jane Austen escritora del libro que la dio vida, así como la oscarizada Emma Thomson con la adaptación para la gran pantalla de su guión, sin dejar en el olvido su genial interpretación. Tenemos una historia de personajes, todos y cada uno dibujados con un cuidado inmaculado, nada está dejado al azar de la vulgaridad y aburrimiento no existe en ninguna parte de sus poco más de dos horas, excelentemente administradas. No hay un lucimiento especial para ninguno de los protagonistas ya que todos son mostrados como parte de la historia, son accesibles a la misma por sus propósitos, lo que hace que los acontecimientos salpiquen a todos en mayor o menor medida, Lee sabe dotar el film de un ritmo constante siendo concluyente en sus exposiciones y no regodeándose en pasajes innecesarios y aburridos en los que suelen caer otros directores como los James Ivory de turno, sosos y plomos hasta límites insospechados.
Jonesy
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17 de enero de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No podría añadir mucho a otras críticas que muy acertadamente describen las bondades de esta película. La fotografía de la campiña inglesa es sencillamente sublime. La reconstrucción de época, la riqueza de los pesonajes, dejando lugar a que se luzcan el gran Alan Rickman, Ema Thompson, y Kate Winslet. Pero quisiera agregar aquello que más me ha impresionado al ver este filme. Es que no he leído la novela de la famosa Jane Austen, y a través de él comprendo la grandeza de esta escritora, que tuvo el talento y el coraje de poner de relieve en su obra la trivialidad infantil a la que estaban reducidas las mujeres de su época en lo que a la cultura occidental de aquel momento consideraba el "amor" romántico. Las niñas eran educadas para la fantasía de un enamoramiento superficial y tonto, y no para la mucho más ardua tarea de vivir de verdad y conocer realmente a las personas. Claro, esto es difícil y no todos están dispuestos a seguir ese camino. Mi admiración para Ang Lee por su talento, y como en todas sus películas, lo que da a cambio compensa ampliamente su costumbre de hacerlas un poquitín largas en exceso.
Romantic Warrior
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17 de marzo de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para amantes de Jane Austen y para amantes del cine romántico. Y para amantes del buen cine en general, porque si por algo Jane Austen es una maestra de la literatura es porque sus novelas, sus historias, son aptas para todos los públicos. Y con ésto no me refiero a que puedans er vistas por menores de edad, que también, por supuesto, sino a que, por muy azucardas que sean, no llegan nunca a serlo tanto como para provocar horror en aquellos a los que no les guste el cine romántico.
Sentido y sensibilidad, como todas las histrias de Austen, dice mucho acerca de la sociedad inglesa de finales del siglo XVIII, de la injusticia social con las mujeres, de la familia, del amor y de muchas cosas más. Y Ang Lee retrata esa época con su elegancia de siempre, acompañando con la cámara el excelente guión de una Emma Thompson que además está soberbia como actriz. Kate Winslet, con sólo 19 años, era ya entonces una de las mejores actirces del mundo, y éso sigue siendo a día de hoy, y lo mismo vale para Alan Rickman, adorable en uno de sus pocos papeles amables.
Simplemente, una cinta absolutamente recomendable, de impecable factura y llena de sentimientos para sentimentales... y no sentimentales.

Lo mejor: Alan Rickman y Kate Winslet.
Lo peor: Nada
Sibila de Delfos
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20 de febrero de 2017
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay paisajes que son tan definitorios, que tienen tanta personalidad que obligan al tópico con que titulo mi comentario sobre este emotivo, distinguido e imperecedero film, incluyendo su fotografía luminosa y llena de vida. Quien vea “Sentido y sensibilidad” podrá apreciar el panorama físico del paisaje, pero también el de la idiosincrasia de un país. El film de Ang Lee parte de un guión de Emma Thompson que a su vez hizo una reescritura de la novela del mismo título de Jane Austen. En esta fascinante obra, se narra en tono de melodrama romántico la historia de dos hermanas y sus diferentes talantes a la hora de enfrentarse al amor y a las reglas sociales que lo mediatizan, desde posiciones asimilables a la razón y al sentimiento respectivamente, realizando a la vez un mordaz retrato cargado de ironía de la sociedad inglesa de principios del siglo XIX. Se trata pues de una esmerada reconstrucción de una época con toques de humor más cercano a una comedia romántica que al análisis exhaustivo de las características de una determinada sociedad.

El argumento consigue integrar sin esfuerzo aparente, la intriga sentimental dentro del ámbito de una sociedad que determina y condiciona las relaciones familiares, de amistad y amorosas, en función de la posición económica de los personajes. El cineasta, que atesora una especial habilidad para las relaciones humanas, describe con precisión sentimientos y emociones, gracias a un acertado casting en el que destacan la excelente Emma Thompson y la jovencísima Kate Winslet (antes de Titanic), siendo el eje del relato los amores y desamores de Elinor y Marianne, así como la contraposición de sus caracteres, cuyas diferencias implican posicionamientos distintos en torno al amor y las obligaciones sociales a las que están expuestas. Mostrando asimismo un sarcástico retrato tanto de la aristocracia rural como de la burguesía urbana. Los primeros aparecen como seres vulgares y ociosos, que llenan su tiempo con intrigas y cacerías, mientras que los segundos se nos muestran como hipócritas, únicamente preocupados por mantener su prosperidad material mediante matrimonios de conveniencia.

El film, pese a su evidente tono melodramático no se olvida de reflejar los ritos sociales que basculan desde la esfera de lo privado a la celebración comunitaria con carácter de acto social imprescindible. Así ocurre con el gran baile al que asisten las dos hermanas casaderas, acompañadas de la señora Jennings y de Lucy, secuencia clave del film, que se inicia de una deliberada forma escatológica para evolucionar hacia la belleza formal e impostada del citado baile. Como si el cineasta quisiera transmitirnos con unas breves pinceladas, aquello que está sistemáticamente presente en la novela de Jane Austen: la mentira de una sociedad que se sustenta en las apariencias. La puesta en escena siempre está describiendo a los personajes por sus gestos y miradas, sin olvidarnos de los papeles masculinos donde destacan un singular Hugh Grant, tímido y apocado, pero también un imponente Alan Rickman en un papel de caballero elegante y sacrificado por amor.

La película es concisa y elegante, ya desde su inicio describe de una forma sencilla y eficaz el comportamiento de cada uno de la familia Dashwood, tras la muerte del patriarca al comienzo del film. Una herencia que pasa a manos del primogénito John, presionado éste por su mujer, decide cumplir “a su manera” la promesa hecha a su padre que consistía en cuidar de su madrastra y hermanastras. Mediante esta eventualidad se muestra con trazo firme el pragmatismo de Elinor que empeña sus esfuerzos en buscar una nueva residencia, frente al carácter soñador de Marianne que se entrega a sus piezas musicales para pianoforte. Bella película del oriental Ang Lee que conecta perfectamente con la sensualidad, la ironía, el romanticismo y las desventuras amorosas que escribiera Jane Austen fallecida a los 41 años, en su desgraciadamente corta carrera literaria.
Antonio Morales
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