Los lunes al sol

Actores estrasbergianos caracterizados de obreros consiguen, siendo generosos, tener pintas de mileuristas progres. El que haya estado en una obra o en una fábrica, que viaje habitualmente en autobús o en metro, o que se tome habitualmente una caña en el bar del barrio, sabe que los proletas no tienen ese aspecto. Diálogos demagógicos, con tal sobredosis de buenrollismo políticamente correcto, que no digamos si empacha. Un pijito con estética de alternativo, enchufado en el mundo de la farándula española, tras un intensa preparación teórica consistente en diálogos con sus colegas de los bares de ambiente, nos da la respuesta definitiva sobre el problema del paro.

Ese año tocaba el paro como tema del premio, se acuerda que le corresponde ganar al chico y a otra cosa mariposa. Da igual que los que nos retratamos en la taquilla nos quedemos desorientados y con cara de panoli ante tamaño mamoneo endogámico, viendo como obras maestras se quedan fuera por inquinas personales. ¿Así quién se va a tomar en serio el cine español?
La plana, planísima y tediosa cintita del Fernando resulta especialmente patética en el bar -también endogámico- donde la peña se gasta el dinero de la indemnización, o en el look "Ramón y Cajal" del Bardem. En fin, para qué seguir, lamentable.

Bodrio sentimental y demagógico, con un mensaje unidireccional y que no aporta ningún punto de vista novedoso sobre la sociedad actual y el drama de los parados. El director se deja llevar por sus fóbias y convierte un drama social en un diambular sin sentido de personajes arquetipos en tramas que aburren al más pintado.

Pero lo peor no es esto, lo peor es que técnicamente la película es horrible, pero aún, está mal hecha. El montaje es de niño de primaria y la fotografía es para echarse a llorar.

¿ Realidad social ? cualquier bar de mala muerte de Barcelona, Madrid o Sevilla (por decir algo) un dia cualquiera muestran la misma realidad social que muestra "Los lunes al sol", así que cogeré mi cámara de vídeo digital doméstica, la pondré encima una barra de uno de estos bares un par de horitas y ya tendré mi obra maestra.

Lo pongo un dos y no un uno por la actuación de Tosar.

Que conste que merece para mí tan alta nota: "Regular", porque si de lo que se trataba era de hacer sentir al espectador lo aburrido que es estar en el paro, conmigo lo consiguió, aunque si no era esa su pretensión, entonces la película es mala. Aunque le dejaré el 4 porque hay algunas actuaciones tan buenas que hasta te llega a dar coraje algunos de los actores, es más, si los hubiese visto por la calle justo después de ver esta película, los habría atado a una silla y les habría obligado a verla durante 24 horas seguidas.

Esta película es un guión dialogado al servicio de un cine filmado. Pseudo-realismo para una película con una poesía de baratija. Vacía y sensiblera. Llorona y efectivista. Pedante y demagógica. Directamente mala.