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El perdón

Drama Una mujer cuyo marido es ejecutado pasa por apuros a la hora de cuidar de su hija minusválida. Pese a sus problemas, la familia de su antiguo cónyuge insiste en que debe casarse con su hermano y permanecer con ellos. Posteriormente descubren que la sentencia de muerte es errónea y que el principal sospechoso es en realidad el único testigo que incriminó a su marido. (FILMAFFINITY)
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
27 de octubre de 2021
24 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película empieza con una imagen de una vaca blanca en el centro de un enorme patio: en las orillas de este patio dos filas de personas, en posturas hieráticas, esperan algo, quizá el sacrificio de un inocente. Este sueño o pesadilla volverá a repetirse.
Estamos en Irán, en la actualidad: el marido de una mujer, madre de una niña sordomuda, ha sido ahorcado recientemente. Acusado de un homicidio por unos testigos, él mismo convencido de que ha podido ser el homicida, la sentencia es ejecuta con celeridad. Poco después (y no desvelo nada importante), el aparato de justicia comunica a la viuda que su marido era inocente, pues uno de esos testigo, arrepentido, ha confesado que el homicida era otra persona.
La mujer se rebela contra el absurdo de ese error terrible (ocasionado por la palabra de un testigo), contra la celeridad de una ejecución, pues basta pensar que un retraso en la misma (de haber posibilidades de recurso) lo hubiera salvado o, implícitamente, que si no hubiera habido pena de muerte, es evidente que no habría habido caso (ni existía esta película). Para las autoridades judiciales iraníes la pena de muerte es un “derecho humano”.
Si el título del film en España es “El perdón”, lo es porque unos de los jueces que han participado en la redacción de la sentencia, siente la necesidad de reparar ese error. Es un deseo sincero, que ejercerá a su modo paternalista, ayudando a la viuda y a su hija. Solo que lo hará desde la ocultación de su verdadera personalidad, y desde la aceptación del sistema judicial y régimen político que domina su país.
Porque la cuestión (y vuelve a ser un contenido implícito), no es el arrepentimiento ni siquiera el perdón individual, sino la ausencia de un sistema de libertades y la necesidad romper con un corsé ideológico y religioso que produce monstruos. No valen, o pueden valer, las palabras exculpatorias de las autoridades, una vez comedido el error judicial que ha llevado a una persona inocente a la horca: "ha sido la voluntad de Dios". La divinidad no puede ser una coartada para los errores y horrores humanos.
La valentía de esta película es grande: no solo se cuestiona la justicia iraní, sino que vemos algo que yo no recuerdo haber visto nunca en el cine iraní: la protagonista de esta película se quita ante la cámara el pañuelo de la cabeza y entra la habitación de un hombre que no forma parte de su familia (el juez arrepentido del que desconoce su identidad)…
Pero esto es cine y debo alabar el guion tan exacto escrito por los directores, la realización contenida (muy alejada del ritmo frenético de Ashar Farhadi, por ejemplo), y el acierto en situar los giros de la trama en el momento adecuado. Como destacar el papel fundamental, contenido, intenso, emotivo de la actriz (y codirectora, Maryam Moghadam).
Una película muy valiente y de gran calidad.
GonzaloyGracias
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31 de octubre de 2021
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas proyectadas en la Seminci fue esta producción iraní de los directores Maryam Moghaddam y Behtash Sanaeeha que para ser su primer film han hecho un trabajo admirable. Un guion de ellos mismos y que también Maryam protagoniza interpretando a la viuda Mina.

Babak fue declarado culpable de asesinato y ejecutado, su viuda con su hija sorda viven del trabajo de ella en una fábrica de leche.  A su pequeña Bita no le ha contado la verdad sobre la ausencia del padre después de un año diciéndole que está en el extranjero. Mina no tiene familia ni amigos, su único contacto es un cuñado y un suegro que son bastante desagradables y que pretenden que se mude con ellos para poder criar "bien" a la niña. Tras aparecer el verdadero culpable del crimen por el que fue ajusticiado su marido, Mina emprende una batalla legal contra los jueces por su error.  Pero un día alguien llama a la puerta, es un hombre llamado Reza, se presenta como un amigo de su marido al que debe dinero... Mina está confundida Babak nunca lo mencionó...

La historia algo kafkiana va enrevesandose cada vez más, es curioso que hace poco se estrenara entre nosotros la magnífica película "La vida de los demás" la cual también hablaba sobre el inhumano sistema de justicia de Irán y la pena de muerte.

La película resulta algo cruda y la sensación de impotencia de la protagonista nos sumerge en su sufrimiento. Gran papel de Maryam Moghaddam. El extraño personaje que aparece para ayudarla a salir adelante es Alireza Sani Far que con un semblante triste nos indica que esconde algo.

Un drama muy bien estructurado y contado que habla sobre la culpa y la responsabilidad, en donde se pone en tela de juicio el "ojo por ojo" de la justicia en aquel país.
Destino Arrakis.com
videorecord
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29 de octubre de 2021
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los fallos judiciales siempre son irreparables pero, si además conducen a la pena de muerte, el inconmensurable horror ennegrecerá de forma inevitable toda la vida social.

La directora y protagonista de este drama sabe bien de qué habla. Su padre, por motivos políticos, fue ejecutado.
Las “civilizaciones” con la pena de muerte vigente (sí, los Estados Unidos también), ya son regímenes fallidos, y si además acumulan en torno a un poder unívoco: gobierno, jueces y religión; tienen triple posibilidad de equivocarse; pero salvo raras excepciones tampoco es algo que les preocupe demasiado.

Las mujeres, esos seres invisibles de las comunidades islámicas, vuelven a bailar solas (que diría Sting) para reconquistar la dignidad que hace siglos les fue arrebatada. Y hasta los gramos que recuperan, de un derecho inalienable, han de ser gentileza de los varones.
Solo ellas entienden también la generosa y verdadera dimensión del perdón. Son las únicas capaces de curar el mal que corre por las venas de tantas poblaciones del mundo. El odio nunca solucionó nada ni hizo mejor a nadie.
Sinhué
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28 de mayo de 2022
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Rompiendo Tabúes

El Perdón es una de aquellas cintas "mal" denominadas de cine social. Lo cierto es que para un servidor, El Perdón la denominaría más como una película del género necesario. La obra toca muchas heridas abiertas de la sociedad iraní, que seguro que abrirán ciertos debates en el país, a pesar de que tiene pinta de que la cinta está permitida pensando en un mercado exterior más que para el consumo interno. Un poco como sucedía con Franco y ciertos artistas contemporáneos como Carlos Saura, quien tenía más libertad fuera del país que dentro.

Por una parte, la absoluta protagonista de El Perdón es una madre. Una mujer, pero no una cualquiera. Es lo que diríamos una madre coraje, que valiendo mucho más que cualquier hombre de a pie, tiene que sacar no solo una hija adelante, sino su propia vida y el fantasma de la reputación de su marido.

Evidentemente esto le sirve a El Perdón para describir la situación de la mujer en Irán, la cual no es desde luego la más halagüeña. Sin la necesidad de lanzar al espectador los conceptos, sino de irlos mostrándolos sutilmente, vemos como en el actual Irán la mujer tiene que hacer frente a los problemas del capitalismo actual (el salario de la mujer es insuficiente para que pueda vivir con su hija) con los de un país de fuerte tradición religiosa islámica, donde la mujer es una ciudadana de segunda. A lo largo del filme somos testigos de todo ello, pero como digo, contando siempre desde una manera natural.

Hemos de tener en cuenta que El Perdón está coodirigida por Maryam Modghadam, quien es célebre en Irán por su carrera como actriz. Seguramente su popularidad le haya servido como escudo para poder realizar una película con temas que a otros les estaría vedados.

*Pena de muerte

Evidentemente, como vemos leyendo la pena de muerte existe en Irán, y lo cierto es que la película se posiciona de manera muy clara en contra. El Perdón nos muestra los efectos que tiene una mala decisión judicial en diversos personajes. Por una parte tenemos la visión de la viuda, destruida no solo por la pérdida, sino también por el deshonor que comporta tener un ex marido asesino. También tenemos la visión del propio juez, quien arrepentido por su decisión intentará acercarse a la viuda y tratar de enmendar su error. Así la película muestra una visión más completa, confluyendo las dos visiones en la misma película.

*Sobria dirección

El Perdón cuenta con una dirección sobria, que se encarga de adaptar una puesta en escena en concordancia con el tono de la película. A destacar algunos detalles que muestran ese Teherán urbano, sobre todo en las escenas nocturnas, y que sorprenden por la poca frecuencia con la que se ven este tipo de escenas en el cine iraní. También se recurren a algunas secuencias de corte onírico, que pretenden reflejar el estado anímico de la protagonista, inmersa evidentemente en una condición mental inestable.

*Conclusión

El Perdón es una buena película, que gustará a todos aquellos curiosos que intenten conocer más sobre una sociedad hermética como la iraní. Asimismo, se trata de una película necesaria, que muestra con acierto y de manera deliberada los problemas de la sociedad de su país, tratando de utilizar el cine como herramienta de denuncia, pero sin caer en el panfleto tendencioso.

Escrito por Guillem Sánchez Ferrer
Cinemagavia
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11 de agosto de 2022
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo de que las desgracias nunca vienen solas se podría aplicar a esta película, que propone una buena ración de dramas. Una mujer iraní malvive con la única compañía de su hija sorda; meses después de que su marido fuera condenado y ejecutado la informan de que se trató de un error judicial. Al poco tiempo recibe la visita de alguien que afirma haber sido amigo de su esposo y que se ofrece a prestarle ayuda.

Los personajes mantienen actitudes inverosímiles, posturas difícilmente defendibles, que hacen chirriar el mecanismo de un film de realización esmerada, de ambiciones líricas, que retrata con pudor los sentimientos, al que le perjudica un guion agorero, que siempre opta por la senda más luctuosa y pesimista. Como acierto queda el apunte de la estrecha libertad de la que gozan allí las mujeres, ninguneadas por el sistema, el papel omnipresente de la religión, la "imparcialidad" del aparato de justicia. Pero todo eso se olvida cuando asistes a una espiral de sucesos inexplicables. ¿Cómo es posible que ella no sospeche?, ¿a cuento de qué surge hacia la mitad del metraje cierta subtrama, una nueva tragedia que se suma a las anteriores?, ¿y quién puede creerse el desenlace de la historia?
Jackie Daytona
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