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El convento

Terror. Thriller Georgia, 1957. Mary se ha quedado embarazada, y su entorno se cae a pedazos: su padre es un alcohólico y su novio no puede ayudarle ni a ella ni al bebé. El único refugio es el convento del pueblo. Pronto descubriremos el terror que se esconde detrás de los hábitos, en un lugar regido por estrictas normas, dispuestas para explotar las vulnerabilidades de las jóvenes monjas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
1 de septiembre de 2020
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sustos, golpes de música para asustar, bosques tenebrosos, trampas mortales, monjas maquilladas, caras rajadas, labios hinchados, ataúdes, sueños confusos y mucho mal interior en El Convento.

Perversidad entre unas monjas que hacen mas daño que bien. Fotografía bien definida utilizando el color como parte del entramado. Flashback continuos y muy confusos que distraen la atención del argumento central y aportan poco.

Nada recomendable.
ALIENTO
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30 de junio de 2019
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una iglesia macabra y una protagonista, embarazada y de tormentoso pasado, que recae en ese lugar buscando asistencia. Se torna más horrorosa que terrorífica con alguna que otra escena bastante explícita y sangrienta. Presenta un argumento simple y lineal, con flashbacks del pasado de la protagonista que nos adentran en su historia y todo el calvario posterior que atraviesa en dicho lugar junto con sus compañeras. Mantiene buen ritmo y ofrece tensión. No es una joya pero se deja ver.
Darío Lapicki
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22 de agosto de 2020
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es de terror de lo mala que es. Predecible y con un guión muy básico. Atrocidades que comete una "monja" y poco más. Está bien el ambiente que se crea, la casa resulta agobiante, la música de fondo es acertada, pero nada más.
Mbl
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29 de octubre de 2018
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un sujeto curioso Darren Lynn Bousman. En su carrera encontramos gran parte de la franquicia Saw, con las partes II, III y IV, puro cine comercial que alterna con proyectos más personales como la soporífera 11/11/11 o ese experimento audiovisual llamado Repo The Genetic Opera que tantas pasiones y odios despertó a su paso.

Estados Unidos. 1954. La joven Mary está embarazada y, al carecer de recursos, ingresa en un convento “especializado” en jovencitas descarriadas. La rutina del lugar, liderado con mano dura por la Madre Superiora, es agobiante y pronto Mary se ve en la tesitura de escapar o enfrentarse a muerte con la madre superiora…

St. Agatha podría enclavarse en el cine más personal de Darren Lynn Bousman, esto se nota en el cuidado que pone en las labores de dirección para este Exploit del cine carcelario femenino donde las pobres reclusas eran maltratadas y humilladas por las carceleras; el cambio de uniformes y porra a sotana y biblia le sienta bien a St. Agatha ya que no hay nada más siniestro que una casa vieja y una mujer vestida completamente de negro avanzando implacable pasillo adelante.

La principal baza del trabajo de Bousman es el género en el que se enclava: lo que al principio suena a una mezcla bizarra entre Martyrs de Pascal Laugier, Suspiria de Dario Argento o Rosemary’s Baby de Roman Polanski, pronto deriva al más puro Thriller con toques de Survival ya que tanto el director como sus guionistas Andy Demetrio, Shaun Fletcher, Sarah Sometti Michaels y Clint Sears se las ingenian para convertir la casa aislada en un (pequeño) infierno, donde la asfixiante atmosfera de lugar es sacudida por unos estallidos de violencia y crueldad que incomodan al espectador porque duelen, duelen mucho. Lo que menos funciona en esta cinta son los flashbacks, que ayudan al espectador a conocer mejor a Mary y las razones que le han llevado allí, cuyo ritmo y realización parecen desvaídos, sin fuerza, en contraposición con la historia principal.

Hay muchos referentes en la cinta que el espectador avispado podrá encontrar, y esta es la mayor flaqueza de St Agatha: la falta de autoría, de una firma personal que haga al espectador olvidarse de esos elementos que ya hemos visto anteriormente; para mí, la principal referencia es La Residencia de Chicho Ibáñez Serrador debido a los interiores y al retrato que se hace de Mary y la Madre Superiora, enemigas a muerte, sobre todo porque este último personaje recuerda mucho a esa Madame Fourneau interpretada por Lilli Palmer. El nivel actoral es cuidado, destacando Sabrina Kern como la pobre Mary y Carolyn Hennesy que disfruta en la piel de la terrible Madre Superiora, todo un compendio de maldad. El casting es principalmente femenino ya que, sinceramente, esto es una lucha entre dos mujeres fuertes y los hombres, en comparación, son los personajes débiles, meras sombras sin apenas diálogos.

Atención al trabajo del compositor Mark Sayfritz que tampoco oculta las referencias fílmicas, ya que el espectador podrá reconocer ecos de las bandas sonoras de Rosemary’s Baby y Suspiria.

¿Quieres sufrir con las vejaciones que las monjas malditas infligen a las pobres chicas? St. Agatha es tu película, ¿Miras a otro lado cuando algo te incomoda? Mejor pasa de largo porque los castigos físicos son más que gráficos y escuecen.

http://www.terrorweekend.com/2018/10/st-agatha-review.html
TerrorWeekend
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15 de agosto de 2020
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un nunsploitation descafeinado

Fue en los años 70, cuando dentro del cine de explotación de la Serie B, surgió un subgénero denominado nunsploitation. En ese tipo de películas, se usaba la iconografía católica y eclesiástica como elemento transgresor, colocando a monjas y sacerdotes ante situaciones amorales relacionadas con el sexo y la violencia. Cineastas tan iconoclastas como Ken Russell o el español Jess Franco, hicieron sus pinitos en este morboso subgénero que también tuvo su auge entre muchos cineastas alternativos italianos como Domenico Paolella.

En cierta manera, El convento (St Agatha), retoma parte del espíritu de aquel cine, combinándolo con el cine carcelario y el cine de institutos. Pero vivimos otros tiempos. Si en los 70 existía una necesidad vital de quebrantamiento hacia todo lo establecido, en la actualidad, con un sistema aparentemente ya quebrado, el arte y el cine viven una etapa donde la falsa transgresión se mide a base de likes en redes sociales, sin olvidar nunca la amenazante guadaña de la censura hacia lo políticamente incorrecto.

De ese modo, el exploitation de El convento (St Agatha) evade la sexualidad implícita al género, concentrándose en la tortura física y psicológica de las monjas hacia las internas. En ese sentido, la película se acerca más al cine de terror, que también tiene especial predilección por los ambientes religiosos como foco de muchas de sus historias, una de las más recientes, La monja (Corin Hardy, 2018), terror pulp al servicio de la diversión.

*El convento es una cárcel de mujeres

Sin embargo, El convento (St Agatha) tampoco puede considerarse como una película de terror puro. Apuesta más por el suspense y por crear una sensación de desasosiego a través de ese contexto de represión. No importa tanto el entorno moral y religioso como transformar el convento en una cárcel de mujeres. El director, Darren Lynn Bousman, consigue momentos brillantes en la puesta en escena, con algunos buenos momentos de tensión y otros francamente desagradables (en especial dos que tienen que ver con la comida).

Pero no es suficiente. La inserción de constantes flashbacks explicativos que no aportan demasiado al conjunto, van lastrando el ritmo de la película. Tampoco la historia termina de fluir, existen demasiadas cortapisas que la alejan de ese cine exploitation del que es deudora y, en lo visual, Bousman se distancia deliberadamente del gore que exhibió dirigiendo algunas de las secuelas de Saw. Es como si se buscara a un público más amplio con un producto que termina perdiendo su esencia por el camino.

El título original alude a Santa Ágata, Águeda de Catania, una virgen y mártir del siglo III, que tras negarse a mantener relaciones sexuales con un hombre, éste obligó a que la torturaran y le cortaran los senos. No te preocupes, tampoco hay ni rastro de esto en la película, y la posible reivindicación feminista al escoger este personaje también es bastante superflua.

*Conclusión

El convento (St Agatha) es un film adscrito dentro del género de terror con influencia del nunsploitation de los años 70, dirigido por Darren Lynn Bousman. En realidad, apuesta más por un suspense atmosférico que toma la iconografía cristiana como simbología de la represión moral de una época. La banda sonora compuesta por Mark Sayfritz, homenajea claramente al leit motiv de Suspiria (Dario Argento, 1977), con la que la película establece un diálogo interno no siempre correspondido.

Es un film irregular, con una buena puesta en escena y una fotografía de Joseph White, en exceso preciosista, lo que contrasta con la ambientación opresora y asfixiante que se busca. Tiene algunos buenos momentos (cuando la película se pone macabra funciona) y destacan las interpretaciones de Sabrina Kern y Carolyn Hennesy, pero al final queda la sensación de que la película se queda a medio camino de muchas cosas, tanto en lo formal como en lo temático.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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