Accidents Happen

Lo que suponía debía ser un film de humor negro, queda supeditado a las gracietas de dos muchachos de temprana edad a los que, como no, les gusta hacer el cafre y el macarra como al que más. De este modo, ese humor negro que debíamos encontrar en "Accidents Happen", se encuentra, pero de una forma un tanto forzada en tres o cuatro diálogos y situaciones que no dejan de poner en evidencia las escasas ideas de un film que durante su comienzo parece tener alas pero en aproximadamente diez minutos se pierde por los fueros y dedica su metraje más a una especie de psicoanálisis de baratillo de una familia dividida que otra cosa.

Los momentos dramáticos, de este modo, interceden en el film siendo los únicos que intentan dar de frente con el espectador y mostrarle que aquí se esconde más de lo que parecía, pero no porque el calado de la peli de Lancaster vaya más allá, sino porque pasamos de obtener un retrato supuestamente bien madurado que, en cambio, sólo funciona cuando los personajes berrean y se enzarzan en la pantalla, por eso de que está bien interpretada y tal. Porque ahí no se le pueden buscar pegas a "Accidents Happen", pues desde una Geena Davis recompuesta para la ocasión, hasta los jovencísimos actores que dan vida a Billy Conway o Doug sacan sus roles adelante a la perfección, sin demasiados aspavientos, con sencillez, pero siendo conscientes de que ellos solos no sacarán adelante un material ya de por si mediocre.

El film va avanzando y aunque se sigue gracias a su liviano planteamiento y a un ritmo que no adolece demasiados altibajos, nunca llega a encontrar ese tono descarado y macarra que pide a gritos y que, por desgracia, se ve simple y llanamente soterrado por algún que otro chispazo que ni otorga la suficiente chispa y parece encajado para hacer avanzar un costado dramático que da vueltas y vueltas para desembocar en un final perfecto, con un último diálogo medido como pocos y un plano final que parece dar sentido a la película, aunque ya sea demasiado tarde para querer medir nada y el sentido se había perdido mucho antes, entre rodeos que nos remiten más a los films de género mil veces vistos y pisotean tópicos habidos y por haber, momentos excesivamente complacientes y personajes que encajarían mucho mejor en el film que supuestamente iba a ser "Accidents Happen", pues aquí los únicos destellos los producen éstos, pero nunca llegas a saber de donde salen ni porque en esa montaña de incertidumbre.

Digásmolo ya. Esta película es una engañosa tragicomedia con un par de momentos impresionantes.
Ni la historia ni los personajes están a la altura de otras tantos films parecidos de los 70's y sobretodo los 80's. Ni energía ni vitalidad ni ritmo. Es un deambular constante entre personajes sin movimiento. Nada ocurre, nada engancha.
Floja.

Difícilmente pueda verse en el cine una introducción semejante a la de Accidents y luego una distorsión tan abrupta tanto en los tonos como en el mensaje final. Lo que comenzó siendo un atisbo de obra mayor culminó al mejor estilo norteamericano.

El inicio lleva una firma, o por lo menos un intento de la misma: Lancaster se la jugó y arriesgó mucho en menos de cinco minutos. Un hombre prepara un asado mientras su vecinito juega con la regadora de cesped. Segundos después un accidente hace que el hombre se vea envuelto en llamas y su vecinito, alegre como al inicio. El hombre corre buscando la regadora en velocidad ralentti, todo en medio de un plano picado con la bandera norteamericana flameando solemnemente. El tono de la obra sale a la luz: negrísimo, corrosivo y, por supuesto, duramente crítico.

Luego los años pasan y el relato se centra en los avatares de ambas familias vecinas, sus neurosis, sus tragedias, sus desencuentros. Significativamente, los tonos ya no son los mismos: el humor terrible da paso lentamente a un melodrama que se precia de ser MUY serio, dejando a la secuencia inicial extrañamente descontextualizada en medio de confesiones duras y sub historias que aglomeran más de lo que complementan.

El (serio) problema es el siguiente: o te burlas lapidando valores caducos o redimis a todos con colores pastel, elegantes y pomposos. No puedo olvidarme de esa bandera inicial que flamea: Accidents pretende ser una durísima crítica a un sistema de vida, pero termina auto complaciendo, relegando culpas, responsabilidades y, en última instancia, perdonándolo todo. Como aquel que va a la iglesia luego de pecar sin parar, expone sus culpas y sale airoso como si nada hubiese pasado.

Su título no puede ser más acorde con el resultado artístico de esta película, la cual es un claro ejemplo de que los accidentes ocurren en el cine y se producen películas vacías y sin alma.

Comienza con un uso abusivo de la voz en off, gratuita la mayor parte de las veces y utilizada de forma ventajista para contar de qué va la película y cómo evolucionan los personajes. A mi entender, este exceso de voz en off no es cine, puede ser literatura pero no es cine.
De repente la voz en off desaparece y entonces entendemos por qué se había estado utilizando previamente tan intensivamente: porque las imágenes y escenas de esta película por sí mismas no transmiten nada, no tienen sustancia ni fuerza.

Por ciertas similitudes argumentales, en lugar de ésta recomiendo ver "Sunshine cleaning", una película que sí tiene alma.

Un inicio que nos incita a continuar, a esperar que Lancaster haya creado una gran obra, profunda, verosímil y prometedora. Pero no es así; las escenas parecen estar a leguas de distancia entre sí y tampoco es que la BSO ayude mucho: se ha querido hacer una comedia negra, pero no se ha conseguido siquiera arrancar una leve sonrisa ni escalofrío.

La actuación de los personajes podría haber sido mucho mejor (la escena en la que el protagonista está con su hermano vegetal y lo empuja, por Dios, no hay dramatismo alguno; no hay nada, carece de sentido sin su debida representación lógica). Y si le unimos la carencia de dinamismo argumental, el tambaleo de la propia verosimilitud narrativa y el final alquilado "hollywoodiense" de la familia rota que se pega con cola al final de la obra, nos quedamos ante la pantalla con la sensación de no haber visto nada.

Para concluir, me parece una obra sin alma: demasiadas ausencias interpretativas, profundidad dramática cuasi nula (ese realismo que la película y el público piden a gritos para un género como es la comedia negra) y exageradas poses en escena que dejan a un espectador de piedra, pero por el simple hecho de no haber sentido la más mínima complicidad ni con los personajes ni con la obra misma.

(Pd: la obra tiene fragmentos, en mi opinión, que merecen un fuerte aplauso, pero estos carecen de los hilos que deberían conectarlos y hacerlos brillar como conjunto y no solo como unidad independiente.)

Lander.