Deseo prohibido

Bella película de un romántico sofisticado, que en medio de un universo donde se suele desarrollar el western, se nos narra una bonita y triste historia de amor entre dos mujeres bastante distintas entre sí pero ambas necesitadas de cariño en medio de un paraje hostil y condiciones durisimas donde la soledad impera.
Se desarrolla de forma que se tarda un poco en entrar en la historia, pero poco a poco nos va ganando por su sensibilidad y exquisitez.
La joven realizadora Mona Fastvod logra convencer por su exposición de los hechos de forma clara y con pocos personajes nos relata una conmovedora historia llena de amor y cariño, amén de respeto y ansias de libertad en cuanto a la vivencia de los sentimientos más profundos.
Las dos actrices están excelentes, reservándose Casey Affleck, uno de los productores de la cinta, un bonito y nada sencillo papel de marido comprensivo que, aún sufriendo en su interior, respeta a su esposa por encima de todo.

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Este western adaptado del libro homónimo de Jim Shepard, nos relata el romance entre dos mujeres en épocas de construcción de Estados Unidos, no sin hacer una referencia al contexto actual.

Abigail es una mujer que vive en una zona rural junto a su marido. Ellos vienen de afrontar la pérdida de una hija. En medio de un duro invierno (que ayuda a reflejar la relación en esta pareja), otro matrimonio alquila una granja cercana, es entonces cuando nuestra protagonista conoce a Tallie. En seguida las dos se hacen amigas, comparten ese disconformismo y soledad que sufren con sus vidas de casadas, tienen una experiencia distinta con la maternidad, pero lo más importante, a medida que se acercan tiempos más cálidos, empiezan a descubrir una pasión mutua que las lleva a entablar una relación secreta, por obvias razones.

Se trata de una historia contada de forma tan apacible como atrayente. El ritmo lo va marcando Abigail, quien lleva un diario narrado a través de la voz en off, que si bien es un recurso que muchas veces está de más, en esta ocasión cumple dos funciones: por un lado ayuda a darle a la película ese espíritu literario en que se basa, y por otro, termina de darle forma a la personalidad del personaje, alguien muy sensible y elocuente, pero que reserva esto sólo para sí misma, teniendo más dificultad para expresarse verbalmente.

Las actuaciones son excelentes. Katherine Waterston realiza un trabajo deslumbrante, lo que hace imposible no empatizar con ella, cuyo descubrimiento de sí misma está expresado de maravillas. Tallie está encarnada por Vanessa Kirby, que más allá de la belleza que se le pueda adjudicar o esa caracterización rojiza que simboliza el deseo, ejecuta un papel intenso y seductor, una mujer muy segura, de movimientos lentos pero firmes y un registro vocal grave y suave que resulta sumamente atractivo. Y la química entre ambas es casi inigualable.

Una hermosa historia de amor y liberación, que expone diferentes tipos de violencia, mandatos culturales y la influencia de la religión en la conformación de la sociedad.

El escritor Jim Shepard firma junto a Ron Hansen el guión del segundo largometraje de la directora Mona Fastvold. De esa colaboración se desprende tanto la principal virtud como la tara que lastra la película. 'The World to Come' es particularmente fiel al relato homónimo del propio Shepard, sabiendo transmitir una atmósfera hipnótica alrededor de las dos protagonistas (Vanessa Kirby, Katherine Waterston). Sin embargo, esa fidelidad se traduce en un uso reiterativo de la voz en off. Da la impresión, en ocasiones, que estemos frente a la lectura o el recitado de una novela.

Un recurso que denota carencias en el manejo del lenguaje cinematográfico. Estamos en un lugar indeterminado del nordeste americano. Mediados del siglo XIX. Waterston y Casey Affleck forman un matrimonio de granjeros que han pasado por el trance de perder a su única hija. La monótona existencia de la mujer dará un giro cuando alquilen otra granja cercana la pareja constituida por Kirby y Christopher Abbott. Una amistad que dará paso a algo más.

'The world to come' apunta a un western dónde las miradas desafiantes, duelos, disparos y revólveres son sustituidas por el deseo, pasión y tensión inherentes ante lo prohibido. Un amor lésbico, de envolvente carga física, en un entorno que apela a valores vinculados con la masculinidad, y en el que el rol de la mujer anda grabado en piedra: madre, sirvienta y abnegada esposa en la satisfacción de su cónyuge.

Vanessa Kirby y Katherine Waterston dotan a sus personajes de complejidad. Ambas cargan con relaciones que no las llenan. La resignación indolente de una, se contrapone a la actitud más atrevida e inconformista de la otra. Una superposición de caracteres que, amenazando con explotar,  se queda sólo en pirotecnia. Sigo sus penurias, desencantos y rutinas desde fuera. No logro implicarme en ellas.

Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para http://rockandfilms.es

*Matrimonios, religión y frío

En su anterior trabajo, The Sleepwalker (2014), Fastvold ya trabajó con Chrsitopher Abbott y también esas asperezas en la relación entre dos parejas, así como el misterio tras una desaparición. En esta ocasión, Fastvold ubica la historia en el siglo XIX en pleno invierno, donde dos parejas vecinas viven aisladas como granjeros, trabajando la tierra y el ganado.

Una pareja está formada por Abigail (Katherine Waterston) y Dyer (Casey Affleck), y la otra por Tallie (Vanessa Kirby) y Finney (Christopher Abbott). Pero esta película no habla solo de los tipos de matrimonio, además habla de la maternidad, la esperada y también la perdida, la clase y cómo se construyó Estados Unidos. Cómo eran las familias fundadoras y cómo encajaban las mujeres en aquel mundo, qué hacían y cómo estaban valoradas dentro de las estructuras. Así como la radical influencia del cristianismo en las relaciones familiares.

En un bosque helado en pleno invierno, mientras el romance entre Abigail y Tallie avanza, va acercándose también el buen tiempo. Así cuando llega la primavera, sube la temperatura de todas las formas posibles. Una atmósfera dura y fría que contrasta con una narrativa llena de emociones, que no se presentan con el objetivo de hacer sufrir al espectador, pero este podrá sentir y empatizar.

*El mundo por venir, a través de Abigail

En The world to come destacan las cuatro actuaciones de ambos matrimonios, cada una en su registro al demostrar amor, respecto, desprecio o soberbia. Abigail y Tallie mantienen una buena química, un romance que hará sonreír al público con una construcción lenta y emocional, así como un final destructivo y, lo peor, realista. Pero, como la película trata de mantener un tono neutral al alejarse de la densidad que tiene el drama, quizás la estética acaba empañando este romance.

Abigail es la narradora de la historia, mediante su actuación y una voz en off que puede resultar innecesaria para algún espectador. Destaca por encima del filme la actuación de Katherine Waterston. El espectador se quedará con la fortaleza y los recuerdos de Abigail, su coraje, sus emociones, su perseverancia, su pérdida, es a través de ella por donde pasa la película y a quien el espectador verdaderamente acompaña.

*Conclusión

The world to come es una historia de cocción lenta, lirista y valiente. Su propuesta estética no fuerza al espectador a hacer una inversión emocional completa y destructiva, pero se quedará con lo emotivo del personaje de Abigail y la brillante interpretación de Katherine Waterston.

Escrito por Alba Puerto Martín

The World to Come (2020), dirigida por Mona Fastvold, es un drama romántico situado a mediados de siglo XIX en la costa Este de Estados Unidos, en un mundo rústico y duro. Una mujer encuentra en una nueva relación la posibilidad de superar la pérdida de su hija.

Por Nicolás Bianchi

Clásica en su estructura pero muy actual en su mirada, The World to Come recurre a la forma del diario íntimo como guía para contar la historia de Abigail (Katherine Waterstone), una mujer que afronta un duro invierno tanto estacional como vital. La reciente muerte de su pequeña hija a causa de la difteria torna aún más gélidos sus días en la granja que comparte con su marido Dyer (Cassey Affleck). Afuera nieva mientras adentro su matrimonio se congela.

Abigail es mucho más expresiva en su escritura que oralmente. El vuelo poético de algunas de las frases con las que describe su presente acompaña en off a las imágenes de su vida cotidiana, en la que hay más que nada obligaciones y deberes para con su marido y su hogar. Su vida cobrará un vuelco cuando conozca a Tallie (Vanessa Kirby), que junto con su esposo Finney (Christopher Abbot) alquilan una propiedad cercana.

Entre Abigail y Tallie surge un amor clásico, como los de antes pero entre mujeres, que parte de una suerte de flechazo que sucede la primera vez que una visita a la otra y comparten cierto tiempo juntas sin la presencia de sus maridos. La dimensión de los sentimientos de los personajes es tal que Abigail deja atrás, al menos momentáneamente, la muerte de su hija.

El mundo de The World to Come es duro. El invierno es muy frío y la supervivencia depende del trabajo. A los personajes no les falta nada aunque viven en un mundo materialmente limitado. En parte por eso aparecen condicionadas las relaciones entre hombres y mujeres. Entre Abigail y Dyer hay, más allá de momentos de distancia o cariño, una unión pragmática. Se trata de una vida burocrática en la que él anota en un cuaderno todo lo que necesitan para vivir durante el año mientras ella se expresa en silencio sobre sus sentimientos.

Cada cual debe cumplir su parte y cuando Abigail se distrae le recuerdan cuál es su lugar. Hay aquí una línea evidente sobre el trabajo doméstico, el trabajo no pagado ni reconocido, en sintonía con los reclamos del feminismo actual. Peor aún es la situación para Tallie, ya que su marido Finney además experimenta cierto fanatismo religioso. Su particular interpretación de las escrituras cristianas lo lleva a considerar que el rol de la mujer es aún más subalterno. Una sombra de violencia latente también recorre al matrimonio de Tallie, que todavía no pudo, o no quiso, proveer a su esposo con un hijo.

Pero más allá de los temas de agenda contemporáneos la película atrapa por su propia historia, la de Abigail y Tallie, que está sostenida en una muy buena química entre Waterstone y Kirby. El marco bucólico, donde abundan los paisajes nevados y agrestes de postal, contrasta con la aspereza del mundo que les toca vivir a las protagonistas. Su amor es todavía prohibido. Quizás en un mundo futuro imaginado ya no sea así.