Los hermanos Willoughby

*Mucho color

Uno de los principales atractivos de Los Hermanos Willoughby, sin duda es su peculiar animación y casi excesivo colorido, tanto de los personajes como de sus escenarios. Recuerda mucho a la utilizada por Aardman Animations, muy conocida por el empleo avanzado de las técnicas de claymation y stop motion en sus producciones.

Sin embargo hay que reconocer que Los Hermano Willoughby tienen un toque personal y característico en su animación, que le diferencia del de otros largometrajes animados, como sucedió con Spiderman: Into the Spiderverse. Eso provoca que, nada más comenzar la historia, sientas cierta atracción por el llamativo entorno. Por supuesto, el decorado no completa la obra, pero si ayuda a visualizarla mejor.

*Una buena puesta en escena

La idea inicial de Los Hermanos Willoughby, respecto a la trama y su desarrollo, es curiosa, e invita a querer saber más acerca de esta peculiar familia.

Encontramos uno de esos personajes que rompe la cuarta pared, para comunicarse con el espectador, hacer de narrador, y de paso intervenir en la historia directamente; y si, me refiero al gato. Este sarcástico felino, nos introduce en la historia de una manera fluida, para que entendamos mejor lo que vamos a ver. Ya hechas las presentaciones, uno no puede evitar sentir empatía por los pobres niños protagonistas, y un tremendo odio hacia los horribles padres. Así, sin querer, nos ofrecen una película con un planteamiento algo tétrico pero con toques de humor, que resulta, en cierto modo, interesante.

*No es oro todo lo que reluce

A pesar de que Los Hermanos Willoughby se presenta a sí misma con una historia atractiva e interesante, al final deja mucho que desear. No llega a enganchar como se esperaba de ella, y resulta un poco decepcionante.

A medida que avanza la trama, hay demasiados giros bruscos y alborotados que desvían el objetivo principal, aunque no se descuida del todo, eso si. En otros largometrajes esto podría resultar ser una ventaja, y algo original; sin embargo, en esta solo hace evidente que han tratado de meter demasiado material en muy poco tiempo. No dejan que los personajes se desarrollen como deberían, y las escenas de humor apenas te sacan alguna sonrisa de vez en cuando.

Los Hermanos Willoughby no provoca la sensación que te deja una de esas películas que recordarás toda la vida. Probablemente, para muchos espectadores, acabe cayendo en el olvido, a menos que alguien se la recuerde.

*Siempre hay moraleja

En Los Hermanos Willoughby, por supuesto hay una moraleja final, después de tanto barullo. Cualquiera podrá entender el mensaje familiar que desprende, y el llamamiento a la responsabilidad. Eso es algo que tiene presente en todo momento, y que hace ver que en muchas ocasiones, la familia que toca no es la deseada, pero siempre hay esperanza de poder formar una mejor; la que elegimos.

A pesar de llevar un buen mensaje al espectador, como hemos comentado antes, la trama avanza de forma brusca. Eso provoca que aunque exista una moraleja muy presente en todo momento, no se pueda exponer de forma correcta.

*Conclusión

Los Hermanos Willoughby es un entretenido largometraje animado, con una buena puesta en escena, pero un desarrollo algo decepcionante. Es colorida, llamativa y algo entrañable, pero resulta una de esas películas olvidables, que solo recordarán unas pocas personas. Su humor te sacará alguna que otra sonrisa, y sus valores están presentes en toda la trama, pero avanza con muchos cambios bruscos y no desarrolla muy bien a sus personajes. Es una película con muchas posibilidades, que trata de meter demasiado contenido en muy poco tiempo, y que quizás hubiera funcionado mejor como una serie.

Escrito por Javi Sardi

Tras la magistral Klaus la archiconocida plataforma nos ofrece esta gran película de animación, diseños coloridos y personajes memorables, desde los hermanos Willoughby hasta los egoístas padres, pasando por su niñera Linda, la única que realmente parece querer y preocuparse por ellos. Aunque se trate de una obra infantil, está repleta de momentos y situaciones que hasta el más adulto puede sentirse identificado, como el deseo de tener una familia mejor, el drama de los huérfanos y las heridas que no sanan, pero sin nunca faltarle un toque cómico a la historia, con un humor de lo más absurdo y efectivo que se complementa con una animación de última generación, profesional y buenas transmisora de los sentimientos de sus protagonistas, dejando un mensaje cálido y tan real como la vida misma.
En definitiva, mirad The Willoughby, con la familia si es posible. Un entretenimiento para niños, pero una lección para todos.

Por sorpresa y sin hacer nada de ruido nos llega a Netflix esta cinta animada, producida (y doblada en su versión original, ya que le pone voz al narrador) por el inclasificable Ricky Gervais, y con la cual la crítica especializada ha quedado entusiasmada (93% en Rotten Tomatoes), siendo este último factor lo que me ha empujado a darle una oportunidad, ya que es cierto que la oferta de producciones a visualizar, ya sea de Netflix o de otras plataformas, es muy abultada y cuesta decidirse.

La película nos cuenta la historia de Los Willoughbys, una extraña familia con unos padres que no ejercen como tal y unos hijos que están ansiosos de cariño. La verdad es que el punto de partida quizás no sea del todo original, pero la película se las arregla para ofrecer su propio sello de identidad, siendo una agradable propuesta que se deja ver sin problemas.

La animación es tan simple como fascinante, ya que, aunque los diseños de los personajes son algo toscos (me temo que intencionado), hay detalles como el de la lana, la combinación de colores u otros efectos que hacen que técnicamente la película se diferencia de otras, siendo un trabajo decididamente logrado, al combinar muy bien los elementos. Nada que envidiar a otras producciones, las cuales estoy seguro que son mucho más caras.

En cuanto a la dirección, cortesía de tres directores, es decididamente frenética y alocada, haciendo que el ritmo jamás decaída en todo el metraje, aunque los algo menos de noventa minutos que dura la cinta parezcan más, al contar tantas cosas en tan poco tiempo, y sin que haya pausas ni descansos de ningún tipo. De todas formas, creo que este ritmo trepidante le viene de perlas a la película y hace que se distancia de otras propuestas similares.

En cuanto al guion, se nota un esfuerzo por ofrecer una historia original y diferente, pero cierto es que el resultado final es demasiado caótico, al introducir demasiados personajes y momentos, siendo un híbrido de episodios y subtramas que, aunque todos se combinan al final, dejan la sensación de que han querido abarcar demasiado. Por otro lado, la trama es demasiado predecible, ya que todos sabemos como va a finalizar la historia, no habiendo espacio para sorpresa alguna.

No obstante, los personajes están más que logrados, siendo totalmente estrafalarios (en el buen sentido) y únicos, además de que la película tiene corazón y alma (algo que le falta a infinidad de recientes estrenos animados de los últimos años), siendo una emotiva aventura que ofrece un gran mensaje, aunque ya se haya visto en otras producciones similares. Mención especial a los momentos hilarantes, la mayoría bastante logrados, así como a la mala baba del conjunto, con un humor negro y cínico que hará las delicias del público adulto, aunque los más pequeños de la casa también disfrutarán la propuesta sin problemas.

Por último, recalcar la estupenda banda sonora, con un par de melodías que funcionan muy bien en bastantes momentos, conformando una música que adhiere más personalidad e identidad a la producción.

En conclusión, estamos ante una simpática y entrañable producción animada, y que sin ser ninguna maravilla cumple su cometido de entretener y emocionar, dejando un sabor agradable al finalizar su visionado. Y eso es más de lo que se puede decir de otras cintas animadas, pretenciosas y ya olvidadas. Una agradable sorpresa recomendable para pasar un rato distendido, que no es poco.

Más críticas: ocioworld.net

El director de Lluvia de albóndigas 2, Kris Pearn, nos vuelve a traer una película animada basada en stop-motion con una historia peculiar en sí misma.

La trama es sencilla, una familia rara, muy extraña, en la que los dos padres solamente desean amarse uno al otro y tienen abandonados a los niños (Alessia Cara, Martin Short, Will Forte), de modo que estos deciden "huerfanarse". Creo que lo más entretenido y divertido de esta disparatada película es Ricky Gervais que hace de un gato callejero muy peculiar (como toda la película).

La animación no está nada mal, creo que dan un paso más avanzado en la tecnología del stop-motion, a pesar de meter algunas escenas secundarias reales (parece que ahora está de moda). También hay que destacar la canción que canta Alessia Cara, maravillosa toda ella.

Pero esto es todo lo que se puede destacar de la película, que no sorprende, y a pesar de pasar un buen rato con ella, es fácilmente olvidable.

Los Hermanos Willoughby es la segunda película de animación original de Netflix (la plataforma ya había antes comprado los derechos de distribución de películas como Pachamama o La Nueva Generación, pero estas son las primeras que produce), que tras Klaus, toda una obra maestra de la animación que innovaba con su increíble y puntero apartado visual, a la vez que encantaba con su hermoso guión, tenía unos altos niveles que alcanzar. Sin embargo yo le tenía muchas ganas, no solo por la conexión con Klaus (no os equivoquéis, no es del mismo equipo), si no también por lo mucho que prometía con sus tráilers, presentando una animación altamente estilizada que emulaba las producciones en Stop-Motion de Screen Novelties, y una historia muy original con mucho potencial para hacer algo grande.

El resultado es una de las películas más originales y locas que he visto en mucho tiempo, la mejor comparación que se me ocurre es Lluvia de Albóndigas. Partiendo de un aspecto visual que, como ya dije, es alucinante, se nos presenta la historia de los Willoughby, una familia llena de increíble gente que realizó grandes hazañas y destacaba por su increíble bigote. Tristemente, la última generación de la estirpe son unos padres egoístas y desobedientes que tratan horriblemente a sus hijos, no les dan de comer, los castigan en una carbonera cuando les piden cualquier cosa, y los encierran en casa. Así pues los cuatro niños Willoughby (el líder Tim, un chaval que intenta cubrir su cobardía bajo una fachada autoritaria; su hermana Jane, que quiere deshacerse de sus padres para dedicarse al canto; y los gemelos Barnaby, que "dan grima") traman un plan para deshacerse de los padres. A partir de aquí se suceden todo tipo de chifladurías propias de un episodio de cualquier serie animada de Nickelodeon de los años 90 o un tebeo de Ibáñez, en un universo sin lógica que aprovecha a la perfección el ilimitado poder de la animación: a los niños les pueden salir de repente tres brazos o arder en llamas y a la siguiente toma vuelven a estar como si nada, hay un personaje que es una literal mascota de caramelos, y un dirigible puede funcionar utilizando azúcar y el poder del arcoíris como combustibles. Es un estilo al que en un principio cuesta acostumbrarse, los primeros 15 minutos son un constante bombardeo de movimiento y gritos, pero conforme avanza la trama uno se deja envolver por la locura de la película, culminando en un gran final que subvierte las espectativas de lo que se puede esperar de este tipo de cintas, y aún así logra ser precioso aún mantieniendo ese toque de humor negro que peculiarmente tiene.

La animación es excelente, única, a parte del estilo mezcla de Stop-Motion y UPA que tiene, se emplean más estilos y medios como 2D, Stop-Motion verdadero o Cut-Out para los créditos finales, y los escenarios están repletos de gags ocultos que ayudan a crear este universo sin lógica y hacen que con cada visionado descubras algo nuevo. Entre Klaus y esta película me llena de alegría ver a Netflix apostar por animación que rompe moldes y sale de lo que solemos esperar.

Si se le ha de poner una pega fuera de que cuesta acostumbrarse a su locura en un principio, es que el ritmo frenético de la película hace que las relaciones entre los niños protagonistas, la niñera y el comandante Melanoff sean muy apresuradas (con este último personaje apenas comparten una escena antes del clímax final), se hubieran agradecido 10 o 15 minutos extra de estos personajes interactuando entre ellos antes del tercer acto.

Aún así, Los Hermanos Willoughby es una película fresca, original y única que destaca por su estilo particular y su buen uso del humor negro, y una demostración más de que la apuesta de Netflix por animación de calidad es fuerte. Tengo muchas ganas de ver que más nos traerán.