Esta es ese tipo de películas que cuando vuelves a casa piensas que:
-La crítica ha cobrado el aguinaldo de navidad anticipadamente, a cargo de 20th Century Fox
-La crítica no tiene criterio.
-O la invasión de los simios ha empezado conquistando las redacciones de las publicaciones cinematográficas.

No se si vale mucho la pena dedicarle tiempo a este... producto "cinematográfico".
El único concepto que vislumbro claramente es CLICHÉ; es más, cliché malo.
Un guión fabricado en una chatarrería, aprovechando los residuos de producciones de distintos géneros, mezclándolos en la coctelera de un gran y luminoso despacho de producción, de la calle Marqueting, del barrio Vamos a hacer dinero con estos catetos, de hollywood.

No esperaba gran cosa de la película, pero no me parece de recibo construir unos personajes tan planos, con unas relaciones y diálogos tan mascados y poco creíbles. Sólo hay que escuchar lo que le dice la chica al protagonista, en la escena de la muerte del padre y en el momento culminante de la acción. Debería pleitear para que me devuelvan el dinero de mi cena y para que paguen ellos la tintorería del espectador que se sentaba enfrente.
Ya entiendo que a mucha gente con ver un animalito con expresión humanoide, superando pruebas de instituto carcelario ya le compensa la inversión económica y de tiempo. Pero otros no somos tan sensibles a este tipo de vivencias. Da igual, no le voy a dedicar ni un minuto más a este engendro.
En resumen, un mal guión, mal interpretado y con efectos visuales de hace una década.