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España España · Madrid
Críticas de Moody
Críticas 783
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
30 de agosto de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imaginamos una película de superhéroes y no nos viene a la cabeza otra nacionalidad que sea la estadounidense. Llevan apropiándose de la marca desde hace mucho tiempo, invirtiendo ingentes recursos en hacer cada entrega más espectacular cada vez. Sin embargo, también hay propuestas del género en otros países, y también en España, claro que sí.

“Orígenes secretos” no es la primera que explora el género desde una perspectiva patria, aunque puede que sea el más digno exponente. “Superlópez”, “Capitán Trueno” o la reciente serie “El vecino” aprovecharon el tirón si no para cosechar críticas positivas, al menos para arañar algunos euros de la taquilla. “Orígenes secretos” se sitúa un escalón, quizás dos, por encima.

La película cumple con muchos de los cánones del género, aunque va un poco rápido en sus primeras exposiciones, no quiere perder el tiempo. Cuando mejor funciona es cuando dejan de tomarse en serio a sí misma, algo que hace a menudo, dejando fluir un alma más gamberra que de otro modo estaría oculta. Utilizando los diferentes escenarios para introducir la trama, los personajes se presentan de manera adecuada y pronto vemos sus cualidades y personalidades, aunque en el caso del personaje de Echegui sea mediante un exceso de palabras malsonantes que parecen intentar poner en primer plano a un personaje femenino que, además de ser el único, carece de peso específico en la trama general. Convencionalismo, por cierto, que sin duda sobraba.

Y aunque en un principio podamos clasificar la película como de superhéroes, dentro de ella podemos encontrar una gran variedad de géneros: desde un thriller convencional con todos esos asesinatos recreados con esmero y dedicación, hasta una comedia romántica en la que la pareja Echegui-Rey se atrae, pasando por una buddy movie en la que los personajes de Rey y Efe consolidan su relación según avanza la trama. Muchos elementos que conjuntar que Galán Galindo, también guionista, mezcla con un destacado pulso, y que actores como Alterio y Resines elevan de nivel con sus interpretaciones, las mejores de la película.

Pocas veces ocurre que una película de estas características tenga un final a la altura de lo construido, Galán sabe concluir el camino trazado con una conclusión que sirve de homenaje al mundo de los cómics y que demuestra lo mucho que controla esa cultura pop presente durante la película. ¿Quién decide quién es normal y quién no lo es? El espectador tiene la última palabra.
Moody
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4
6 de agosto de 2020
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Una película pequeña, de ajustado presupuesto, escaso reparto y, suponemos, contenida ambición en su recorrido comercial, es la historia que nos presenta el director Juanra Fernández. Se le adivinan buenas intenciones, pero con una propuesta tan modesta es difícil prever si su futuro está detrás de la cámara.

No es culpa suya que no haya más recursos para tirar de ellos, pero sí lo es que no explote lo poco que tiene. Nada más empezar, vemos a un ladrón que se cuela en una casa que él cree abandonada y que da lugar al resto de la trama. Comienzo sencillo, rápidamente llega la aparición de la pareja en la casa, y con ella el juego que se establece con el ladrón. Todo muy rápido y poco efectivo, el espectador que no entre en ese juego verá la película con desgana. La trama se repite sin remedio: ”abre la caja” espeta constantemente Botto; “quiero marcharme” responde Cornet sin cesar. Ese juego del gato y el ratón es lo que mueve la película, no importan las motivaciones ni el camino recorrido por los protagonistas, que se resuelven de soslayo, casi por obligación.

Y la película continúa, con la sospecha de que en cualquier momento Botto o Cornet, incluso Ponce si me apuran, son capaces de acabar con la trama de un plumazo. Evidentemente no lo hacen y no nos ahorran unos cuantos minutos de rodaje, necesarios para que el espectador vaya a hacer cualquier otra cosa lo antes posible. Solo como curiosidad, por el camino el guion ha fulminado el papel de Matilla de una forma un tanto ridícula.

Pero “Rocambola” guarda para el final su última carta, ese momento en el que cualquier película lanza sobre la mesa el as de oros dejando al espectador con un buen sabor de boca. Sin embargo, nadie enseñó a los guionistas las reglas del tute, porque para su traca final solo guarda el cuatro de bastos. La aparición sin explicación de otros personajes, la manera en la que el personaje de Botto (interpretación rutinaria, sin aristas) va resolviendo las situaciones, la llegada de la policía, y ese final del ladrón telegrafiado desde hace bastantes minutos, demuestran que a la película le faltan muchos detalles por pulir y que, por momentos, parece poco más que un proyecto de fin de curso.
Moody
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4
6 de agosto de 2020
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Igual que nadie imagina a la última entrega de la saga “Misión: Imposible” ganando el Gran Premio del Jurado en Cannes, a nadie le sorprenderá que “The Souvenir” no recaude una millonada en taquilla. No es una película apta para todo tipo de públicos, y eso no es malo ni bueno, simplemente va dirigida a quien va dirigida, así que no complacerá a todos.

Bajo esta premisa, debo decir que la película tiene un punto de partida interesante, de los que animan a seguir viéndola. Sin embargo, según se adentra en la historia, se vuelve lenta y el interés en su trama decae. A Hogg, directora y guionista de la película, parece interesarle más el contenido que el continente, y esa declaración de intenciones penaliza el resultado final.

Porque el envoltorio siempre entra por los ojos, y “The souvenir” nos llega envuelta en un liso papel marrón, de los que no destacan. Su sobria factura convierte a su contenido en la parte importante, sobre la que recae la responsabilidad. A pesar de tener en sus manos una más que interesante historia, Hogg se empeña en dar sentido a sus ideas a través de diálogos impostados, silencios imposibles y secuencias que seguramente atesoren metalenguaje, pero que para el público en general carecen de personalidad con la que congeniar. Todo resulta demasiado aséptico cuando debería conectar con el público.

Honor Swinton, protagonista casi absoluta de la función, interpreta con pulcritud un personaje complicado, que debe vivir una montaña rusa de emociones mientras prepara su proyecto cinematográfico. La dificultad de su personaje nos adentra en un mundo complejo en el que se agradece la ausencia de lágrima fácil, esto no es un melodrama, pero al que le falta personalidad para soportar la responsabilidad que se autoimpone.
Moody
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5
30 de diciembre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier excusa es buena para articular una comedia romántica, y como queda claro por su explícito título, los perros son el nexo de unión para unas cuantas historias románticas que abarcan todo tipo de personajes, todo siempre bajo las atentas miradas perrunas.

En realidad estamos ante una comedia romántica al uso, en la que las historias transcurren de manera individual hasta que gracias a las mascotas, se entrelazan para crear una historia mayor. Como es habitual en estos casos, los personajes mejoran sus vidas gracias a sus mascotas, y mientras alguna historia resulta más graciosa que otra, la película tiene su pequeño hueco también para aquellas que intentan ser más tiernas, así hay momentos para todos los gustos.

El guion es sencillo, lleno de situaciones simples y recurrentes, no es capaz de darle un fondo a prácticamente todos los personajes, dejando que sean caricaturas de ellos mismos. No importa el cómo han llegado hasta allí ni el hacia dónde irán después, porque no es el objetivo de la película. Todo es mucho menos complejo y los finales predecibles se suceden uno tras otro según se acerca el final. Al menos tiene las cosas claras y no intenta ser lo que no es.

Dobrev, Hudgens y Longoria destacan en un reparto lleno de caras conocidas en televisión, interpretando unos roles que tienen un final marcado. Esto no es un impedimento para que firmen un buen trabajo, dan lo que se espera de ellos, y Marino no tiene complicación en sacar de ellos una sonrisa amable o un casto beso en el momento oportuno. Es justo así como se narra, interpreta y dirige una película amable y sin complicaciones que siempre resulta simpática y fácil de ver.
Moody
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6
29 de diciembre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mamá y papá, papá y mamá, qué no harían ellos por sus hijos, buscando siempre lo mejor para ellos, mirando por su bien. La película le da una vuelta de hoja a esta idea y, gracias a un extraño motivo, ahora los padres no pueden frenar su idea de matar a sus descendientes.

Ya de por sí, la idea es francamente siniestra. Todos esos padres esperando a sus hijos a la salida de colegio, al otro lado de la verja, se queda en la retina del espectador porque hasta ese momento no se sabe gran cosa. El primer acierto de la película es precisamente ese, el hecho de partir de una idea que no está clara le da a la historia un misterio inicial que el espectador querrá desentrañar. Poco importa si lo hace o no porque ya ha entrado en una macabra historia a plena luz del día.

Este es su segundo acierto del día. Normalmente este tipo de historias suele ambientarse en la noche más profunda, pero “Mamá y papá” no pretende asustarnos, va más allá. Toda la narración transcurre de día, con esos hijos huyendo de sus progenitores y los protagonistas intentando hacer lo propio en su sótano. No hace falta que todo ocurra de noche para crear tensión, y esta película toma buen ejemplo de “Déjame salir”, película que jugaba con elementos parecidos.

Poner a Cage como protagonista de esta historia tiene su gracia viendo cómo ha cambiado su imagen a lo largo de los años, y no siempre para bien. Con un alocado semblante casi todo el tiempo, como padre de idea fija no tiene precio. También Blair es un acierto, mucho más inteligente que su marido, y con peores y más efectivas ideas… Taylor les coloca en un intrigante guion lleno de acción y terror, tensión que él mismo se encarga de trasmitir como director con muy buena mano.

Está claro que la película no es una obra estupenda, pero sin duda tiene muchos elementos que la convierten en entretenida, en transgresora e incluso en sorprendente, más aún si le añadimos un final intrigante y abrupto. Un conjunto que probablemente pasará bastante desapercibido pero que merece una oportunidad.
Moody
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