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España España · Santander
Voto de Simsolo:
8
Thriller. Acción. Drama Un equipo de élite de la agencia antidroga norteamericana (DEA) aprovecha una operación contra un cártel para apoderarse de un botín de varios millones de dólares; poco después, alguien empieza a eliminar a los miembros del grupo para quedarse con todo el dinero. (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En según qué foros David Ayer comienza a ser un director sin suerte. En su cine, el árbol de los prejuicios no dejar ver el bosque de un creador. Dicho esto sin soslayar los defectos que su obra, hasta el momento, indudablemente tiene. “Sabotage” y “Fury” son dos ejemplos de cómo la añoranza por el pasado como actor del ex gobernador Arnold o la obsesión por la ideología colonizadora de los EE.UU., nublan el criterio. En el caso de la primera, la injusticia es sonrojante. La mayor parte de las críticas negativas se basan en que no es lo que se esperaba de un filme con Schwarzenegger a la cabeza. Como si la filmografía anterior del actor (con la excepción de unos cuantos títulos redimidos por la personalidad de sus creadores, ya sean Cameron, Hill, Verhoeven o McTiernan), fuese un paradigma cinematográfico. Que “Sabotage” descoloca al personal salta a la vista. Schwarzenegger va un paso más allá en su labor de reconstruirse como actor y apuesta por el riesgo. Es un filme sucio, oscuro y dislocado. La acción lo rasga de arriba abajo y el retrato de los personajes es ambiguo, como corresponde a un “noir” actualizado. Es clásica y moderna al tiempo. El tema de las lealtades y la venganza personal domina todo, sin resquicio para otros menesteres más civilizados. Ayer, cómo no, se aplica en su concienzuda observación de la violencia, que no es gratuita, sino lacónica y visceral, como corresponde a la catadura del personal que pulula por la historia.

En “Sabotage” la palabra dada importa poco. Salvo la agente que encarga una estupenda Olivia Williams, cuya piel "habla" de las copas que alivian su soledad, no hay certezas en el comportamiento de nadie. Quizás por eso, reivindicando los personajes monolíticos cargados de simple testosterona, que en su día encarnó Schwarzenegger, se juzga con tanta superficialidad esta resbaladiza trama. Por lo visto son preferibles los planos papeles de antaño a las tres dimensiones del presente del veterano actor. Con un final que de nuevo mira a Peckinpah y la olvidada “Bring me the head of Alfredo García” (igual que en la posterior “Fury” se retomaban los sacrificios de “The wild bunch”), Ayer rueda contracorriente. Da la vuelta como un calcetín al mito del austriaco y concluye la trilogía policiaca empezada con “Dueños de la calle” y continuada con “Sin tregua”. Un retrato de la sociedad movedizo, sin límites claros. La traición como filosofía. El hedonismo del dinero como parapeto tras el que esconder el vacío por haber matado. Un filme injustamente mal recibido por poco ortodoxo y, digámoslo ya, por no nadar en las limpias y pazguatas aguas de lo corriente.
Simsolo
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