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Voto de AdolfoOrtega:
9
Cine negro. Thriller Estados Unidos, Ley Seca, años 20. Relato sobre los diferentes caminos que siguen tres veteranos que se conocen durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Cuando regresan a América tras luchar por su país, tropiezan con el problema del desempleo y con grandes difícultades económicas. Uno de ellos (Lynn) seguirá con decisión el buen camino; otro (Cagney), amargado por la falta de futuro, no encuentra más salida que el contrabando ... [+]
28 de julio de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace poco tuve la oportunidad de revisar "El último refugio", otra obra cumbre de Raoul Walsh. Ya entonces, en estas reflexiones compartidas sobre el cine que cae en mis manos, apuntaba que el prolífico cineasta nunca fue bien tratado por la academia de cine americano. Y que este hecho, lejos de desprestigiar al director, ponía en mal lugar a los premios Óscar. Ahora que vuelvo a disfrutar de otra película de Walsh, me reafirmo en mi opinión, porque me parece inconcebible que, por ninguna de las decenas de películas que nos legó, su trabajo mereciera siquiera una nominación a la preciada estatuilla, siendo tal como demuestra en Los Violentos años veinte uno de los mejores directores de la etapa dorada de Hollywood.

Es esta película una crónica que alterna la ficción con comentarios en off en tono semidocumental, para exponernos con una deliciosa sencillez la ascensión del hampa en los años de la ley seca. Justifica su aparición en una sociedad de posguerra injusta, que niega oportunidades de progreso a los más valiosos. Su evolución y crecimiento también se entiende por la demanda social del alcohol, que quedaba fuera de la legalidad por una desacertada normativa. Finalmente, el ocaso de los contrabandistas será consecuencia del crack del 29 y de la derogación de la propia ley.

En este contexto Walsh enmarca a tres personajes, perfectamente definidos desde el comienzo por su comportamiento en primera línea de batalla. Entre el sadismo y crueldad del personaje de Bogart y la humanidad del de Lynn, un James Cagney que finalmente se erigirá como protagonista, presenta dotes de liderazgo, pero más tibieza moral. Un personaje a la deriva, que sólo en un precioso final redentor encontrará su bondad. Una guapísima Priscila Lane, y una estupenda Gladys George como Panamá, una enamorada resignada en su papel de hermanita que acompaña a Cagney hasta el final completan el elenco entre otros secundarios.

Toda una cróncia de una década en apenas 100 minutos de CINE. Muy buena
AdolfoOrtega
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