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Voto de AdolfoOrtega:
7
Drama Después de defender los derechos de los ciudadanos negros en Sudáfrica, Mahatma Gandhi, considerando que también los hindúes son ciudadanos de segunda clase en su propia tierra, los incita a sublevarse contra el Imperio Británico mediante la doctrina de la no-violencia y la desobediencia civil, liderando el movimiento que llevó a la India, hasta entonces una colonia, a independizarse de los británicos en los años 40. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Busco y rebusco entre los canales menos convencionales, donde de vez en cuando he podido pescar una buena película, y encuentro la emisión, casi sin cortes publicitarios, de esta superproducción basada en la vida de Gandhi, Alma Grande. Ya en el prefacio de la cinta, se nos advierte de la dificultad de trasladar al cine, a pesar del extenso metraje, la vida de una personalidad tan compleja en su sencillez. La obra de uno de los hombres más admirables de la Historia. Pero, en mi opinión, la película, gracias en gran medida a una interpretación excelente de Ben Kingsley, que borda su papel (hay que ver como anda), aprueba con nota. Me parece notable el esfuerzo de intentar acercarnos a una figura tan mayúscula como la de Gandhi, recurriendo a todos los recursos necesarios para una gran superproducción, y que no salga un truño como Alejandro. Pero ninguna película, ningún libro, ningún elogio está a la altura de una persona como Gandhi. Una persona, que, como dijo Einstein, contemporáneo suyo, resulta para nosotros inconcebible. Sólo por conocer un poco a alguién como él, merece la pena ver esta película.
Sólo destacar al coherencia entre su vida y su mensaje, llevada hasta la última consecuencia. La fé en el mensaje evangélico, aunque él no era cristiano, de la fuerza de quien ofrece la otra mejilla, frente a quien huye o a quien responde golpeando. Su capacidad para aunar la voluntad de millones de personas, que veían en Gandhi una espiritualidad excepcional. Cuánto echamos de menos hoy día a líderes así. En vez de eso nos encotramos con políticos que dilapidan el dinerio de los más desfavorecidos en coca, o en líderes sindicales que jalean la lucha obrera con sueldos de banqueros. Yo sé que la figura de Gandhi es irrepetible, pero con alguién como Marcelino Camacho, tendríamos de sobra.
AdolfoOrtega
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