Ciencia-ficción sin demasiados ceros en el presupuesto, ninguna gran estrella que acapare la pantalla con un despliegue de arte interpretativo, incluso la puesta en escena está más cerca de lo teatral que de lo cinematográfico, pero es una de esas películas que, sencillamente, te dejan la hora y media de metraje con la boca abierta y totalmente hipnotizado, con los ojos pegados a la pantalla. No cede ni un segundo a la apatía o al aburrimiento y el final deja ese regustillo dulce en la boca que suelen dejar las buenas películas.
¿Y qué es lo que tiene "The man from earth" que cautiva de principio a fin? Pues es bastante simple a priori: tiene un guión sencillo en lo narrativo, tiene como único escenario una casa en mitad de ninguna parte, tiene un puñado de actores prácticamente desconocidos tan metidos en la historia contada por el protagonista, que consiguen ese mismo efecto en cualquier espectador (medianamente inteligente) que se precie, y diálogos que capturan; diálogos que son lo que, curiosamente, convierten a esta película en una película de ciencia-ficción que se salta a la torera todas y cada una de las convenciones del género.
¿Y qué es lo que no tiene? No tiene espectaculares efectos visuales, nada de efectos especiales, no tiene acción de ningún tipo, no tiene flashbacks expositivos evocados con una difusión de la imagen en la que se nos muestre al protagonista deambulando por la Pangea 13000 años atrás, no tiene maquillajes de alto standard ni vestuarios, ni casi nada.
La premisa fundamental es una charla, especie de fiesta de despedida, entre amigos, que va tocando temas de lo más controvertido, y el impacto en el espectador (al menos en el que escribe estas líneas) es hipnótico y totalmente envolvente, te sientes como uno más de los amigos del protagonista dentro de esa sala de estar, esperando a que haga una pausa en su histriónico (así como consistente) relato para hacerle tu propia pregunta inquisidora y tratar de sonsacarle alguna gotera a su historia.
La construcción de los personajes es tan sibilina como vital para la eficacia del film. Tan sólo unas pinceladas discursivas de cada uno de ellos son suficientes para sentir que todos tienen una entidad y un carisma individual perfectamente delimitado, y dentro de su área de conocimiento (son profesores universitarios), de ahí que cada uno hace preguntas de acuerdo con su disciplina. Contrastar con la planicie (de "plano") de los personajes de películas hermanas de género.
Merece una sincera recomendación para verla en tardes de lluvia con tiempo para pensar.
¡Ah!, en mi opinión, la mayor parte de la historia es cierta como que el fuego quema (y hace al hombre sentirse seguro).