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Voto de Cinemagavia:
4
Comedia Sintiendo como si siempre dijeran NO a sus hijos y compañeros de trabajo, Allison y Carlos deciden dar a sus tres hijos un YES DAY, en el que durante 24 horas los niños mandarán. No se imaginaban que se embarcarían en una aventura vertiginosa en torno a Los Ángeles, que unirá a su familia más que nunca.
11 de marzo de 2021
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Cómo hemos cambiado

El día del sí, comienza mostrando la metamorfosis de la pareja formada por Allison (Jennifer Garner) y Carlos (Edgar Ramírez). En su noviazgo había un sentido de la aventura, de la diversión, del “sí a todo”. Sin embargo, con el devenir de los años, y la aparición de los hijos la palabra clave fue “no”. Comprobaron que la función de padres no es solo complacer los deseos de los pequeños, sino también fijar límites y prohibir. Este papel lo representa principalmente Allison, mientras que Carlos es el permisivo. Es decir, el clásico reparto de roles de poli bueno y poli malo.

Sin embargo, los hijos de la pareja no parecen estar de acuerdo con este status quo. Ven a sus progenitores como unos pequeños tiranuelos que constriñen todas sus divertidas ocurrencias. Tras una extravagante reunión con los profesores del colegio, Carlos y Allison deciden probar una iniciativa de aproximación hacia sus vástagos. El día del sí. Durante un día entero deberán hacer todo lo que se les pase por su cabeza sin poder negarse. Su descendencia está formada por Katie (Jenna Ortega) y Nando (Julian Lerner) y están deseando poner a prueba el aguante de Allison y Carlos.

Es decir, en el planteamiento se mezclan el clásico choque entre padres e hijos, entre prohibiciones y caprichos, y otros dilemas similares. La hija mayor, Katie, es una adolescente de catorce años deseosa de ir a un festival de música con unas amigas, mientras que Nando tiene unas aspiraciones más infantiles. En cualquier caso están desenado dar una lección a sus padres planificando un día de situaciones insólitas y alocadas.

*El día de las travesuras

El día del sí, tiene un carácter absolutamente naif, familiar y repleto de humor blanco y tolerado. A fin de cuentas, por mucho que traten de crisparse los nervios los unos a los otros, esencialmente estamos ante un día familiar fuera de casa. Desconectando del trabajo y otras interrupciones. Imaginen Todo en un día (1986) de John Hughes, pero con actividades ideadas de forma algo infantil. Es decir, no hay que esperar una película reveladora sobre choques generacionales, o repleta de gamberradas guiadas por las hormonas. Aún estamos antes de todo eso. Por lo tanto tampoco esperen nada mínimamente subversivo.

Piensen en opíparas comidas, atuendos extravagantes, frenéticos juegos al aire libre y travesuras de semejante cariz, que cuando aumentan de intensidad van engrosando la lista de lesiones y reparaciones. Si hay algo salvable en El día del sí es su espíritu festivo, como de jornada vacacional un poco movidita. Los escasísimos momentos emparentados con el drama siempre se ven contrapesados por algún secundario gracioso.

De refilón, sospecho que la película pretende contentar al sector infantil/juvenil de la audiencia, y de soslayo consolar a los padres de familia ya acomodados, haciéndoles ver que todavía pueden ser molones de vez en cuando. Como queriendo apelar a su niño interior o algo así. Es decir, El día del sí es un producto que trata de agradar al mayor espectro de población posible como estrategia. A fin de cuentas, el cine familiar tiene algo de eso. Pero de todos modos El día del sí echa de menos algún momento con algo más de calado.

*Mayores y pequeños

La construcción de personajes es coherentemente sencilla. Unos padres, quizá con el síndrome de Peter Pan, que desean acercarse a sus hijos, y las correspondientes monerías de estos. Jennifer Garner, a decir verdad, cuadra en su papel de madre severa que durante un día trata de demostrar que todavía puede hacer pequeñas locuras (aunque su propósito último es atar en corto a su hija). Quizá sea por algunos de los papeles de acción que ha interpretado a lo largo de su carrera, pero concuerda con la severidad recia de la disciplina, y con la agitación cuando hay que desmelenarse un poco.

Edgar Ramírez hace un papel simpático de padre enrollado que tendrá que darse cuenta de las ventajas de saber decir no a tiempo, y apoyar en el campo del castigo a su mujer. Ambos están mejor cuando parecen dejarse llevar con algo de naturalidad, y no cuando se exceden con los inevitables histrionismos. Aun así, es difícil exigirles más cuando la película es la que es, y no hace falta nada más sofisticado.

Hay un momento en el que El día del sí podría haber sido más valiente y haber afrontado el tema de la madre trabajadora, cuando Jemma menciona que echa de menos su trabajo, pero tuvo que dejarlo para dedicarse a la crianza de sus hijos. Hecho que no se vuelve a mencionar más, quedándose en una anécdota, que al quedarse sin desarrollo parece a todas luces insuficiente y forzada. Hay un gran esfuerzo por no transgredir ninguna línea roja, por llegar al equilibrio de poderes familiar de forma casi idílica. Hace que uno eche de menos, o casi, películas como Este chico es un demonio (1990),con algo de mala uva.

*Conclusiones

El día del sí, es una película para un momento y unas circunstancias muy determinadas. Como por ejemplo una sobremesa donde padres e hijos quieran echarse unas pequeñas risas mientras ven juntos una película, y ponen el contador de las preocupaciones a cero. Sería fácil hacer sangre tildándola de excesivamente ingenua y complaciente, pero no hay más cera que la que arde. Estamos ante una película familiar sin virtudes cinematográficas evidentes (salvo alguna gracia) pero que es conscientes de sus características. Aun así, incluso para los estándares de este tipo de cine se echa de menos un poco de mala leche.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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