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Voto de Dani:
9
8,1
24.671
Drama
Elisabeth (Liv Ullmann), una célebre actriz de teatro, es hospitalizada tras perder la voz durante una representación de "Electra". Después de ser sometida a una serie de pruebas, el diagnóstico es bueno. Sin embargo, como sigue sin hablar, debe permanecer en la clínica. Alma (Bibi Andersson), la enfermera encargada de cuidarla, intenta romper su mutismo hablándole sin parar. (FILMAFFINITY)
2 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier persona que vea el largometraje puede pasar por sensaciones y emociones totalmente opuestas. Haciendo que la misma interpretacion de la película varie en función del espectador que la presencie. Este es el detalle que convierte "Persona" en una obra refulgente y con un toque de atemporalidad y libertad interpretativa en el simbolismo de sus escenas. Haciendo que sea el mensaje oculto de estas el que alterne en función de las vivencias y convicciones personales del espectador.
A opinión personal, el tema de la obra gira entorno al psique colectivo; algo ajeno a nosotros a nivel innato, pero que se acaba adhiriendo a nuestra personalidad a medida que nuestro yo consciente va cogiendo la forma que adoptará definitivamente. Algo imposible de controlar, algo que viene implícito por la suerte ( o quizá no tanta) de vivir en sociedad. El más que probable origen de tus miedos, el origen de tus traumas, de tus inseguridades...
Son multitud de mensajes subliminales los que recibimos desde que somos niños. Mensajes que marcan el sentido de nuestra felicidad para que se ajusten con las pretensiones del sistema. Sin darnos la oportunidad de descubrir por nosotros mismos lo que nos la proporciona realmente. No todas las personas somos iguales, por más que intenten banalizar y generalizar la existencia humana a la competencia y a la superación personal; el ser humano es un ser individual e introspectivo. Y por tanto, la felicidad, algo divergente para cada uno de nosotros.
Es en los momentos de soledad, de incomprensión y de inadaptación, cuando nuestra esencia innata florece; es inevitable. Por mucho que la pretendan callar. Y cuando esta habla, la confrontación con el psique colectivo merma psicológicamente al ser humano y da origen a las alteraciones emocionales y mentales que ahogan al ser humano en la infelicidad crónica propia de la contemporaneidad. Convirtiéndose así la creación artística en la única vía de escape del ser humano ante la banalidad y la tristeza de la sociedad.
A opinión personal, el tema de la obra gira entorno al psique colectivo; algo ajeno a nosotros a nivel innato, pero que se acaba adhiriendo a nuestra personalidad a medida que nuestro yo consciente va cogiendo la forma que adoptará definitivamente. Algo imposible de controlar, algo que viene implícito por la suerte ( o quizá no tanta) de vivir en sociedad. El más que probable origen de tus miedos, el origen de tus traumas, de tus inseguridades...
Son multitud de mensajes subliminales los que recibimos desde que somos niños. Mensajes que marcan el sentido de nuestra felicidad para que se ajusten con las pretensiones del sistema. Sin darnos la oportunidad de descubrir por nosotros mismos lo que nos la proporciona realmente. No todas las personas somos iguales, por más que intenten banalizar y generalizar la existencia humana a la competencia y a la superación personal; el ser humano es un ser individual e introspectivo. Y por tanto, la felicidad, algo divergente para cada uno de nosotros.
Es en los momentos de soledad, de incomprensión y de inadaptación, cuando nuestra esencia innata florece; es inevitable. Por mucho que la pretendan callar. Y cuando esta habla, la confrontación con el psique colectivo merma psicológicamente al ser humano y da origen a las alteraciones emocionales y mentales que ahogan al ser humano en la infelicidad crónica propia de la contemporaneidad. Convirtiéndose así la creación artística en la única vía de escape del ser humano ante la banalidad y la tristeza de la sociedad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En esta película Ingmar Bergman, a través de una conversación entre dos mujeres, realiza un profundo análisis psicológico de la mente humana. Por un lado esta Elisabeth, una reconocida actriz de teatro ingresada en un psiquiátrico por un suceso que la dejo sin habla.
Por otro lado está Alma, la doctora que la trata y con la que se dirige a una casa en la playa para incentivar su recuperación. Elisabeth y Ana a simple vista son dos personalidaddes completamente opuestas, con vidas dispares y con unas metas vitales desiguales. Elisabeth es la paciente, pero los roles de las dos protagonistas se intercambian conforme va avanzando la película sin que la propia Alma sea consciente de ello.
La película es un reflejo constante del interés y la admiración del sueco por la teoría psicoanalítica. La inquietud de Bergman fué representada en el personaje de Alma. Inconscientemente comienza su desahogo y termina virtiendo sobre Elisabeth sus secretos y sentimientos mas profundos e íntimos a pesar de que Elisabeth no articula palabra. Elisabeth proporciona a Alma la paz y la seguridad que nunca antes había tenido. Se siente comoda y fluye con ella de una forma onírica. Alma muestra con una laxitud y una dulzura incomexurable su lado mas humano, sus inquietudes y sus traumas sexuales ( una conversación cargada de erotismo y sensualidad en la que Alma le cuenta a Elisabeth su experiencia con 2 chicos jovenes en una playa).
El largometraje contiene repetidas referencias a que, a pesar de la sensacion de antagonía que infringen las protagonistas; no dejan de ser la misma persona.
Esta referencia a la tesis psicoanalítica de Carl Gustav Jung, explica su teoría sobre la el 'yo' y la 'persona'. El reflejo del yo es Alma; esa vulnerabildiad, esa ternura y visceralidad; ese infinito deseo de mostrar todo lo que guarda en lo mas inhospito de su inconsciente, esa dosis de oxigeno, de alivio y de evasión que todo ser humano anhela en ciertos momentos de su existencia. Ese escapar del yo social. Elisabeth sin embargo, reverbera ese yo dolorido, cohibido; en silencio. La máscara que mostramos a la sociedad. El yo que añora la libertad del otro yo, pero que a la vez se averguenza de su infantil inocencia.
Por otro lado está Alma, la doctora que la trata y con la que se dirige a una casa en la playa para incentivar su recuperación. Elisabeth y Ana a simple vista son dos personalidaddes completamente opuestas, con vidas dispares y con unas metas vitales desiguales. Elisabeth es la paciente, pero los roles de las dos protagonistas se intercambian conforme va avanzando la película sin que la propia Alma sea consciente de ello.
La película es un reflejo constante del interés y la admiración del sueco por la teoría psicoanalítica. La inquietud de Bergman fué representada en el personaje de Alma. Inconscientemente comienza su desahogo y termina virtiendo sobre Elisabeth sus secretos y sentimientos mas profundos e íntimos a pesar de que Elisabeth no articula palabra. Elisabeth proporciona a Alma la paz y la seguridad que nunca antes había tenido. Se siente comoda y fluye con ella de una forma onírica. Alma muestra con una laxitud y una dulzura incomexurable su lado mas humano, sus inquietudes y sus traumas sexuales ( una conversación cargada de erotismo y sensualidad en la que Alma le cuenta a Elisabeth su experiencia con 2 chicos jovenes en una playa).
El largometraje contiene repetidas referencias a que, a pesar de la sensacion de antagonía que infringen las protagonistas; no dejan de ser la misma persona.
Esta referencia a la tesis psicoanalítica de Carl Gustav Jung, explica su teoría sobre la el 'yo' y la 'persona'. El reflejo del yo es Alma; esa vulnerabildiad, esa ternura y visceralidad; ese infinito deseo de mostrar todo lo que guarda en lo mas inhospito de su inconsciente, esa dosis de oxigeno, de alivio y de evasión que todo ser humano anhela en ciertos momentos de su existencia. Ese escapar del yo social. Elisabeth sin embargo, reverbera ese yo dolorido, cohibido; en silencio. La máscara que mostramos a la sociedad. El yo que añora la libertad del otro yo, pero que a la vez se averguenza de su infantil inocencia.