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Voto de Eduardo:
8
7,2
86.298
Thriller. Acción. Drama. Cine negro
Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
28 de diciembre de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá es que anteayer ví MI4. Pero esta película me ha encantado.
Es buen cine. Sin más. Y eso ahora mismo es mucho. Se percibe el esfuerzo en la elección de la música, brillante, en su conjunción con los planos, transportándote por momentos a L.A., en la fotografía, cada enfoque, cada mirada, el interior de un coche, una habitación de hotel, un taller mecánico, una ciudad. En los créditos. En el final de la película. En la vestimenta del protagonista, el reloj, las gafas. En un guión pulcro, preciso.
El ritmo de la película es pausado, pero deliciosamente acompañado de una música y fotografía, que hacen que momentos relativamente lentos, se conviertan en especiales. Y poco a poco iremos conociendo al protagonista, por sus miradas, sus reacciones. Sobran las palabras. Y cuando cambian las circunstacias, sus actos serán la manera de mostrarnos su pasado.
Son muchos los momentos de esta película, en la que la tensión a la que se somete al espectador es tan real, que te incomoda en el asiento; te revuelves buscando un atisbo de teatralidad, que te saque de ahí, de esas oleadas de realismo que te golpean. La violencia aparece y desaparece, sin aviso. La fuerza de algunas secuencias es sobrecogedora.
No podía sacarme de la cabeza la historia de violencia de Cronenberg. Quizá demasiado presente.
Pero un conjunto equilibrado, honesto. Con grandes actuaciones. Con una precisión en la dirección increible, que convierten en disfrute cualquiera de los cien minutos del film. Y que te reconcilia con pagar una entrada.
Una película con carisma.
A partir de ahora creo que conduciré con guantes.
Es buen cine. Sin más. Y eso ahora mismo es mucho. Se percibe el esfuerzo en la elección de la música, brillante, en su conjunción con los planos, transportándote por momentos a L.A., en la fotografía, cada enfoque, cada mirada, el interior de un coche, una habitación de hotel, un taller mecánico, una ciudad. En los créditos. En el final de la película. En la vestimenta del protagonista, el reloj, las gafas. En un guión pulcro, preciso.
El ritmo de la película es pausado, pero deliciosamente acompañado de una música y fotografía, que hacen que momentos relativamente lentos, se conviertan en especiales. Y poco a poco iremos conociendo al protagonista, por sus miradas, sus reacciones. Sobran las palabras. Y cuando cambian las circunstacias, sus actos serán la manera de mostrarnos su pasado.
Son muchos los momentos de esta película, en la que la tensión a la que se somete al espectador es tan real, que te incomoda en el asiento; te revuelves buscando un atisbo de teatralidad, que te saque de ahí, de esas oleadas de realismo que te golpean. La violencia aparece y desaparece, sin aviso. La fuerza de algunas secuencias es sobrecogedora.
No podía sacarme de la cabeza la historia de violencia de Cronenberg. Quizá demasiado presente.
Pero un conjunto equilibrado, honesto. Con grandes actuaciones. Con una precisión en la dirección increible, que convierten en disfrute cualquiera de los cien minutos del film. Y que te reconcilia con pagar una entrada.
Una película con carisma.
A partir de ahora creo que conduciré con guantes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La cantidad y calidad de los enfoques del director realmente me sorprendieron y encantaron durante toda la película. Especial mención a mostrarnos la pelea final a través de las sombras... y tantos otros.
Impresionante el tiroteo en la habitación. Y la tensión que emana en muchos momentos de la película.
Negativamente, aunque no desmerece el conjunto, he encontrado alguna cosa que me chocaba al verlo,
-En la persecución principal de la película, me extraña que el Chrysler 300, (que debe pesar 2000kg). le durase en una carrera más de 200 m. al Mustang.
-Cuando golpea al coche de Ron Perlman, tras sacarle de la carretera junto a la playa, y le desplaza varios metros, el coche de Ryan Gosling (creo que no tiene nombre en la película), se queda en lo alto, con las luces dadas. Lo lógico sería que tuviese el frontal destrozado. Posiblemente, algo se me ha escapado a mí, dudo que en una película así, que he visto cada detalle cuidado al máximo, no lo hayan hecho a drede.
-Y no sabemos qué pasa con el chófer, en ese impacto, que va con el cinturón y en el otro lado del coche, dudo que hubiese muerto.
-La aguja de las revoluciones no se mueve en toda la película, en el, por cierto, nostálgico y maravilloso plano del interior del coche, con los ojos del protagonista en el retrovisor.
Impresionante el tiroteo en la habitación. Y la tensión que emana en muchos momentos de la película.
Negativamente, aunque no desmerece el conjunto, he encontrado alguna cosa que me chocaba al verlo,
-En la persecución principal de la película, me extraña que el Chrysler 300, (que debe pesar 2000kg). le durase en una carrera más de 200 m. al Mustang.
-Cuando golpea al coche de Ron Perlman, tras sacarle de la carretera junto a la playa, y le desplaza varios metros, el coche de Ryan Gosling (creo que no tiene nombre en la película), se queda en lo alto, con las luces dadas. Lo lógico sería que tuviese el frontal destrozado. Posiblemente, algo se me ha escapado a mí, dudo que en una película así, que he visto cada detalle cuidado al máximo, no lo hayan hecho a drede.
-Y no sabemos qué pasa con el chófer, en ese impacto, que va con el cinturón y en el otro lado del coche, dudo que hubiese muerto.
-La aguja de las revoluciones no se mueve en toda la película, en el, por cierto, nostálgico y maravilloso plano del interior del coche, con los ojos del protagonista en el retrovisor.