La primera presentación, solo puedo imaginar y ahora con este film al menos trasladarme a ese momento, cuando el rey apareció por primera vez, transformándose tal cual lo describe el Coronel en una especie de superhéroe. Y es que sí, el nació para esto su magnetismo era innegable, un autentico divo de la música. Ya casi al final de mas esta decir que de a ratos, logre sentir todo ese sufrimiento y agonía existencial de un Elvis, en su jaula de oro como suele sucederle a esto iconos, personas de carne y hueso con un extraordinario talento, mal comprendidos y super adelantados a su tiempo, pero que al mismo tiempo cambiaron el curso de la historia para siempre. La vida del divo, da para mas, pero aquí y nunca mejor dicho el director le dio un tinte mas kitch tal cual su estilo, y debo decir muy acorde a la vida de Elvis, para mi el director idóneo para llevarla a la gran pantalla una vez mas. La parte en la que aparece Little Richard es otra escena, para nada despreciable me gusto que se hablara mas de la influencia de la comunidad afroamericana, puesto que el primer rock nace de allí, y Elvis lo vivió de primerísima plana, absorbió todo ese ritmo del sur, en su Memphis natal, los colores, la puesta en escena, Elvis al frente de una vidriera mirando el que sería el primer look que quedaría para la historia, de su larga lista de atuendos míticos. De su relación con Priscilla se ha hablado mucho, que intentaron romantizar una relación de abuso y sumisión, por no decir impropia puesto que ella cuando conoció a Elvis tenia 14 años, pero bueno imagino que ya a estas alturas se ha dicho todo sobre su vida, y Lurhmann se centro en el ascenso y todo el despliegue de la primera superestrella de la música, de proyección mundial, aún sin haber salido nunca de los Estados Unidos, increíble. Sin dudas Elvis fue y sigue siendo hasta hoy para las nuevas generaciones, una leyenda indiscutible, larga vida al rey, Elvis esta vivo de nuevo y mejor que nunca.