En esta oportunidad se cambia el paradigma. En esta película todos los personajes evolucionan a nivel dramático. Lo que vemos no es una recolección de “lo que pasó ayer”, sino las consecuencias a pagar por lo que pasó en las otras películas. Es graciosa, pero tiene muchos tintes de acción y usaron este pequeño giro de género para mostrar una evolución "dramática" y coherente de los protagonistas, y la relación que comparten entre sí.

Y si bien esta peli también es exagerada, por supuesto, se vuelve al nivel de verosimilitud de la primera entrega, dejado de lado en la desquiciada segunda parte. El director logra que el drama juegue su papel y que los personajes vuelvan a ser seres humanos, con reacciones y relaciones más naturales.

El guion es bueno, con una divertida y reflexiva primera mitad que sienta las bases para la alocada conclusión en la segunda, y salvo dos pésimos y anticuados chistes en los primeros quince minutos, el humor mantiene un gran nivel hasta el final. Eso sí, jamás llega a enamorar como la primera entrega, con en una trama que se hace bastante genérica.