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Voto de Ingelheim:
5
Comedia. Acción Tras la inesperada muerte de su padre, Alan (Zach Galifianakis) es llevado por sus amigos Phil (Bradley Cooper), Stu (Ed Helms) y Doug (Justin Bartha) a un centro especializado para que mejore. Esta vez no hay boda ni fiesta de despedida ¿Qué puede ir mal? Pues que cuando estos chicos salen a la carretera, y sobre todo cuando aparece Chow (Ken Jeong)... la suerte está echada. Tercera entrega de la franquicia iniciada en 2009 con ... [+]
15 de junio de 2013
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Hace ya 4 años (como pasa el tiempo, madre mía) vino hacia nosotros una de las comedias más interesantes de lo que llevábamos de década. Un soplo de aire fresco que no decepcionó a nadie. La primera Hangover (me niego al utilizar el título en español) tenía una propuesta para nada nueva, pero sí innovadora. Cuatro amigos, tras una noche de locura, despiertan en las Vegas sin recordar nada. Bueno, eran 4 por la noche. Y despiertan 3. Sin ser capaces de recordar absolutamente nada. Con esta premisa, la de ir recordando todas y cada una de las disparatadas decisiones tomadas esa noche loca, Todd Phillips nos entregaba una comedia casi brillante. Y a un actor cómico como la copa de un pino: Zach Galifianakis.

La segunda entrega partió de la misma base que la primera. Aún con los personajes algo quemados, no tenía prácticamente que envidiar nada a su predecesora. Con apenas el cambio de escenario (Bangkok por las Vegas), The Hangover II tenía bastante que dar de sí. Repetir una película sustituyendo el escenario y al tigre por un mono fumador, era una idea suicida y brillante a la vez. NADIE, y quiero que quede bien claro, NADIE se había atrevido a repetir punto por punto una película.

Sin embargo, esta última entrega no es para nada como las dos anteriores. La clave de la trama, la que formó el nombre de la saga, aquí no está. No hay resaca, y no hay amnesia posterior. Pero bueno, ¿démosles un punto de confianza, no? Al menos así pensé yo. La trama que se presentaba en esta tercera parte era algo "más" enrevesada: nuestra manada tenía que encontrar a Leslie Chow, el cual había robado al personaje que interpreta John Goodman (muy correcto) nada más y nada menos que 21 millones de dólares en lingotes de oro. Simple, pero si se hacía bien, prometía.

Bueno, pues ahora, a 16 de Junio de 2013, puedo decir que estoy decepcionado. Y por lo que veo, no soy el único. La crítica se la ha zampado con patatas y todo, poniéndola por los suelos, hablando de "timo", "tomadura de pelo"... Me quedo con la reseña del periódico El Mundo: "R3sacón no es mala, es triste" ... Bueno, no es eso. Es una película decente. Pero con un nivel tremendamente inferior al demostrado en las anteriores entregas. Los personajes están muy pasados de rosca: Alan ya no es ese niño de 40 años con problemas de sociabilidad, sino que se ha convertido en un auténtico personaje grotesco. Phill (con el mejor Bradley Cooper de las tres entregas, de todas formas) y Stu están correctos. Pero aquí amigos, aquí todo el peso de la historia cae sobre Chow y Alan. Y fallan, fallan de forma rotunda.

Para resumirlo de forma rápida: el fallo es simple: la trama, que podía haber sido tomada de forma diferente, es un intento de trama dramática con dejes cómicos. Y no. Lo que era aquí nuevo, la trama de la resaca y la amnesia, el "hangover", lo que daba frescura y poder a la historia principal, no sólo se pierde, sino que la trama que lo sustituye es muy inferior.

Y es que es algo que suele pasar. La tercera entrega suele ser la más difícil de abordar, la que decide si una trilogía sale airosa o cae estrepitosamente. Pasó con la Star Wars original, con todas y cada una de las sagas de superhéroes (salvo, quizás, la del Caballero Oscuro), con Piratas del Caribe, con Matrix... Es algo normal. ¿Por qué, se preguntará mucha gente? Porque la dificultad de mantener el mismo nivel habiendo gastado todos tus cartuchos en lo anteriormente hecho, y por la dificultad de terminar satisfactoriamente la historia. Bien, R3sacón no mantiene el nivel visto, pero termina de forma magistral. Y esto, y sólo esto, es lo que me ha hecho darle un cinco. Los últimos 10 minutos son, para mí, los mejores de las tres. La escena después de los créditos es una auténtica barbaridad. Brutal.
Ingelheim
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