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Voto de Reaccionario:
5
Aventuras. Acción El superagente británico 007 habrá de vérselas ahora con el más peligroso asesino a sueldo del momento: un hombre llamado Scaramanga, más conocido como el hombre de la pistola de oro, que tratará de deshacerse de James Bond con los más sofisticados recursos... (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2012
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aviso que pese a los múltiples fallos la película no está mal, sin ser nada del otro mundo. Creo que la clave está en un malvado de bastante nivel, que lejos de planes estrambóticos se propone matar a Bond. Es verdad de que por medio hay una historia del Agitador Solex que estorba más que otra cosa, que también hay secuencias totalmente fuera de tono como la de la pelea en el gimnasio y la llegada de las sobrinas del chino o que a la historia le falta un punto de fuerza o intensidad especialmente en las secuencias de acción, que apenas tiene. Pero admito que ese inicio con Scaramanga en su guarida me parece de lo más atrayente. Lástima que Guy Hamilton no tenga la paciencia, el talento, ni la intención de jugar a una especie de antológico duelo mortal a lo largo del mundo entre 007 y Scaramanga con última parada en su sala de espejos a lo "La Dama de Shanghai". La distancia entre lo imaginado y lo realmente rodado es inmensa pero la idea bien vale un premio.

Después de ver a Sean Connery, volvemos a un Roger Moore que da una vuelta de tuerca más a su James Bond, para hacerlo aún más desaprensivo si cabe. Confieso que a uno le entra unas ganas de que el malo de turno lo liquide que no veas. Lo peor es que con tantas oportunidades que hay (¡más de 20 entregas!) no hay forma de acabar con él. Es como una pesadilla porque el personaje es virtualmente indestructible pues de lo contrario se acabaría la franquicia. "En el hombre de la pistola de oro" demuestra un cinismo, un descaro y una chulería sorprendente incluso para 007. Aquí, se permite hasta empujar a niños al río, torturar a las mujeres y, después de acostarse en su propia cara con otra, decirle a la chica que pretende lindezas como “Ya llegará tu turno, te lo prometo” o “tú tendrás tu oportunidad, pequeña”. Si esto no es lo que se conoce vulgarmente como ser un cerdo, yo no sé entonces cuando aplicar este calificativo. Se ve tan a lo vivo el engaño, la doblez y la falta de escrúpulos de 007 que tienen que poner a unas mujeres infinitamente estúpidas para que le puedan seguir el juego, en este caso un par de rubias suecas de bastante buen ver. Insisto, estas mujeres dan una pena tremenda.

Sin embargo, ahí está lo más curioso, si a inicios de los 60 James Bond se presentaba de un modo más correcto con las mujeres, a principios de los 70, en plena liberación sexual, Mayo del 68 por medio, y con el movimiento feminista en pleno apogeo, en vez de cortarse más aún 007, lo que hace es desinhibirse por completo, rompiendo los tabúes anteriores, y comenzar a tratarlas a puntapiés con una desprecio olímpico, como auténticos trozos de carne a su disposición. Este comportamiento moderno es precisamente el avalado en los 70 pero sin duda sería todo un escándalo unos cuantos años atrás cuando las sociedades eran mucho más conservadoras y supuestamente "machistas". ¿Esta supuesta contradicción no debería hacer pensar a toda la progresía mundial, feministas incluidas?
Reaccionario
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