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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
7
Drama La película explora la vida y la música de Elvis Presley (Butler) a través del prisma de su relación con el coronel Tom Parker (Hanks), su enigmático manager. La historia profundiza en la compleja dinámica que existía entre Presley y Parker que abarca más de 20 años, desde el ascenso de Presley a la fama hasta su estrellato sin precedentes, en el contexto de la revolución cultural y la pérdida de la inocencia en Estados Unidos. Y en el ... [+]
18 de diciembre de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un estilo extremadamente controvertido y perfectamente reconocible, para bien y para mal, como ciertos desodorantes, a leguas de distancia, Baz Luhrmann ha desarrollado lo que casi viene siendo un género en sí mismo, una especie de ópera desbocada, irreal y desmedida capaz de encapsular lo que le eches: adaptaciones literarias, musicales, dramas de época o, en este caso, biopics. Pomposo para algunos, trepidante para otros, efectista para todos, Luhrmann y su estilo no suele dejar indiferente a nadie y, todo sea dicho, nadie suele dejar de ver cada nueva propuesta que trae (otra cosa es que repita).

Aunque, a decir verdad, no tengo claro que podamos decir con propiedad que “Elvis” es una adaptación biográfica de la vida de Elvis Presley. Está claro que su figura está presente en toda la obra y juega un papel importante, pero el auténtico protagonista de la película es Baz Luhrmann (pensábais que iba a decir el Coronel Parker, ¿eh?) y su ansia narcisista del aplauso, de poner en valor su mano para el detalle y la escenografía por encima de cualquier otra consideración. Cada línea de diálogo, cada ecualización, cada instrucción al iluminador son un grito al espectador para llevar su atención a cómo las cortinas de la esquina maridan cromáticamente con el pintalabios de la madre de Elvis que, a su vez, dibuja con las cejas una pirueta alineada con la pose lánguida de su hijo.

Como de costumbre con Luhrmann , “Elvis” es un ejercicio de ritmo frenético, de empezar fuerte y mantener una especie de doble tempo sostenido hasta los créditos finales. Como “John WIck”, pero en biopic en lugar de masacres. Sólo por eso, es un producto que merecería la pena. Además, no escatima en interesantes explicaciones sobre las raíces de la música del Rey del Rock ni en su evolución continua y constante reinvención. A cambio, es muy complicado separar la elegía, la exaltación del genio, del rigor biográfico. Luhrmann elige la figura del Coronel Parker, polémico representante de Elvis, como narrador omnisciente y desarrolla la acción en base a la relación entre ambos, con una estructura Salieri-Mozart similar a la de “Amadeus”, admiración, odio, coacciones y desfalcos. El espectáculo es muy disfrutable a nivel musical y argumental, pero resulta imposible saber cuánto hay de licencia y cuánto de recreación sustentada documentalmente. La película ofrece todas las versiones de cada controversia y, aunque a unas les dan un tratamiento más generoso que a otras, “Elvis” no se llega a mojar nunca.

Buena elección del reparto. Me gustó mucho Austin Butler tanto en la caracterización como en la interpretación y la escenificación de sus números musicales. Su Elvis me convence. Tom Hanks también muy carismático, aunque es imposible valorar su interpretación con las toneladas de material de caracterización que necesita.

Evidentemente, “Elvis” realza la figura del artista blanqueando sus sombras y excusando sus vicios bajo la coartada de su amor al público y a la música. Tan poético como falso, pero se agradece pues, por un lado, sabíamos a lo que veníamos y, por otra parte, ¿qué ganamos exhibiendo el lado promiscuo y enfermo (que cualquiera puede imaginar) de uno de los grandes talentos de la Música con mayúscula?. Es más, diría que, en tiempos de niñatos afectados y reguetoneros genéricos, es una película necesaria y que hasta se queda corta. Que se queda corta en cuanto a alabanzas, ojo, no en cuanto a metraje. Nuevamente, Luhrmann demuestra ciertos problemas de gestión de la narrativa y muchas dificultades para sintetizar (no digamos ya para la elipsis), termina necesitando cuatro secuencias para lo que otros directores cuentan en un plano fijo. Por suerte, los números musicales alivian los momentos más plúmbeos (“Australia” no tuvo tanta suerte).

Yo creo que es recomendable y respeta la memoria de Pressley. Es verdad que todo está pasado bajo el tamiz de Luhrmann y que puede tener momentos estomagantes, pero cumple de sobra con expectativas.
OsitoF
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