Hacía tiempo que no veía una película tan arrebatadoramente sincera sobre lo que es crecer y madurar, de lo que es el paso del tiempo, de lo que dejamos atrás y lo que supone claudicar cuando ciertas aspiraciones en la vida no acaban de cumplirse.

He visto esta película en un momento de mi vida en el que estoy pasando por una situación parecida a la que vive el personaje de Willie (Timothy Hutton) y no he dejado de sentirme identificado con lo que le pasaba, lo que sentía y decía. Él es alguien que quiere dedicarse a una profesión artística (en su caso tocar el piano), su verdadera vocación, pero que cerca de la treintena tiene que empezar a plantearse dejar esas ideas atrás y buscarse un empleo "serio". En todo el desarrollo del film este personaje deberá decidir sobre lo que quiere hacer con su vida y como debe encauzarla.
Además de transmitir a la perfección ese momento de crisis existencial al que se suele llegar alguna que otra vez en la vida, la película plasma estupendamente su historia de amor platónico con el personaje de Marty (Natalie Portman). Una historia que, lejos de basarse en la pedofilia, nos habla de la admiración que siente Willie por la madurez, inteligencia y juventud de ella. Sobretodo la juventud porque, para él, ella representa todo un sinfin de posibilidades aún por llegar, ve que tiene aún toda la vida por delante para conseguir lo que quiera. Es un reflejo de si mismo, de las oportunidades que tenía y de las oportunidades que ha perdido. En el fondo la quiere porque a través de ella tiene una especie de segunda oportunidad para ser joven otra vez. Siente que Marty puede ser capaz de conseguir lo que él no ha llegado a conseguir y por ello se siente tan atraído por ella.

Por otra parte está el resto de historias basadas en los amigos de Willie que aún siendo bastante interesantes y cómicas con cierto regusto amargo, no son comparables a las estupendas escenas de Willie y Marty.

En definitiva una película muy recomendable, sobretodo para personas que han superado los 25 y que empiezan a ver que la vida no ha sido todo lo que esperaban que fuera.

Lo mejor; el regusto cómico-amargo de toda la película, Rosie O´donnell y su gracia y rapidez verbal, la relación de Willie y Marty, sus diálogos, la interpretación de Natalie Portman (¡esa mirada en la pista de patinaje!).

Lo peor; quizás algunos personajes estereotipados y poco desarrollados, que no haya segunda parte para que veamos como les ha ido.