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El desencanto

Documental Leopoldo Panero, poeta, murió en Astorga, donde había nacido, en el año 1962. Catorce años más tarde, las personas que más íntimamente estuvieron ligadas a él, Felicidad Blanc, su viuda, y sus tres hijos, recuerdan aquel caluroso día de agosto. El recuerdo queda sometido a algo más que aquella fecha. Surgen otras vivencias. Y a través de la palabra y del recorrido por habitaciones, objetos, calles y lugares perdidos, se desvela la ... [+]
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
21 de enero de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Calificar El Desencanto (El Desencanto, 1976) como simple documental o incluso película sería a todas luces Injusto. Lo Cierto es que para bien o para mal, El Desencanto de Jaime Chávarri se sitúa en una esfera diferente. Incluso desde la perspectiva del tiempo. Porque precisamente como documento de su tiempo (y el filme apunta conscientemente en esta dirección, de tal manera que es imposible desentenderse del contexto histórico y social en que se hizo el filme si queremos aproximarnos correctamente a la obra) es una pieza de valor incalculable. Hemos de tener en cuenta que la película se realizó un año después de la muerte del dictador, y por tanto la censura entró en un proceso paulatino de desaparición. Seguramente por eso, surgen películas como El Desencanto, que de otra manera habrían resultado imposibles.

Y, ¿En qué consiste El Desencanto? En teoría es un filme sumamente simple. El director, Jaime Chávarri, se dedica a realizar entrevistas a la familia Panero (su viuda y sus hijos) para que hablen del patriarca de la familia, ya fallecido, Leopoldo Panero. Y eso es casi la totalidad del filme, entrevistas y entrevistas en la que los miembros de la familia se dedican a hablar sobre su vida y recuerdos. A priori puede parecer una obra trivial, pero el director consigue gracias al montaje y sobre todo a la elección de fragmentos hablados, un retrato tremendo de la España del antiguo Régimen, y que empieza a disolverse con la llegada de la democracia. La película acusa fuertemente de un amateurismo, que se liga con el ajustado presupuesto con el que contó el cineasta para la realización de la obra. De hecho está enteramente rodada en Blanco y Negro, y la factura técnica no es demasiado envidiable (algo que incluso repercute en el sonido de la obra).

De hecho, los únicos momentos que no pertenecen a las propias entrevistas son las que acontecen tanto al principio como al final del filme, donde vemos la colocación del conjunto escultórico que se realizó en Astorga, en honor al poeta. Chavárri nos señala de manera metafórica los honores de una familia. Su cara más visible y la más laureada en este principio del filme. A lo largo del metraje, los propios miembros de la familia serán los responsables de descubrir la verdadera cara de los Panero.

Así pues, la Familia Panero deja diseccionarse por la cámara. En ocasiones, la utilizan como una simple plataforma para mostrar su orgullo al espectador. Claro ejemplo en este sentido es la secuencia en que el Hijo Juan Luis muestra con entusiasmo su colección de Fetiches a la cámara. Sin embargo, a medida que avanza la película, este rostro, de élite aristocrática con altas dosis de intelectualidad, que pretende ser el vendido por la propia familia acaba desmoronándose, para dejar paso a la realidad.

Y es que constantemente los miembros de la familia empiezan a lanzarse pullas unos a otros. Es como si la muerte del patriarca, Leopoldo Panero, hubiera sido la veda que habría permitido que la familia empezará su proceso de autodestrucción. Algunos se han preguntado donde queda la postura moral de Chavárri al realizar una exploración tan radical de una familia, de manera que sus intimidades quedan reveladas de forma tan salvaje y a priori poco ética. Ciertamente, y esta es mi opinión, si la película no hubiera tenido un trasfondo detrás se habría podido convertir en un simple cotilleo. Sin embargo, gracias al contexto histórico, que el propio autor se encarga de introducir tanto con el principio y final del filme como con algunos retazos de fragmentos deliberadamente escogidos, el filme consigue esquivar ese peligroso terreno sensacionalista para adentrarse en el momento de su época.

Es decir, El Desencanto no es un simple documento que pretende airear toda la mierda de una familia, sino que se convierte en un ejemplo de la decadencia de ciertas familias que dejan de tener sentido con la llegada de la democracia. Bien es cierto que Leopoldo Panero, aparte de ser uno de los poetas más representativos del régimen, también trató de traer a exiliados de vuelta (algo que uno de sus hijos reivindica en el documental), con lo que no son todo sombras, sino que se trata más bien de claroscuros.

Algunas de las conversaciones son sencillamente magistrales. Y muchas de ellas quedan guardadas en el imaginario colectivo del cine de la transición. Un par de Ejemplos: La Madre, Felicidad Blanc, hablando de como sacrificó los perros de su hijo (eso sí, con mucha humanidad) o al hijo que fue ingresado en un psiquiátrico atacar a su madre de manera desgarradora.

Por supuesto, la película puede (y en cierto sentido, debe) leerse como una metáfora del propio régimen político. Panero representa la oficialidad del arte durante el mandato del dictador. Con su muerte, las heridas de la familia Panero empiezan a resquebrajarse. De igual manera era la situación política del año 1976. La película no sólo retrata la caída de una familia, sino la de toda una estructura.

https://neokunst.wordpress.com/2015/01/21/el-desencanto-1976/
Kyrios
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17 de marzo de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún puedo recordar la primera vez que leí un poema de Leopoldo María Panero. Fue en cuarentena, abril de 2020, todos nos encontrábamos encerrados en casa, anhelando que los días se consumieran rápido para poder salir. En uno de esos días de hastío total, comencé a buscar en redes sociales poemas que me interesasen, y ahí lo encontré.

El poema iba acompañado por una fotografía de Leopoldo María Panero, la recuerdo perfectamente, era él sosteniendo un cráneo, apoyado en una pared. Me quedé atónito con; primero, el poema; segundo, la fotografía. La curiosidad me invadió desde el primer momento, tanto así, que cuando tuvimos la oportunidad de volver a salir a la calle, me encaminé en busca de un libro de poesía de Leopoldo María Panero.

El poema en cuestión era el siguiente:
«Aquí estoy yo, Leopoldo María Panero, hijo de padre borracho y hermano de un suicida, perseguido por los pájaros y los recuerdos que me acechan cada mañana escondidos en matorrales, gritando porque termine la memoria y el recuerdo se vuelve azul y gima, rezando a la nada por temor».

Comencé la búsqueda material biográfico que pudiera saciar mis ansías de conocer más en detalle la figura de Leopoldo María Panero. Fue entonces, cuando encontré este documental, dirigido por Jaime Chávarri. Pospuse el visionado de este film en pos de verlo en buenas condiciones, no en mala calidad y descargado vía Torrent.

Han pasado dos años desde que leí, por primera vez, un poema de Leopoldo María Panero, desde entonces mi curiosidad por la figura de LMP no se ha visto mermada, es más, hubo una época en la que me dediqué a ver entrevistas, fragmentos y testimonios relacionados con su figura.

Una figura tan particular, que desde el primer momento, es capaz de causarte un interés fortísimo. Una persona con una biografía muy curiosa: nacido en una familia de poetas, frecuentador de manicomios y cárceles, consumidor de drogas comunes en aquella época y no tan comunes, poseedor de una poesía muy singular y, sobre todo, original. Denominado como el poeta maldito de su generación, sin duda, un poeta digno a seguir, conocer y estudiar.

Respecto a lo que concierne al documental, sin duda es un placer escuchar los testimonios de la familia Panero-Blanc, relatando sus vivencias e idas y venidas. Un documental cargado de tintes biográficos, donde se muestra tanto el reproche como el halago dentro del vínculo familiar.

Un documental imprescindible para conocer más en profundidad a la familia Panero-Blanc, una cita pendiente para todo aquel interesado en esta familia de poetas, y sobre todo, en la figura de Leopoldo María Panero.

Concluiré esta crítica con un poema de LMP:

BRILLO EN LA MANO

Locura es estar ausente
humo es todo lo que queda
de mí en la página que no hay
cae al suelo mi figura
y libre de mí se mueve
el papel de pura ausencia.

YM
YeraiM
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10 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esperaba una película convencional al leer su título y ver de repente un póster que no es nada malo, pero mi perspectiva resultó equivocada al saber que era un docudrama o un documental (no sé muy bien si es una cosa u otra). Y es un docudrama raro, plagado de gente rara de una familia extraña de por si y que no parecía querer cambiar eso. Si te digo la verdad: La historia me resultó literaria, artificial o, como mínimo, como una novela, pero investigando un poco la acabé de creer, con reservas, eso sí.

Dice algo de la extrañeza de la familia Panero el hecho de que ninguno de los tres hijos se casara, ni tuviera descendencia alguna y que los tres hijos varones de Leopoldo Panero, poeta afín al régimen franquista, fueran escritores y alcohólicos como su padre. Sacó una enseñanza de ver a esa familia tan especial: Las personas tienen que relacionarse si no quieren enfermar por propia endogamia. Y quizás mi enseñanza sea algo exagerada (soy andaluz, lo de exagerar va en el ADN), pero encerrarse en la familia y sólo relacionarse con esa, aunque uno sepa que la gente valemos poquito la pena en su mayoría, hace que tu nivel de vida se empobrezca muchísimo.

Menudos tres hijos más extraños tuvo Leopoldo Panero y Felicidad Blanc, y cuanto idolatraba y que bien se explicaba esta mujer que, aún siendo vieja lucía fenomenal, y que convirtió a Leopoldo y a sus hijos en su único mundo. Destaco la de traumas e historias que el simpar Leopoldo Marías, hijo más insigne del poeta, contaba delante de la cámara siempre con un vaso de alcohol en la mano y el comportamiento tan extraño, casi ridículo, de José Moisés "Michi" Panero, en las pocas ocasiones en las que sale. Una familia rara, con problemas psiquiátricos y que le daban al alcohol cosa fina por tener tanto tiempo libre y es que el ser humano necesita ocupaciones y relacionarse con sus semejantes y si no sale gente tan rara como la que nombro. Juan Luis Panero era el más normalito, pero vamos que... Los otros dos eran caso de estudios psiquiátricos. De hecho, lo fueron: El mediano (Leopoldo María), acabó, por voluntad propia, sus días en una institución mental.
axlyerin
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22 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha envejecido mal solo en la forma, porque era una obra muy de su época, pero plantea nuevos problemas eternos que aún están de moda.

Esta película disecciona a uno de los grupos intelectuales más insignes y "ejemplares" del Régimen Franquista, los garcilasistas Leopoldo Panero padre y Luis Rosales, a Juan Panero hijo de la Generación de los 50, y a Leopoldo María Panero que fue un Novísimo.

Todos ellos han caído en un olvido poético por motivos extraliterarios como ellos mismos perciben, víctimas de haberse adscrito a unos valores tradicionales pero con autocrítica que ellos alientan y fustigan desde el psicoanálisis a la modernidad de la Escuela de Frankfurt.

La historia de la familia Panero tiene tristemente diversos dramas: maltratos del padre a la madre, impotencia por no poder mantener el status de clase, problemas mentales, homosexualidad durante el franquismo, algo de drogas y alcoholismo, y el carácter diletante de sus miembros.

Aunque en su momento quisiera representar el Desencanto del franquismo y de los valores "tradicionales" de un familia ejemplar del Régimen, hoy representa lo contrario, a una familia de poetas decadentes que quieren destacar a toda costa y que viven al margen de la realidad común del trabajo y de la sociedad.

Como son 97 minutos de diálogos sobre el sacrificio de la literatura, con música de Schubert de cámara, y blanco y negro.

Además hay muchas referencias literarias arbitrarias para presumir de cultos a la violeta. Desde que entra en acción con su voz como gangosa y algo engolada de Leopoldo María hijo, el Novísimo, vemos que va a ser una especie de confesión de supuestos Genios de la poesía sobre su vida y la Vida en general.

Con la muerte de Franco hacían falta documentales que reflejaran(a veces injustamente) no solo una "destrucción artística" de los valores del franquismo, sino de los valores ultracatólicos y familiares. Aquí se expone la familia Panero de uno de los poetas Garcilasistas que sin quererlo fue uno de los poetas "oficiales" del Régimen.

El poeta padre Leopoldo Panero "pegaba" a su esposa, mientras defendía en sus versos frente a Pablo Neruda los valores humanísticos españoles de la Conquista de América, y que le barrió todas sus amistades "de clase alta de Madrid" de antes de casarse, (el padre al llevar 14 años muerto es el único que no puede dar la matraca quejándose), y era un hombre difícil encerrado en el ambiente rural y cerrado de León.

La madre Felicidad al ver a su hijo en la cárcel por comunista lo ingresa en un Psiquiátrico donde lo traumatizan (en realidad, ya tenía inicios de su esquizofrenia) y los otros dos hermanos son unos niños eternos de papá, amantes de la poesía, aunque físicamente estén en cuerpos de hombre. Solo con oírles su forma de hablar engolada teniendo que decir siempre algo rutilante daban ganas de irse.

Por supuesto, todos actúan oh dioses de la literatura, como unos Genios Supremos que tienen que decir alguna frase célebre, una anécdota polémica para los filólogos de dentro de tres siglos o sus complicidades literarias.

Luis Rosales poeta es retratado como el amigo pesado que siempre estaba molestando en medio del matrimonio.

Quitando un par de bellas citas sobre la juventud o la literatura es solo cine de filmoteca-intelectual que narra la vida de unos poetas que saben que serán medio olvidados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfonso Marlowe
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29 de marzo de 2011
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y como en cualquier desequilibrio emocional y mental, la agudeza con destellos fructifica.

"cualquier cosa que proviene de la mente de un loco, me interesa", ahora mismo no sé quién apuntilló tan acertadamente la locura.

El documental alcanza cotas elevadísimas de un modo espeluznante, aunque aquí se ven mentes cultivadas, ahorcadas y maneras, creo que hay que diferenciar entre postín o perdigón y recortada o magnum, es decir,Peter Lorre y Bofill Panero, respectivamente, el cartón, la imposta y el cara la galería, y luego los cañones de navarone, el filo del cuchillo, Leopoldo María, que dinamita el documental, y en el cual, tras su primera acometida, sabes que dará la vuelta al ruedo.

Al parecer, el asombroso cruce entre Nino Bravo y un grajo no deseaba aparecer en la cinta, por lo que su incursión avanzado el metraje sabe a gloria bendita, absolutamente abrasador, escupiendo misiles delante de su propia madre, un tipo que no parece alcanzar ni el fondo ni la orilla pero que brilla con su canto a pecho abierto, y que por descontado, es lo mejor del documental.

Como cabe esperar, esto no es apto para todos, seguramente, más de uno, creerá encontrar a unos repipis malcriados e inadaptados con los bolsillos llenos balbuceando, creyéndose importantes y enumerando imbecilidades, yo, sin embargo, he conectado con esa cárcel de silencio y pesadillas, que llega a ser escalofriante por momentos, tremebunda, sobre todo, cuando Nino Bravo, agita el cielo y el infierno con sus alas malheridas.

Y quiero más, por lo que parece, hay una segunda parte, que puede derribar mi habitáculo de nuevo.
Necesito mas Nino Bravo a toda costa.

Se despide desde la celda 211.

El calzones, observando perplejo a Javier Gurruchaga untado en excrementos, balanceándose sobre un caballito de madera, mientras arroja tenedores homenajeando a Jet Li, que parecen morir en la posaderas de Pérez Lasa, que de un modo impensable cuelga del cuello en pelotas, atado con un nudo marinero de los barrotes de la única ventana de la celda.
Killer_Wolf
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