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La boda de Rachel

Drama Kym (Anne Hathaway) es una ex-modelo que regresa a su casa para asistir a la boda de su hermana Rachel (Rosemarie DeWitt). A pesar de su juventud, Kym tiene un largo historial de crisis personales, conflictos familiares y largas estancias en clínicas de rehabilitación. La boda de Rachel parece la ocasión perfecta para limar asperezas con sus padres y el resto de la familia. Sin embargo, lo que prometía ser un fin de semana festivo acaba ... [+]
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Críticas 46
Críticas ordenadas por utilidad
8 de abril de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Densa, compleja, plagada de cargas de profundidad, filmada como si fuese un libro y no cine, la cámara radiografía el alma de unos personajes interpretados de manera exquisita, perfora su coraza superficial y nos enseña el color interior en plenitud, desnudo, con la rabia carente de pudor.
No estoy de acuerdo con los especialistas, éste es un Jonathan Demme en plena forma, ante una obra muy madura que es básicamente un drama pero tambien es comedia y por supuesto documento. Un documento coral sobre la condición humana, en el que a diferencia del cine francés en general, que suele jugar a exhibir problemática burguesa de la que no participo, pues me parece banal y distante, aquí entro al trapo, a pesar de que me están hablando de unos seres alejados de mi forma de vida, individuos que me importarían un bledo en su mayor parte y sin embargo Demme me engancha, atrapa mi atención y veo cercanas y plenamente factibles, situaciones y momentos que de otra manera me parecerían ridículos, estúpidos y sin interés. Además, Anne Hathaway constituye un hilo conductor fantástico, ella nos lleva y nos saca de la película. Con un personaje oscuro, difícil, intenso.

Sin embargo la película no quiere caer en el tópico de mostrar los sucesos desde la simple óptica de un personaje, la lente que utiliza no diría yo que sea neutral, pero sí que está ligeramente elevada y sabe perfectamente a donde tiene que ir cada movimiento de cámara, cada primer plano. Es plenamente consciente de lo que muestra y cómo lo muestra.

Jonathan Demme nos habla de sí mismo de manera indirecta con esta obra. Nos cuenta su dureza analítica, su deseo y búsqueda inapelable del sinsentido humano, nos habla del encanto que tiene el ridículo, pero despues de todo, tras habernos enseñado la crudeza interior que llevamos con nosotros, vuelve a señalar al corazón como punto final. Sí, puede que sea blando, o que esperásemos otro desencadenamieto de la historia, mas yo veo ternura, veo esperanza y veo ganas de seguir adelante, que, en definitiva, es la gran clave.
mikinervio
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19 de diciembre de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fiesta de casamiento de Rachel, escrita por Jenny Lumet (la hija de Sydney Lumet), que reune un buen número de parientes y amigos de diferentes orígenes étnicos y cuyas conversaciones son seguidas por una cámara móvil, a veces temblorosa, pero que da la sensación de la variedad de fisonomías y participaciones de un buen número de personajes que no habrá posibilidad de conocer mejor, siendo tal como pasearse por una de esas reuniones, donde la gente se divierte y hay mucha música nada convencional en un hogar de alta clase media en Connecticut. Pero como en muchas películas ya vistas, la reunión de familiares que no conviven puede despertar antiguos problemas y dar origen a dramáticos y dolorosos enfrentamientos que empañan la fiesta. Pues el personaje de Kym (Anne Hathaway), una obsesiva, inestable, paciente en recuperación de una clínica de rehabilitación de la drogadicción, que tiene permiso para el fin de semana con la familia, ingresa en ella como un elefante en un bazar. Y como en todas las películas del género, la carga explota. Excelentemente actuada, descollan las mujeres y el padre de Kym, aquellas por sus actuaciones y éste además por su simpática personalidad.
Leonel
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27 de febrero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una boda es un buen referente para una película. Permite aludir a esa fiesta en la que dos seres esperanzados creen encontrar, por fin, la eterna felicidad. Suele haber música, risas y alegría, abundante comida, largos brindis… y besos y caricias, tiernos y enamorados. Es un instante unificador en el que, dos familias se tornan en una y la felicidad pareciera multiplicarse. En público, saldrán a flote los más gratos recuerdos… y en soledad, brotarán incontenibles los momentos pesarosos que hacen imposible la felicidad completa. Así, las emociones se llenan de altibajos, y entonces se ríe con alegría y con tristeza, se abraza con amor y con dolor, y se canta… quizás para no llorar.

Incontables bodas se han recreado en el cine. “A Wedding”, de Robert Altman, quizás sea el mejor referente de esta película que ha firmado, Jonathan Demme, el afortunado director de, “The Silence of the Lambs” y “Philadelphia”. Ajena a toda suerte de ostentaciones técnicas, todo se centra en los personajes buscando que, la ambientación, apenas cumpla con lo estrictamente necesario para dar una idea locativa, pues, ¡gran lugar el que ocupan aquí los seres humanos!

Abogando por la confraternidad universal, no se ve la menor insinuación a una raza, y todas (estadounidenses, afroamericanos, indios, latinos, orientales…), se entremezclan con esa madurez de quienes entienden que, el color de la piel y las diferentes culturas, no deben ser motivo de rivalidad o confrontación, y al contrario, son manifestación del grato pluralismo y de la enriquecedora diversidad que ofrece nuestro planeta.

Mientras veía ese cálido departir de esos hombres y mujeres de diferentes naciones, pude reafirmarme en ese sentir de desechar las banderas, las ideologías, los fanatismos de toda índole, las religiones excluyentes... y sentí que, por lo único que hay que tomar partido, es por el amor y la verdad... ¡el camino hacia la Unicidad!

Desechar de mi ser, frases como: “Esto es lo mejor o esto es lo peor”, “Mi país es el mejor del mundo”, “Sólo este libro es santo y los demás son diabólicos”, “Únicamente quiero a…”, nos liberará de ataduras, de obstinaciones, de cortedad… y nos hará sentir más libres, consecuentes y pluralistas. Las mentes estrechas sólo gozan de lo pequeño; las mentes amplias acceden a la vastedad del universo.

Anne Hathaway (Kym), Rosemarie DeWitt (Rachel) y Bill Irwin como Paul, el padre de ambas, consiguen unos roles poderosos, llenos de fuerza psicológica y con unos matices que ejemplarizan la relación en conflicto capaz de trascenderlo todo para preservar a la familia.

<<LA BODA DE RACHEL>>, se aproxima mucho a nuestra esencia y a nuestra realidad, y eso la convierte en un documento necesario para conocernos mejor. Y si puedes conectarte con su vigoroso pluralismo, habrás dado un paso adelante en el respeto y en la dignidad.

Título para Latinoamérica: EL CASAMIENTO DE RAQUEL
Luis Guillermo Cardona
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25 de noviembre de 2008
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya conocíamos la fortaleza del trabajo de Demme en historias que construyó hace unos cuantos años y que había olvidado desde su paso al cine de los grandes estudios. El silencio de los corderos supuso un cierto adocenamiento de su cine pero con este sincero film nos vuelve a interesar con una historia de personajes francos, componentes de una familia americana que quiere vivir nuevamente la emoción de un acontecimiento familiar después de un desgarro en la familia y la separación de los padres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ROMAN
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10 de abril de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Rachel Getting Married" entra en mi top ten del año. Le tenía fe a esta película desde que vi los muy buenos comentarios que recibió por parte de la crítica especializada norteamericana. Gracias a Dios, y no me decepcionó.

Un film tumultuoso, conmovedor e incómodamente honesto. El problema en "Rachel Getting Married" (me refiero en la historia) es que a una familia disfuncional le llega, en el fin de semana de la boda, un irritable, insolente y sarcástico 'huracán' llamado Kym. Una chica que ha estado entrando y saliendo de rehabilitación de drogas durante 10 años. Con su llegada, podemos notar que hay toda una larga historia de conflictos y resentimientos familiares. Y mucha competencia por capturar la atención de la familia por parte de la dos hermanas protagonistas. Sobretodo cuando se desestabiliza el centro de gravedad que debería ser la boda de rachel, y el enfoque lo ocupa y opaca Kym.

Anne Hathaway nos otorga una Kym con toda una gama de matices que van desde la ira hasta la fragilidad emocional. Una Kym que puede llegar a ser exarcebada como civilizada. Un desastre caminante. Aquí, Hathaway está lejos de ser princesa o de ser miss simpatía. Una Anne Hathaway (mi favorita en los Oscars) que junto a Rosemarie Dewitt (debió, a mi juicio, ser nominada) trabajan a alto nivel y nos regalan unas magníficas performances. Que no podría decir lo mismo de otros personajes, como por ejemplo de Bill Irwin, cuyos reacciones teatrales son uno de los puntos bajos de la producción.

Jenny Lumet (hija de un conocido) crea un script con un retrato semi-idealizado de la armonía racial multicultural. Un script complejo, pesado, que en ciertos momentos peca de indulgente, pero que en ningún momento olvida a los personajes. Todos tienen su tiempo y espacio. Acompañado de esto, Jonathan Demme firma su mejor película en años, luego de una larga trayectoria realizando documentales. La puesta en escena tuvo que haberle dado dolores de cabeza, a menos que de tanto ensayo hayan recurrido a la improvisación en algunas secuencias. Y en cuanto a cinematografía, destacar la titánica labor de Declan Quinn y su par de camarógrafos, que con camáras digitales de alta definición en mano, se enamoran de los personajes, y los siguen a todos lados. Todo ese acercamiento que realizan es con el fin de darnos esa sensación de familiaridad bastante íntima.

Una historia que podría ser triste pero de una innegable vitalidad; con un final sumamente humano y perfectamente honesto. Un film imperfecto bastante perfecto en la mayoría de sus aspectos.

La boda de Rachel ha sido toda una experiencia absorbente, que hasta tuve ganas de haber asistido.
Calificación:8.5/10
Arkansus
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