El mundo sigue

Acabo de ver "El mundo sigue" en la Filmoteca Española de Madrid, en una versión restaurada, de más de dos horas, y me parece un film tan duro como arriesgado, que retrata las vidas de una serie de personajes que viven en un barrio castizo de Madrid, a partir de una novela de Juan Antonio de Zunzunegui. A través de un enfoque conciso, seco, duro y realista, Fernán-Gómez nos presenta un mundo en el que el bienestar económico, el triunfo en la vida, lo es todo. La familia formada por Eloísa (Lina Canalejas) y Faustino (Fernando Fernán-Gómez) pasa apuros económicos, pero sobre las dificultades objetivas del día a día hay un ambiente mezquino, amoral, relativista, de odios, egoísmos, injusticias, crueldades y locura, que aprisiona a los personajes y les lleva a su perdición...
(Sigo abajo)

Recientemente he descubierto esta estupenda obra, que se ha revelado como la otra gran película de Fernando Fernán-Gómez, junto a "El extraño viaje" (para mí "El viaje a ninguna parte" es buena a secas, no grande). Y ha sido un gran y sorprendente descubrimiento, que no esperaba, pese a su nota media aquí en FA.

Digo sorprendente por ser fuertemente innovadora para su época a nivel narrativo, con una estructura y montaje que no se utilizaban mucho en su momento (al igual que ocurría con la magistral "El extraño viaje"), además de tener un gran valor también por su contenido, claro, razón por la cual es algo desconocida y casi no se exhibió. Puta Censura...

Y es que se trata de un retrato demoledor de la vida cotidiana en la sociedad española durante el franquismo. Ver ésta y la también imprescindible "Plácido", de Berlanga, en programa doble, sería la mejor lección de (intra)historia posible.

Una de esas joyas semiocultas del cine español de la época. A descubrir.

130/27(20/03/09) Impresionante radiografía de la vida de la España en pleno franquismo. Fernán Gómez realiza un maravilloso relato sobre la dura relación entre dos hermanas, una que llega a pasar hambre, casada con un camarero, Faustino (F. Fernan Gómez), adicto al juego, que no se preocupa por sus hijos y la otra una cortesana que se va con el que tenga dinero y cubra sus caprichos, las dos no se pueden ni ver. La historia es un relato duro, que por momentos se hace irrespirable, donde las miserias humanas salen a relucir, donde el dinero toma el protagonismo, siendo el motor de los personajes y las barreras que se están dispuestos a cruzar para conseguirlo. Fernán Gómez dirige con pulso y sin concesiones al sentimentalismo, no cae en la lágrima fácil, ni se decanta por empatizar con personaje alguno, lo cual dota de un realismo portentoso al film. Recomendable a los que gusten de colosales historias secas, ásperas, de personas al límite. Fuerza y honor!!!

Una de las grandes obras maestras de la historia del cine español, realizada por un Fernán Gómez pletórico y letal. Centrada en la historia de dos hermanas bien distintas obsesionadas cada una a su manera con la riqueza y que se profesan un odio eterno (novela de Zunzunegui), estamos ante una agudísima y afiladísima obra acerca de las relaciones humanas y conceptos tales como la envidia, el egoísmo, el individualismo, la caridad, la familia, el matrimonio, la infidelidad, el machismo, en un conjunto que mezcla formidablemente un carácter neorrealista, costumbrista, cercano y coral con un desgarrador, fiero, inconmensurable retrato/fotografía de un momento preciso de unos personajes soberbiamente perfilados y una sociedad que los envuelve y determina.
Impresionante duelo interpretativo entre la buscona, turbadora, caprichosa y tunanta Gemma Cuervo y la fría, seria, envidiosa y sufridora Lina Canalejas, creándose un fantástico melodrama acerca de la situación de la mujer en España.
Espléndido, perfecto guión de Fernán Gómez, que da a la película una fuerza inquebrantable, un aire tremendo, un patetismo amargo y lúcido, una carga sexual intrínseca, sugerida, subyugante.
"El mundo sigue" te rasga y te clava, te daña y te hiere, pero a la vez te vivifica pues es también una poderosa, olímpica metáfora acerca de las apariencias y sus consecuencias, algo muy oportuno en estos tiempos que corren.
Geniales el resto de actores. Imprescindible, una de las mejores películas europeas de todos los tiempos.

Película maldita y mal estrenada por problemas con la censura, los vigilantes morales no la podían permitir por su “nocivo argumento”. “El mundo sigue” es una de las mejores películas del cine español, dirigida por el maestro y polifacético Fernando Fernán Gómez, rescatada y restaurada 50 años después. Una obra maestra, fiel reflejo del fracaso político de la postguerra, espejo de una sociedad y de un realismo punzante. Abordando temas tabúes para la época como: el aborto, la prostitución, la corrupción moral, el odio atroz, la envidia, la miseria, la ludopatía, el machismo y la agresión a las mujeres, temas candentes que la sociedad franquista no podía permitir, ante la idea basada en la importancia de la familia como generadora de valores humanos, además de la denuncia explícita de una doble moral. Con unos monólogos interiores que describen los pensamientos de los personajes, hasta entonces no realizados en el cine español.

Adelantada a su tiempo por lo que cuenta pero también a nivel estético y formal, gracias a una grandiosa puesta en escena, osada y pasional en unos escenarios tanto en paisajes urbanos como interiores, que describen perfectamente aquel tiempo, como era el barrio de Maravillas en Madrid. El cineasta adapta un texto de Juan Antonio De Zunzunegui, un falangista muy crítico con la política de Franco. Narra la desgarrada historia de una familia, centrada en dos hermanas que se odian visceralmente, dos personajes antagónicos e irreconciliables, una es la mujer sufrida y reprimida que no puede salir adelante con tres hijos, víctima de un marido irresponsable y castrada por su educación moral. Y la otra es una mujer hedonista y sin escrúpulos que utiliza a los hombres para su ascenso social.

La sordidez y el pesimismo impera en la dialéctica de conflictos que recorre todo el film, especialmente entre el camarero Faustino (Fernán Gómez) y su esposa Eloisa (Canalejas). Ella eternamente añorante de su coronación como mis Maravillas, reprimiendo sus instintos sexuales, y reprochando a su hermana Luisa (Cuervo) lo que ella desea interiormente pero no se atreve a realizar. Mientras que él, es un ludópata fanático del futbol y las quinielas que arrastra sus penurias económicas para dar de comer a sus hijos. Estructurada de forma coral, goza de un extraordinario casting, donde sobresale, en mi opinión, el de Lina Canalejas, Gemma Cuervo y Milagros Leal, impresionante trabajo.

Una obra perfecta y coherente, no ha concesiones ni rastro de humor (ni siquiera negro) como en otras cintas del maestro, ni idealización, ni de sentimentalismo. No es posible identificarse con ninguno de los personajes, es algo que no permiten ni los que más pena puedan inspirar. Para colmo, su denuncia es tan desesperada como poco enardecedora, no es maniquea, no hay culpables y víctimas claramente distinguibles, no se proponen ni vislumbran soluciones ni remedios. Apenas sigue una línea dramática y a veces parece incluso un documental, sin lirismos ni elipsis, en toda su crudeza, sin miedo ni paliativos, como un drama cotidiano y sin un resquicio para la evasión.