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Charlie y la fábrica de chocolate

Fantástico. Comedia. Infantil Charlie Bucket (Freddie Highmore), un niño muy bueno de una familia muy pobre, gana un concurso para disfrutar de una visita de un día a la gigantesca fábrica de chocolate del excéntrico Willy Wonka (Johnny Depp) y su equipo de Oompa-Loompas. Cuatro niños más de diferentes partes del mundo lo acompañarán a través de un mundo fantástico y mágico lleno de diferentes sabores.
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Críticas 229
Críticas ordenadas por utilidad
25 de noviembre de 2005
143 de 167 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando yo era pequeñajo todavía no existía el Harry Potter (y el Señor de los Anillos sí que existía, pero nos daba igual), de manera que los jovenes empollones de entonces leíamos libros más delgaditos firmados por genios como Gianni Rodari, René Goscinny y Roal Dahl.
Y por supuesto que Dahl era el mejor de todos, más que nada por dos motivos: a) por su greatest hit Las Brujas y b) por ser el padre de Willy Wonka.

¡Pues nadie me negará que Willy Wonka es uno de los villanos más fascinantes y difíciles de olvidar de la literatura infantil!
El muy hijodeputa y neoliberal no sólo hace una restructuración salvaje de su fábrica de gominolas para contratar exclusivamente a immigrantes tercermundistas (que para más inri son enanos, feos e indistinguibles entre ellos) sinó que encima publicita sus productos invitando a sólo cinco niños a visitar su dulce cadena de producción... aunque en realidad lo que les hace es someterlos a personalizados tormentos para vengarse de sus repelentes niñerías y caprichos: el gordito glotón se ve forzado a tragar chocolate hasta casi explotar, la pija consentida es lanzada a la trituradora de basura, etcétera.
Vamos, que Wonka es un cabronazo de cuidado, pero es de esos cabronazos que se ganan la simpatía del público, como Anibal Lecter, el Capitán Nemo o el Marqués de Sade.

¡Y no me digan que no apetece siempre el revivir viejos sueños de la infancia en pantalla grande!
(Aunque habiendo visto ya la entrañable versión cinematográfica de los 70 y habiendo visto el también entrañable aunque innecesario remake de Tim Burton que ahora está en los cines... pues no hay ninguna duda: la mejor adaptación sigue siendo, y con diferencia, el capítulo de Futurama titulado "Fry y la Fábrica de Slurm").

En todo caso, lo más sorprendente del film es la idea de que Burton siga teniendo un prestigio como artista original y creativo, pues básicamente lo que hace es sacar un poco de brillo a los lisérgicos decorados de los 70 (que más que la Fábrica de Chocolate parece la Fábrica de LSD) y actualizar las canciones con un ritmillo más funky.
Y, bueno, al final de la peli el tío también añade un pegote en plan reencuentro familiar entre Wonka y su padre (que quizá es un homenaje a Spielberg y sus famosos pegotes familiares), pero a esas alturas ya me daba todo igual, pues lo único a que aspiraba era a) ver una vez más cómo torturaban a los niños repelentes y b) dejar que la nostalgia llenase de dulzura y colorines mi triste corazón reseco por el paso del tiempo.

Nota: notable.
Listocomics Puntocom
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11 de septiembre de 2005
84 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tim Burton es uno de los genios (cada vez menos incomprendido) del cine norteamericano. Tiene en su haber una joya como "Ed Wood" y dio nacimiento a través de sus personajes a la inolvidable y maravillosa "Pesadilla antes de Navidad".
"Charlie y la fábrica de chocolate" es una muy interesante adaptación de unos de los cuentos más populares en Estados Unidos. Aunque ya existía "Willy Wonka y la fábrica de chocolate" desde 1971, ha quedado bastante desfasada. Sus números musicales ahora son cutres y ridículos. Igual que los oompa lumpas, que ahora solo sirven de inspiración para un disfraz muy friki que pocos comprenderían. Sólo merece la pena de revisar para ver a Gene Wilder actuando como si se hubiera fumado "chocolate" antes de cada toma y la escena psicotrónica del túnel, que muy hábilmente Marilyn Manson homenajearía o parodiaría en uno de sus vídeos clips.
Hablando de Marilyn Manson, Burton pensó en él para interpretar a Willy Wonka y aunque el elegido fue finalmente Johnny Depp se ha basado en Manson para interpretar a tan ilustre personaje de cuento. The box office rules!
De manera sabia, Burton ha dotado a Willy Wonka de un pasado, no demasiado oscuro pero algo traumático: ser hijo de Drácula, Sauroman y del Conde Dooku a la vez es para cortarse las venas; y se ha centrado en el valor de la familia que tanto gusta al público menos exigente y funciona en taquilla.
De nuevo Burton aporta su talento plasmado en los personajes, en los diálogos, en los decorados, en todo.
Lo peor es cae en lo previsible, pero en definitiva el cuento es así: una sucesión de fases sacadas de un videojuego de la Disney. Los números musicales se centran en los oompa lumpas pero acaban por aburrir y no sorprenden como debieran. Todo parece indicar que a Tim Burton le han cortado las alas: con más mala leche y menos toques infantiles estaría mucho mejor. The box office rules!
En fin, una película recomendable para padres consentidores, niños consentidos y sobre todo para fans de Burton.
Maldito Bastardo
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28 de septiembre de 2007
58 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charlie es un chaval flacucho y orejudo que vive en una casa inclinada de colores apagados, con líneas curvas, ángulos agudos y obtusos, paredes húmedas y techumbre destartalada. La opresión se dibuja oportunamente en la cama rebosante de abueletes. Acto seguido, el ambiente de ahogo mostrado contrasta con el brillo, el colorido, la pulcritud y las líneas y ángulos rectos de la fábrica de pasta de dientes donde trabaja el padre. Burton se sirve de la escenografía para retratar a las personas.

Charlie y su familia son humildes, sensibles y tolerantes en un mundo en el que sus cualidades brillan por su ausencia; cada niño agraciado con un pase exclusivo al ignoto parque temático del chocolatero Willy Wonka posee un espíritu pecaminoso: Augustus vive entre salchichas: gula; Veruta vive entre sus acaudalados padres: avaricia; Violet vive entre premios: soberbia; y Mike vive entre videojuegos al estilo de Doom y videoclips de punk rock: ira. Charlie es, por el contrario, inocente: su padre le tapa los oídos cuando el abuelo más deslenguado recita su habitual sarta de improperios; el sonido desaparece y el espectador contempla una escena, literalmente, muda. Esta secuencia, además, acentúa el hecho de que son los padres los responsables de las virtudes y de los desmanes de sus vástagos. Hecho que se reforzará con los flash-backs de la infancia de Wonka.

El exterior de la gran fábrica de chocolate posee un aspecto frío y caótico, cualidades del propio Wonka. Aunque, una vez en su interior, se descubre un abigarramiento que suaviza la frialdad pero potencia el desequilibrio. Desequilibrio maravillosamente significado en el fundido encadenado que da paso al primer flash-back, que deforma la imagen del rostro de Wonka que deviene en monstruoso como el recuerdo de su traumática infancia.

Una puerta diminuta, que recuerda a Alice's adventures in wonderland es la entrada a la fábrica, deudora del país de los juguetes de Le avventure di Pinocchio. Storia di un burattino. Una vez aclaradas las referencias clásicas, el filme se sumerge...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kick'Em Ars
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29 de diciembre de 2005
69 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película empieza bien. Un cuento de Tim, niños y mayores empezamos a relamernos ante el celuloide y no por las tabletas de chocolate sino porque el director nos ha enganchado con sus personajes, su ambientación, su promesa de entrañable película. Estamos ansiosos por entrar en la fábrica y devorar secuencias tal como el gordinflón alemán devora chocolatinas.

Menudo chasco. El director nos roba la magia de cuajo con unos numeros musicales detestables y sumamente ridículos. Con un personaje multiplicado por mil que no encaja ni de coña y con un desarrollo soso e insubstancial. Película tremendamente fallida.
racsovito
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14 de febrero de 2008
31 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deliciosa (y nunca mejor dicho) película ajena a temas tan controvertidos que tanta furia desata entre un pequeño sector del gran público. Con "Charlie y la fábrica de chocolate" no te tendrás que irritar por guerras, ni políticas, ni guión envuelto en un panfleto propagandista. Aquí sólo nos encontraremos con una entrañable historia, con pequeña dosis de moralina infantil, eso sí, pero muy bien perpetrada.

Burton, rey absoluto de la fantasía, vuelve a deleitarnos con su peculiar universo de ensueño. Aunque no tendríamos esta sensación de no ser por Danny Elfman, quién le tiene cogida extraordinariamente la medida a la visión del director.

Los niños en el cine suelen quedar pedantes. Odio ver a niños con frases para adultos. Pero aquí no se da el caso; los chiquillos hacen el papel de chiquillos, destacando al propio Charlie. No se si se haría con la intención, pero a mí me llegó a conmover su circunstancia en sus primeros compases.

Sin duda estamos ante una buena cinta apta para la videoteca personal de cualquier cinéfilo.
Muy recomendable excepto para quienes estén bajo la vigilancia del "Nature House". Imposible disfrutarla sin un surtido de chocolate entre las manos.
JuanCádiz
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