Red Road

Este debut en el largometraje de la oscarizada actriz y directora inglesa Andrea Arnold se puede ver como un film de intriga habida cuenta de que no revela del todo hasta el final sus motivaciones pero es ante todo un drama potente, el discurrir de una mujer obsesionada en acercarse a un ex-convicto con algun tipo de relación pasada que no desvelaremos.
Kate Dickie lleva sobre sí misma el peso de la película, interpreta a una mujer sola que trabaja en una empresa de seguridad observando la ciudad y a la gente, con encuentros sexuales de cuando en cuando pero habitando una rutina post-tragedia insoportable. Se me ocurre decir que "Red Road" es un film de muertos vivientes, de otro tipo claro está, no me refiero a los zombies, es una película de gente, así lo son los dos papeles principales, que tienen que seguir viviendo con una carga enorme en el pasado una nueva vida porque la anterior murió con sus actos y circunstancias. Arnold no alcanza la maestría, la escena inolvidable, el guión perfecto pero si construye un apreciable largometraje con aromas de cine inteligente e independiente, muy propio de un festival (como el de Cannes en este caso). Mueve a la reflexión final y si no mueve más durante el film es por su apuesta por mantener hasta el final el secreto de la trama alargando el suspense, tal vez perdiendo así cierta fuerza dramática. No obstante es "Red Road" una película para seguir creyendo en el poder del cine.

Durante buena parte de la película, Red Road desprende la mosqueante sensación de ser una más de esas películas de autor en las que no pasa casi nada, o por lo menos casi nada interesante.
Una mujer se dedica a controlar un sistema de cámaras de vigilancia, con el que saben lo que pasa en cualquier rincón de la, aquí deprimente, ciudad de Glasgow. Su vida no tiene más alicientes que su trabajo, y un polvo cada dos semanas con un hombre casado. En principio asistimos a todo esto de forma fría y desapasionada, ya que el estilo que Andrea Arnold imprime a la narración es muy distante. Pero, afortunadamente, la película va dando pequeños detalles sobre la protagonista, que nos hacen intuir que tras esa fachada de apatía se esconde un drama. Y justo cuando aparece un segundo personaje cuando el drama se desata.
A partir de ahí la película recupera un pulso que no tenía, y de forma lenta pero intensa nos va mostrando las heridas sin cicatrizar de esta mujer.
De la mano de la estupenda protagonista, Kate Dickie, la directora nos ofrece finalmente un drama mucho mas intenso y emocionante de lo que cabía esperar en un principio, con alguna secuencia de notable intensidad. Excelente en ese sentido resulta la escena de sexo entre los dos protagonistas. También resulta notable la creíble visión que se da del barrio de Glasgow en el que se desarrolla la historia.
Al final, posiblemente, Red Road acaba resultando una película más convencional de lo que a primera vista pudiera parecer, algo de lo que en este caso me alegro.

Jackie, una mujer solitaria de aspecto triste que trabaja observando a través de las cámaras de seguridad el deambular de las personas que transitan por la zona de los Red Road Flats en Glasgow, queda sobresaltada al reconocer a un hombre que acaba de salir de la carcel, y empieza a seguirlo compulsivamente. ¿Qué le hizo ese hombre?

A partir de esta premisa argumental, Andrea Arnold -ganadora del Oscar al mejor corto no animado del 2005 por WASP- se estrena en el terreno del largometraje con una interesante intriga dramática que no nos desvelará el comportamiento de su protagonista hasta el final del relato.

Intenso lienzo de la desoladora existencia de una mujer que vive de las vidas ajenas a través de su trabajo, Red Road es un film duro, seco y honesto que no cae en sensiblerías ni emplea trampas para contar la historia de una mujer atormentada por algo que sucedió tiempo atrás.

Bien dirigida, correctamente filmada y verazmente interpretada, Red Road ganó merecidamente el Premio del Jurado del Festival de Cannes del año 2006.

La vi en versión original subtitulada. Muy fácil de seguir debido a la escasez de diálogos. Es un trabajo fundamentalmente visual. Bastante original en su desarrollo e incluso en el planteamiento; entretenida en las escenas superfluas, las cuales a diferencia de otras, aquí no lastran el resultado.

Kate Dickie, una actriz para mí totalmente desconocida, ejecuta su papel con sutileza necesaria. La trama se desvela por etapas, lo cual mantiene la intriga, mezclando garra, junto a ese pudor temeroso que tan bien se gestiona.

Es una magnífica interpretación de Kate Dickie. La fotografía es muy adecuada con el argumento, y la película no se me hizo lenta, para nada.
A destacar el barrio y sus no colores.
A destacar la no sonrisa de la protagonista.
¿Todo vale para vengarse?