Ámame hasta con las uñas

Hacía mucho que no veía una película del género sentimental por excelencia tan agradable, con mucho encanto y reflexivo recado hacia lo que hoy día se han convertido las relaciones amorosas.

Gran parte de la culpa de todo ello la tienen su trío protagonista, pero sobre todo una Jessie Buckley que sin mucho esfuerzo y en un papel que pareciera hecho a medida es capaz de enamorar al más pintado.

Se ha venido a comparar mucho esta película con otra con la que guarda ciertas semejanzas, aunque yo discrepo en cuanto al resultado, ya que en la referida "The lobster' (Langosta) observamos todo desde un punto de vista mucho más grotesco y fantástico.
En el caso que nos ocupa las situaciones son más cercanas y realistas, sobre todo en el plano puramente sentimental, aunque bien es cierto que para ello se nos introduce en situaciones fuera de toda lógica, pero para llegar hasta un momento en el cual todos nos podríamos reconocer.

Este aspecto último es el que la película sabe aprovechar mejor, por que no es difícil quedar identificado con los hechos en los que nos vemos imbuidos, donde hay que recalcar el papel actoral jugado por su gran protagonista femenina y también por un Riz Ahmed que le sabe ir a la zaga, siendo ambos los baluartes de la gran capacidad de caracterización que la pareja provee a la cinta.

Paso a explicar en expoiler los factores diferenciadores al respecto de la mencionada 'Langosta'.

¿Qué pasaría si una máquina es capaz de medir si dos personas involucradas en una relación están realmente enamoradas? ¿Cómo actuaríamos si el resultado de dicho estudio arroja que solo uno de los dos siente amor por el otro o si no sienten nada ninguna de las partes? De esa interesante idea parte 'Fingernails', que parecería encajar bien como un capítulo de 'Black Mirror', siempre y cuando nos enfoquemos en la premisa de la que parte (la ejecución tiene otro cantar).

La cinta de Christos Nikou se las rebusca para mostrarnos una realidad alternativa en la que el uso de la tecnología ayuda a descubrir la verdad cuando un vínculo da indicios de estar hundido en la rutina y, para ello, aplica correctamente las dosis justas de intriga y entretenimiento.

Para gustos, colores, reza el dicho. Y lo cierto, aquí, radica en que para algunos, este tipo de relatos funcionan mejor cuando tienen más lugar lo impredecible y una pizca de malicia para las situaciones que se exponen.

En 'Fingernails', si bien cada uno de los participantes cumple (Jessie Buckley, Riz Ahmed y Jeremy Allen White son muy buenos artistas), se echa de menos una química más elaborada, que permita conectar con sus interacciones.

5,5 Alancitos Arrancadores de Uñas sobre 10

Molaría que una máquina analizase las uñas y resolviese de forma unívoca nuestras relaciones amorosas. Si solo hay una media naranja en toda nuestra vida, ¿para qué perder el tiempo en amoríos? El caso es que a lo mejor nos quedamos sin uñas de tanto buscar…

La película no me convence pero la idea no está mal. Es del estilo cine independiente que utiliza una premisa de ciencia ficción o fantasía (en este caso tiene un poco de ambas) como contexto para desarrollar algún tipo de drama intimista introspectivo. A mí personalmente me resultan atractivas este tipo de propuestas, incluso cuando no salen del todo bien como en esta ocasión. El problema de la que nos ocupa es que no hay química entre los protagonistas, y esa carencia de conexión en un drama amoroso tira por tierra todo el planteamiento. Una pena.

La temática navega entre enamoramientos. Las personas hacen verdaderas estupideces por encontrar a alguien con quien compartir su vida y mantenerse a su lado. Pueden conformarse, pueden cambiar, pueden forzar una relación abocada al fracaso solo para evadir la soledad… También pueden sabotear una relación perfecta sin razón, luchando contra el sentido común, porque encuentran algo diferente o han entrado en la aburrida rutina.

Una máquina podrá darte un resultado analítico de los sentimientos del corazón, pero el amor es irracional, y contra eso no hay análisis que valga.

Poco desarrollo para lo que podría dar de sí el tema. Al guion le faltan un par de hervores y no nos olvidemos de la falta de vínculos creíbles entre las parejas, entre todas ellas de hecho, principal y secundarias. Jessie Buckley es la única que convence un poco en el reparto. Tiene sus cosillas interesantes pero no da para aprobado.

Dirigida por el cineasta inglés de origen griego Christos Nikou en su segundo largometraje en la gran pantalla acompañado de un reparto encabezado por Jessie Buckley, Riz Ahmed, Jeremy Allen White y Luke Wilson.

Apple nos ofrece una historia de ciencia ficción que nos brinda una mirada singular sobre el amor y todo lo que rodea a tan maravilloso sentimiento. La película nos lleva por un complejo recorrido sobre las parejas y la química en el amor que permite el lucimiento completo de su reparto.

Estamos en presencia de una historia que tiene momentos interesantes dentro de su guion que cumple con siempre mantenernos atentos a lo que está sucediendo, aunque por momentos pareciera que la película se puede quedar estancada en ciertas situaciones, el magistral reparto que tiene a su disposición logra que sigas enganchado a la historia que nos están contando.

El personaje de Anna interpretado de forma sensacional por Jessie Buckley es con quien mejor conectamos en la historia. La actriz nos lleva por todas las fases del amor, enamoramiento y relación de parejas con un personaje cautivador con el cual te puedes sentir identificado en varios momentos. Se complementa de forma maravillosa con Riz Ahmed, quien también se permite jugar con su personaje con el cual por momentos también puedes identificarte.

En cuanto a personajes, la película funciona de muy buena estructura, ya que sus secundarios también dejan buenos momentos y tienen aspectos interesantes como los que brinda Jeremy Allen White.

La propuesta que nos ofrece Fingernails puede sonar ridículo, pero con bastante inteligencia su guion nos invita a reflexionar si tal concepto es más tonto que las aplicaciones o los algoritmos que ayudan en la búsqueda del amor o citas que constantemente muchos ideamos para satisfacer necesidades de encontrar aquella otra mitad. Aquí su guion hace eco de aquello y nos plantea una historia llevada al extremo con el tema de las uñas, pero que en el concepto macro invita a reflexionar cuan presionado estamos por encontrar a la persona ideal más que disfrutar del concepto amplio del amor o enamorarse.

La dirección de Nikou es un gran pilar para que entremos en el drama del concepto que nos está ofreciendo su guion. Con la ayuda de Marcell Rév quien de forma inteligente retrata en su fotografía un paisaje urbano homogeneizado, pero aún no deshumanizado, con el cual uno siente que estamos en ese otoño triste y frío, con colores suaves que nos llevan al habitual entorno de aquellos dramas independientes románticos que nos llegan generalmente.

Es una película inteligente que sabe ocupar todos esos conceptos que definen el amor de forma grata y algo humorística en ciertos momentos donde el uso de ese humor negro está latente, pero que define un poco ese darnos una camuflada comedia romántica envuelta en la ciencia ficción que plantea.

Hacer eco de música cantando en francés, que todo transcurra en el instituto del amor o que el sonido de la lluvia sea el complemento a todo, es un punto inteligente de como su director nos ofrece una propuesta perfectamente calculada en todo su concepto macro.

El resultado es encontrarnos con una buena y agradable película con la que puedes conectar con mayor o menor facilidad, pero que tiene un reparto de lujo donde te llevan por un hermoso recorrido del amor y todas las fases del enamoramiento y el desamor.

Tiene momentos más altos y otros más bajos, pero en general es una grata película a la cual se le debe dar una oportunidad para aquellos que buscan algo de ese cine de autor en el concepto del amor.

Existe un buen elenco de actores que resuelven con eficacia su trabajo. Debo reconocer que resulta un tanto dispersa, aunque su director Christos Nikou, retoma con eficacia un cine donde se interiorizan sentimientos; algo bastante alejado de las producciones en los últimos años.

Se ofrece, precisa y emocionada, cuidando a sus personajes delicadamente para que esas sensaciones e inquietudes atrapen.