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Papicha

Drama Argelia, años 90. Nedjma, de 18 años, estudiante alojada en la ciudad universitaria de Argel, sueña con convertirse en estilista y se niega a que los trágicos sucesos de la guerra civil argelina le impidan llevar una vida normal y salir por la noche con su amiga Wassila. Al caer la noche, se escurre entre las redes del alambrado de la ciudad con sus mejores amigas para acudir a la discoteca donde vende sus creaciones a las ‘papichas’, ... [+]
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
25 de octubre de 2019
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los sucesos políticos en el último decenio del siglo pasado, llevaron a Argelia a un retroceso en las libertades que tanto costaron conseguir en su proceso de independencia de Francia. Una encubierta guerra civil en la que la población civil era el objetivo de las facciones más fundamentalistas, causó una gran cantidad de amenazas, atentados y ataques a centros de educación o reuniones donde las mujeres eran protagonistas.
En esta irrespirable atmósfera se desarrolla la vida de Nedjma y sus amigas, universitarias irreductibles, porque contra el miedo el único arma eficaz es la huida hacia adelante.

Cada metro de conquista ha supuesto para las mujeres muchos años de lucha y sacrificio, como para dejar que en nombre de una religión se las niegue la toma de decisiones. Nuestra joven argelina (papicha) se niega a las castrantes imposiciones de los intérpretes radicales del Corán, que intentan sembrar el terror para conseguir sus objetivos. A pesar de su corta edad sabe que para combatir el horror, que algunos ven inevitable e invencible, hay que actuar como si nada estuviera pasando. Eso es lo que ellos quieren, piensa, que nos quedemos paralizadas, y decide ignorar a los ideólogos represores y a sus cobardes secuaces, enfureciéndolos hasta el paroxismo; y sigue bailando, riendo y ocupándose de lo que más le apasiona: diseñar vestidos, vertiendo en ellos toda la imaginación.

Como no podía ser de otra manera es una mujer (Mounia Meddour), directora novel, la que comanda este proyecto reivindicativo y esperanzador, con valentía y convencimiento y es tan respetable este empeño que analizar otros aspectos cinematográficos, aquí y ahora, estaría fuera de lugar. Lo que importa es el mensaje.
Sinhué
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6 de diciembre de 2019
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Papicha refleja de manera magistral la realidad que se vive en muchos países islámicos, países en los que las mujeres no gozan de todos los derechos y libertades.

Una película valiente, en la que la directora nos muestra lo dura que puede llegar a ser esa realidad.

Y una película que te llega dentro, sin ambages, cruda, directa. Te hará sentir rabia, pues no esconde el dolor. Ni las injusticias. Al contrario, te los muestra. Pero la historia de estas chicas debe invitar a la reflexión. En pleno siglo XXI la historia de Papicha debería ser parte del pasado. Y no es así. Por eso precisamente es necesario este tipo de cine. Cine que denuncie injusticias. Cine de altura.

Premio Jurado Joven Festival Internacional de Cine de Cartagena.

Necesaria y contada magistralmente.
Durga
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9 de agosto de 2020
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mundo del arte, y en concreto, el mundo del cine, destapó apenas hace unos años el acoso a las mujeres que dió origen al movimiento"Me too" y que recordó en nuestro primer mundo que todavía no estaba todo hecho en cuanto a la reivindicación de los derechos de las mujeres. Sin embargo, el cine como producto ha sido siempre una celosía desde la que se han dejado ver las pequeñas y grandes injusticias que rodean a la condición femenina, y que tienen en la cultura islámica radical una de las realidades actuales más vergonzantes.
Hace poco, comentando la serie El cuento de la criada, alguien me dijo que es una distopía que está presente hoy en algunas partes del mundo. Pues bien, Papicha, vista en la sala del cine por una madre soltera de España con su hija de 14 años, es casi ciencia ficción. Y, sin embargo, en Argelia, a menos de un centímetro en un mapa de escala media, hay alambradas que coartan las ansias de volar de las mujeres, en esas jaulas que quieren almohadillar con cánticos sobre la protección, la paz y la maternidad disfrutada. Pues las jóvenes mujeres de esta película, y las no tan jóvenes representadas por la madre, reniegan del bromuro que les ofrecen para edulcorar sus vidas y quieren pincharse y volar.
¿Qué hace distinta a esta ópera prima? Que no es una historia oscura, ni triste, ni moralista,... Desborda la alegría de los 18 años, con unos personajes que ríen y lloran como sólo se puede hacer a esa edad. Lyna Khoudri, la protagonista, tiene mucho que ver, por su capacidad para transmitir inconformismo y ganas de vivir. También, el mimo y la capacidad de crear belleza de la directora, Mounia Meddour, que entona un cántico de amor incondicional a una tierra, el norte de África, que llena la pantalla de luz dorada y de música. No se pretende desacreditar una cultura, sino salvarla. "¡Viva Argelia!"-gritan.
Y, como no, es una película que debería incluirse a partir de ahora en los estudios de moda. Si alguien dudaba que también hay arte y creatividad en esa industria, que revisen los fotogramas de esta película donde una joven acaricia una tela, o la pliega sobre un cuerpo. Pura poesía, música, pintura. Puro arte.
Lizzypride
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10 de enero de 2020
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se percibe mucha pasión puesta en esta película. Hay ganas de gritar, de contar al mundo lo que está pasando, de decir basta. Son los años 90, el mundo occidental avanza y comienza su globalización mientras que en Argelia los efectos de una guerra civil político-religiosa amenazan con el retorno de la oscuridad del fundamentalismo islámico, lo que es rechazado de plano por un sector de la población que sólo quiere mirar hacia el futuro: las "Papichas", el nombre que se utiliza para refererise a las jóvenes argelinas, divertidas, liberadas y dinámicas.

Aunque un fin tan hermoso y loable como éste no justifica unos medios cinematográficos tan justitos, sobre todo la cantidad de trompicones narrativos que entorpecen la fluidez de la película, algunos diálogos demasiado extensos y superficiales, y muchas lagunas al describir lo que está pasando alrededor de los protagonistas, sobre todo para los espectadores occidentales no conocedores del entorno sociopolítico, fundamental para conocer y comprender algunas decisiones importantes para la trama. Nada que decir sobre las buenas actuaciones del gran reparto femenino, son las que consiguen transmitir esa rabia contenida, que bien gestionada hubiera convertido a la película en todo un estandarte de la lucha por la libertades del hombre en general, y de la mujer en particular.

Lo mejor: El prometedor arranque de la película, con una bonita secuencia que introduce de lleno al espectador en la película.

Lo peor: Dar por supuesto que el espectador conoce la situación de Argelia en los años 90.

www.aluCINEando.com
aluCINEando
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20 de febrero de 2020
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Argel, años 90. El auge del islamismo radical y los actos violentos de varios grupos armados llevan a Argelia a una larga guerra civil. Dedjma, una joven estudiante, debe sortear los peligros del día a día en la capital, para cumplir su sueño de ser diseñadora de moda.

Con esta bonita pero dura historia, Mounia Meddour debuta como directora de largometrajes, tras rodar varios documentales y el corto «Edwige«. De nacionalidad argelina, aunque nacida en Moscú y con estudios en Francia, Meddour decide arriesgarse y contar una historia centrada en una de las peores épocas de su país. A primera vista, el islamismo parece el telón de fondo de la aventuras de sus protagonistas, pero conforme avanza la cinta, se transforma en un personaje más. Meddour nos transmite de forma magistral el miedo y la impotencia de los habitantes de Argel en aquellos años, especialmente la mujeres, a través de Dedjma (Lyna Khoudri), una incansable feminista en eterna lucha. La historia también tiene muchos momentos divertidos, que sirven para rebajar la tensión y hacernos empatizar con los personajes.

Las 4 actrices principales (Lyna Khoudri, Shirine Boutella, Amira Hilda Douaouda, Zahra Manel Doumandji) llevan el peso de la película, arropadas por unos cuantos secundarios de lujo. Gran trabajo de casting.

Un gran trabajo de fotografía, una buena documentación, buenos y creíbles escenarios, y una gran banda sonora, hacen de esta ópera prima una de las mejores películas que he visto en los últimos meses.

https://concdecultura.com/2020/02/04/resena-cine-papicha-suenos-de-libertad/
ultimate_rondador
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