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El estrangulador de Rillington Place

Intriga En el Londres de la posguerra una joven pareja y su bebé encuentran un hogar en el número 10 de Rillington Place, una preciosa vivienda cuyo inquilino del piso inferior, John Reginald Christie, resulta de lo más inquietante. Lo que desconocen ambos es su violento historial de asesinatos en serie de mujeres mediante gas y sus posteriores actos necrófilos, impulsos criminales que Beryl acabará reavivando en su mente. (FILMAFFINITY)
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Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
3 de diciembre de 2007
40 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El estrangulador de Rillington Place" es una película basada en hechos reales que trata sobre los crímenes llevados a cabo por Reginald Christie, un estrangulador en serie que enterraba a sus víctimas en su propia casa. Dirigida por el también autor de "El estrangulador de Boston", Richard Fleischer, su visionado resulta una experiencia angustiosa y vibrante, en gran parte gracias al recital interpretativo de Richard Attenborough en el papel de asesino. Y al contrario que la mayoría de las películas sobre psicópatas modernos, la obra de Fleischer no abunda en los detalles morbosos sino que ofrece un acertado estudio de personajes y situaciones, una ambientación realista y una encomiable huida del efectismo. Recomendable tanto para aquellos que busquen emociones fuertes como para amantes del cine clásico.
Neathara
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7 de abril de 2009
30 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mirada penetrante, una media-sonrisa inquietante y una expresión fría, cuasi glacial son las señas de un personaje que, más que erguirse como una mera herramienta, un simple títere a manos de Fleischer para desgranar una historia que parecía estar trazada a modo intriga, pero no lo está, posee los suficientes recovecos como para que el espectador pueda atisbar algo de la intensa humanización del personaje, y lo vea como algo más que un simple psicópata cuya única meta es cometer impúdicos y reprobables actos con el fin de llegar a un punto, pues aquí, el motivo, la causa, es eludida con enorme acierto para trazar un discurso audaz, sin ataduras de ningún tipo, que esquiva el efectismo tan propio de este tipo de cintas, y se vuelca en lo que podría haber entrañado mayor dificultad, acertando así de pleno, alcanzando geniales cualidades a la altura de pocos.

Además de ello, Fleischer, para llegar al punto deseado, no da ni un sólo rodeo: no inicia su propuesta como un policíaco en clave de thriller para luego pasar al drama desarraigado que nos servirá más tarde, no nos ofrece burdos giros sobre los que desarrollar su film y jugar al despiste con un espectador que en todo momento sabe donde está, y no se le ocurre cortar, lo más mínimo, las posibilidades que "10 Rillington Place" ofrece, huyendo así del huero artificio. De hecho, no se le ocurre ni por un sólo momento: en su primera secuencia, al desnudo, sin irrisorios enmascaros, sin juegos de fuera de campo y sin posibilidad de dar a equívocos, se nos presenta al asesino, in fraganti, en una de sus empresas por terminar con la vida de una apacible mujer de avanzada edad que, además, parece conocerle. Ahora si que no hay excusa.

A partir de ese momento, y desde que un increíble John Hurt que da una réplica bastante buena al estupendo, colosal y brutal Richard Attenborough, que con cada movimiento y cada gesto se come la pantalla como si los demás personajes no tuviesen derecho a coexistir en el relato, se impone una historia cruda y fuera de todo tópico, en la que nada es lo que parece y la trivialidad cinematográfica es desechada en pro de un realismo que le viene como anillo al dedo al film.
Pero mejor todavía es que ese realismo no sea un mero artefacto para contarnos que sí, en efecto, la historia que se nos relata fue real, y vaya más allá para hablarnos sobre la condición de un hombre que, en su absoluta frialdad y aspereza, permanecía escondido y temeroso, esperando el preciso día, la irremediable sentencia, por unos crímenes ante los que siempre tuvo completa conciencia, pero jamás la seguridad de llegar a un punto con toda aquella espiral de gélida crudeza.
Grandine
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23 de febrero de 2006
27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quzás sea una de las mejores peliculas sobre un "psycho-killer". Dotada de grandes virtudes, entre ellas la capacidad de retratar la contradicción que se da en el protagonista de la historia. Me refiero a la dualidad, por lo general típica del psicópata. No sólo Attenborough sino Hurt que también es capaz de mostrar altas dosis de credibilidad.
La atmosfera es, por lo general, bastante angustiosa. Unos decorados sobrios adornan el cuadro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fon
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4 de marzo de 2007
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El segundo estrangulador llevado a la pantalla por Fleischer tras su conocido y magnífico "El estrangulador de Boston". Esta es la historia de Cristie (magnífico Attenborough), un asesino literalmente asqueroso que estrangulaba a sus víctimas con el fin de aprovecharse sexualmente de ellas. Attenborough compone con maestría el personaje, ese asesino impulsivo, execrable, astuto y nada modélico, dentro de una narración sobria y concisa de un Fleischer inspirado, así como de un clima muy logrado, tenso, realista y desamparado. Una película interesantísima y casi a la altura de su predecesora.
kafka
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27 de febrero de 2008
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo dos años después de El estrangulador de Boston, también basada en hechos reales, el mismo director hacer esta otra, según un suceso inglés con reparto británico de gran altura.

Mientras el caso norteamericano tenía suspense, pasión, y mucha carga emocional, y hasta gran espectáculo con un sistema de exhibir situaciones simultáneas, esta vez el material es mucho menos pasional, más frío, a veces exasperante... razón por la cual fue rechazada por el público.

Esta es una película muy distinta. Entre otros motivos por el asunto en sí: el terror que se esconde tras los gestos amables de un buen vecino, narrado con la misma escalofriante austeridad en que sucedieron los hechos. Todo se rueda en interiores más bien sucios, oscuros, de pocas palabras y gestos implacables.

Era algo poco transitado en el cine industrial de entonces, y RF era un tipo muy metido en la industria. Aquí se dice que el peligro puede estar en tu propia casa, y además —el verdadero asunto terrorífico de la película— el sistema no te protege si eres un pobre hombre con todas las apariencias en contra, víctima de crueles prejuicios sociales.

Es algo que sucede hoy en día. En 2003 en España el ministro Acebes del Interior dijo, para justificar la encarcelación de alguien que resultó inocente que "tenía un perfil delincuencial". Algo así de tremendo y absurdo y totalitario no se saldó en España con la pena de muerte porque ya no existía, pero sí en el terrible caso de Rillington Place, una historia tan dura que fue baluarte muchos años en Reino Unido de los enemigos de la pena de muerte... hasta que finalmente se eliminó si mal no recuerdo en 1963.

Attenborough está magistral. Igual que John Hurt, tan joven, en personaje tan difícil, tan desesperado y Judy Geeson: un puñado de actores que trabajan como en el teatro, sin red, expuestos a narrar una de crímenes que atraganta las palomitas.
horacio
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