Negocios de guerra

Para ver esta película lo ideal es hacerlo en versión original, ya que en la versión doblada el acento Turaquistano (¿se llamarán así los habitantes de Turaquistán?) queda bastante mal interpretado, aparte de perder otros matices de la película.
Tras este pequeño inciso, toca comentar la película:
De lo que se habla en War INC no es otra cosa que de acer negocios de algo tan cruel como la guerra. ¿Algo muy lejos de la realidad?
Para nada. En la actualidad se comercializa con temas como el maltrato, asesinatos, etc.
Se fivroliza con estos temas igual que los personajes de la película con la guerra.
War INC es una película de bajo presupuesto bien lograda. Tiene un guión genial acompañado por un reparto excelente, donde destaco el papel principal de John Cusack (así como las pequeñas apariciones de su hermana Joan), una Marisa Tomei acertada y a una Hilary Duff que aparte de mostrar una gran madurez, da carisma a la genial Yonica.
Después de todo lo dicho, solo me queda desearos que veais la película y que la disfruteis.

Una de esas sátiras que no funcionan. Un intento de humor surrealista con intención de crítica social pero que falla al caer demasiado a menudo en el absurdo no gracioso. Comete los mismos fallos que Idiocracia o que (sí, sí) Brazil. No funciona, y aunque tenga alguna salida buena el resultado es un constante quiero y no puedo que da bastante pena.

No nos engañemos: la sátira desbocada, la parodia sin límites, el humor surrealista no está al alcance de cualquiera y mucho menos en el cine. Ni todo el mundo va a hacer el esfuerzo necesario para seguir una película que se salga de lo convencional ni todos los espectadores se van a mostrar comprensivos a la hora de pagar 7 euros para ver un humor tan fino que dudas de su existencia. Así pues, este tipo de obras requiere no estar limitado por los parámetros comerciales (salas, taquilla espectadores) como mi admirada gente de “Muchachada Nui” o haberte hecho previamente un nombre en el mundo del cine como para
que la gente te de una oportunidad, como Tarantino o los hermanos Cohen.

“Negocios de Guerra” se queda fuera de ambas cosas. Pretende dar una visión sarcástica de la invasión y ocupación de Irak por motivos puramente económicos, de la sumisión de los medios de comunicación al control del gobierno americano, de la falta de escrúpulos de las corporaciones comerciales, del borreguismo de una opinión pública manipulada y de tantos otros tópicos conocidos… pero sin dar nombres y apellidos, sólo a base de metáforas. Algunas de ellas son auténticos puntazos y otras, como mínimo, te hacen sonreir y pensar “qué cabrón y qué valiente, porque dentro de EEUU mucha gente te tachará de antipatriota y fuera de EEUU mucha gente no pillará el gag”.

Hasta aquí, todo correcto: actores con gancho, presupuesto más que decente y buenas intenciones… que se quedan en nada cuando a alguno de los responsables le da el típico ataque de pánico y se hace la típica pregunta: “¿Y si la gente no entiende mi humor? ¿Y si me he pasado de sutil?”. Y como buenos cobardes: a) las metáforas sutiles degeneran en sketches tópicos b) los sketches tópicos degeneran en morancadas y c) metemos escenas de acción cutres dentro de una trama. O sea, que sacrificamos el humor por el humor y lo encasillamos en una historia, para que así el espectador no se pierda.

Y como la historia es una cutrez, el resultado final es lo peor que podía salir: una peligrosa combinación de trama muy light y humor absurdo. Demasiado surreal para ser medianamente atractiva y demasiado encorsetada para ser una comedia total. Termina aburriendo y deseando que acabe o que den algo mejor en otra cadena.

Cuando uno ve comedias de este corte no puede dejar de admirar ciertos fogonazos de brillantez, en un guión que cuenta con unos diálogos inteligentes y unos pasajes que en el peor de los casos te hacen alargar los labios hacia un lado; esto se lo debemos a la sarta de comedias tontas que se arruman en las salas cada mes, llenas de estructuras repetidas, lugares comunes y finales que seguramente serán previsibles. Pero, esta película, luego de sorprenderte con su especial atmósfera, aunque artificiosa también atrevida, nos va llevando hacia un final que pareciera ser el resultado de un guionista que tuvo verdaderos problemas de imaginación, y busca en consecuencia, una salida más que fácil rápida; no hay argumento vivo para auspiciar un final que casi lo arruina todo, si no es por nuestra persistente consideración de las cosas interesantes que aparecen con intermitencia, no hay una sola razón para que las comedias deban ser tratadas como compromisos con el papel.

Haría una crítica cinematográfica, pero para ello este subproducto audiovisual debería ser una película. En "Negocios de guerra" el tal Seftel y los decrépitos Cusack brothers (quién los ha visto etc.) han hecho con el cine lo que hizo Bush con Afganistán, y que Lubitsch me perdone (ah, Lubitsch, ¿os acordáis de Lubitsch? Los artistas estos no, ciertamente.)