Lo que me gustó mucho es:

-Lo bien ambientada que está y el trabajo de buena parte de los actores, especialmente el llevado a cabo por la protagonista y por la prostituta portuguesa.

-Algunas escenas, de una ternura maravillosa, sin caer en el empalago: el recién nacido que busca cobijo en la teta de su madre y deja de llorar de estupor y hambre. Y la manada de vacas que cruzan a nado el río Miño con sus terneritas, resuelta con una luz estupenda.

-Y, aunque parezca superficial, la posibilidad de verla en versión original (incluido el portugués), pues subraya la buena ambientación antes mencionada.

Puede parecer increíble que el primer parto se produjera en una casa particular, pero debe saberse que la Isla de Arosa era, precisamente, una isla sin más posibilidad de comunicarse con tierra firme que una embarcación. Hasta 1985 no se inauguró el puente que hoy se emplea. Conocí a un octogenario de la zona que en su juventud trabajó en la isla y me comentó que si había una urgencia estabas listo.