Buena actuación de Jim Carrey, que una vez más demuestra ser apto para registros menos cómicos de los que nos tiene acostumbrados ( como El Show de Truman, Man on the Moon).

Ewan McGregor borda a la perfección su papel, haciendonos partícipes de la historia que están narrando, que lejos de parecer absurda y repetitiva, llega a cuajar en el espectador de una manera casi asombrosa.

En suma, una gran película que juega con dos registros opuestos (comedia y tragedia), saliendo airosa y ofreciéndonos un cóctel que cumple su función tanto para reir como para llorar, aunque todo esto sin excesivos alardes.