Dado el título, podría pensarse que la película hace apología del tabaco, pero no, nada tiene que ver. Quédense los ultras tranquilos. Pero, aún con esto, que nadie visione la peli con niños, que no es adecuada, por el tema y por Carrey.

El niño podría dedicarse a imitar a Jim Carrey. Imagínense qué espanto. Yo prefiero que mi chiquillo sea fumeta a fan del insoportable éste. Porque Carrey, que quede claro, es buen actor. Solvente. No posee un físico desagradable. No tiene nada obvio por lo que ser aborrecido. Sin embargo, es aborrecible, supongo que por su manía de no estarse quieto con la cara, pero aún cuando lo está, sigue siendo aborrecible. Es un tío odioso.

La peli es una inclasificable comedia romántica que nos cuenta las peripecias de un caricaturesco y astuto timador que se enamora de un lindo rubito con nombre de magnate tabaquero.

Divertida, algo transgresora, algo ñoña en ocasiones, impredecible y con un veloz ritmo que se sacrifica al final del metraje para introducir alguna sorpresilla, la peli recuerda a “Atrápame si puedes”, versión loca.

No sé si a los gays les va a gustar… o ya estarán acostumbrados, los pobres.

Lo mejor es Ewan McGregor y las nubes, que son la polla.