Hace tres días que vi la película, pero no me he podido formar una opinión clara de ella. ¿Me ha gustado? Sí. Es decir, no me ha disgustado. ¿Me parece una parida? Un poco. ¿Me parece demasiado larga? También. ¿Me parecen buenas las actuaciones? Rotundamente sí, sobre todo porque Jim Carrey encuentra el modo de hacer sus muecas y contorsiones en un marco no del todo absurdo (recalco lo de "no del todo") y con toques dramáticos. Y Ewan McGregor está, como siempre, sublime.

Como no tengo ganas de devanarme los sesos, diré que si algo falla en esta película es el equilibrio. No se decide, va de un lado a otro dando bandazos. Eso sí, tiene giros que te dejan con la boca abierta, pero a ratos piensas "que se acabe yaaaa". Demasiados altibajos cansan al espectador.

El protagonista es indefinible. Literalmente, no se sabe cómo es ni por qué hace lo que hace. Yo, al menos, no le encuentro explicación, exceptuando un desmesurado afán por agradar a todo el mundo, dejándose (a veces literalmente) el pellejo en ello.

También, y sobre todo, es una historia de amor. Lo más curioso es que, por pirado que esté, nunca dudamos del amor que siente el personaje de Carrey por Phillip Morris. De hecho, creo que todos queremos a Phillip Morris, porque es adorable.

Por lo visto, esto se basa en hechos reales. Yo eso lo cojo con pinzas, pero está más que demostrado que la realidad supera a ficción tantas veces que esto y cosas más locas pasan y han pasado en el mundo. Y seguirán pasando, seguramente.

Una película curiosa que te arrancará carcajadas y bostezos a partes iguales. Tú decides.