Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Alvaro Sanjurjo Toucon:
7
Aventuras Bajo el imperio de Napoleón, François Vidocq, el único hombre que ha conseguido escapar de las más grandes penitenciarías del país, es una leyenda de los bajos fondos parisinos. Dado por muerto tras su última gran evasión, el expresidiario intenta pasar desapercibido tras el disfraz de un simple comerciante. Sin embargo, su pasado lo persigue, y después de ser acusado de un asesinato que no ha cometido, propone un trato al jefe de ... [+]
13 de agosto de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Emperador de Paris (L’Empereur de Paris) Francia 2018. Dir.: Jean-François Richet. Guión: Jean-François Richet y Éric Besnard. Con: Vincent Cassel, Patrick Chesnais, August Diehl, Olga Kurylenko, Freya Mavor.
En la Francia napoleónica, donde conviven partidarios del Imperio comandado por el Gran Corso, monárquicos nostálgicos y revolucionarios que, como lamentablemente ha ocurrido a lo largo y ancho de la Historia Universal, han trastocado ideas socializantes por ambiciones personales, transcurre esta historia de hampones, soldados, políticos, prostitutas profesionales y vocacionales, y otros corruptos.
El protagonista, cuyas andanzas le permiten transitar por todos los estratos sociales, es también magnífico pretexto para un disfrutable despliegue escenográfico y de vestuario, por donde corretean personajes diseñados con gruesos brochazos. Sórdidas cárceles, deslumbrantes palacios y callejuelas de París, que ya albergaban un Arco de Triunfo en construcción, parecen ser lo más sólido –“malgré” algún pequeño anacronismo- de este relato armado en torno a la figura de Vidocq.
Este Vidocq a que apelan los coguionistas Richet y Besnard, fue un personaje real (viejo hampón convertido en primer jefe de la Sureté) que había inspirado anteriormente a plumas ilustres. Victor Hugo lo utiliza como fuente de personajes de “Los miserables” (llevada a la pantalla ya en la primera década del siglo XX, siguiéndole infinitas adaptaciones de los más diversos orígenes), Balzac lo toma para su Vautrin (de especial destaque en títulos de “La comedia humana”),y para E.A. Poe fue modelo de su detective Dupin, sin agotarse lista.
La reconstrucción de este sórdido clima, funciona antes que por la realidad psicológica de quienes por aquí pasan, por el rico despliegue visual en que se asienta un relato por demás convencional. Propio de un cine de gran consumo, que cumple con sus limitados y entretenidos propósitos. Pudiendo decirse lo mismo de un elenco cuyo desempeño no va más allá del estereotipo.
Curiosamente, este cine apolillado en sus formas, superficial en su extracción de elementos anecdóticos de una literatura francesa memorable (Victor Hugo, Honorato de Balzac), atrae por cuanto evoca, antes que por cuanto muestra.
Lo personal fagocita las contradicciones de una época proyectada hacia el presente.
Alvaro Sanjurjo Toucon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow