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Voto de cinefilico:
7
4.6
11,197
Thriller. Drama. Terror
Milo, una estrella del porno ya retirada que vive con su mujer y su hijo, está pasando por apuros económicos. Una cita con una antigua compañera de rodaje, la pornostar Layla, le presenta la oportunidad de trabajar con un tipo llamado Vukmir en su nueva película de porno experimental. Milos acaba aceptando sin saber exactamente lo que va a rodar y acaba sumergido en una tormenta de depravación violencia, snuff, pedofilia, y drogas que ... [+]
29 de marzo de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de empezar quiero declarar mi intención, aunque soy consciente de que me va a costar muchísimo, de realizar una crítica lo menos visceral posible y basándome simplemente en los aspectos observables del film, más allá de los sentimientos encontrados con la película que, he de decir, son muchos y muy variados.
El decir que A Serbian Film es una película gore, es un verdadero insulto a las grandes obras del género, lo que no quita que sea una película provocadora. Sí es cierto, que de alguna manera, este thriller psicológico, está llamado a convertirse en una película de culto, de esas que pasan de vez en cuando en ciclos gafapastiles en algún centro cochambroso con una pantalla de proyección más o menos grande.
Dijo el novel Srdjan Spasojevic, que la película era una metáfora de la guerra civil que tan cruelmente masacró a la población de los balcanes, metáfora que se observa en la primera parte del film y en la segunda es difícil de encontrar. Resulta muy impactante el pensar que es lo que tiene este hombre, que ha vivido en sus propias carnes esa guerra, en la cabeza.
En A Serbian Film, Spasojevic nos cuenta la historia de Milo, un ex-actor porno, la mayor estrella del género que ha tenido Serbia, que en un momento dado decidió casarse y tener un hijo y que actualmente no sabemos de que vive pero queda claro que no anda muy boyante económicamente hablando. Un día, una amiga, antigua compañera de trabajo, le habla de un director con aires de filósofo, que tiene en mente un ambicioso proyecto, con mucho dinero de por medio, y en el que le ofrece ser el protagonista, sin embargo, debe firmar el contrato sin saber absolutamente nada de lo que aparecerá en el film. A partir de ese momento, Milo deberá enfrentarse a los peores momentos de su vida.
El film, que dura poco más de hora y media, es fácilmente divisible en dos partes. La primera, que ocupa la gran parte del film, es también la más filosófica, y posiblemente también la más metafórica, aunque me temo que esta intenciones de metáfora se planteaban en un principio más hacia la segunda parte que resulta fallida. Esta segunda parte, que dura unos 20 minutos, los finales, es la más violenta, en la que Spasojevic se deja llevar por el ritmo y deja ver lo que parece ser cierto intento de estilo propio pero que no termina de cuajar, debido a su amateurismo.
Aun así, es indudable que Spasojevic tiene calidad como director (no tanto como guionista, al menos aún no lo ha demostrado) y debería ser un realizador a seguir porque tiene una fuerza visual fascinante, y un sólido trabajo de dirección de actores. (sigo en spoiler sin spoilear)
El decir que A Serbian Film es una película gore, es un verdadero insulto a las grandes obras del género, lo que no quita que sea una película provocadora. Sí es cierto, que de alguna manera, este thriller psicológico, está llamado a convertirse en una película de culto, de esas que pasan de vez en cuando en ciclos gafapastiles en algún centro cochambroso con una pantalla de proyección más o menos grande.
Dijo el novel Srdjan Spasojevic, que la película era una metáfora de la guerra civil que tan cruelmente masacró a la población de los balcanes, metáfora que se observa en la primera parte del film y en la segunda es difícil de encontrar. Resulta muy impactante el pensar que es lo que tiene este hombre, que ha vivido en sus propias carnes esa guerra, en la cabeza.
En A Serbian Film, Spasojevic nos cuenta la historia de Milo, un ex-actor porno, la mayor estrella del género que ha tenido Serbia, que en un momento dado decidió casarse y tener un hijo y que actualmente no sabemos de que vive pero queda claro que no anda muy boyante económicamente hablando. Un día, una amiga, antigua compañera de trabajo, le habla de un director con aires de filósofo, que tiene en mente un ambicioso proyecto, con mucho dinero de por medio, y en el que le ofrece ser el protagonista, sin embargo, debe firmar el contrato sin saber absolutamente nada de lo que aparecerá en el film. A partir de ese momento, Milo deberá enfrentarse a los peores momentos de su vida.
El film, que dura poco más de hora y media, es fácilmente divisible en dos partes. La primera, que ocupa la gran parte del film, es también la más filosófica, y posiblemente también la más metafórica, aunque me temo que esta intenciones de metáfora se planteaban en un principio más hacia la segunda parte que resulta fallida. Esta segunda parte, que dura unos 20 minutos, los finales, es la más violenta, en la que Spasojevic se deja llevar por el ritmo y deja ver lo que parece ser cierto intento de estilo propio pero que no termina de cuajar, debido a su amateurismo.
Aun así, es indudable que Spasojevic tiene calidad como director (no tanto como guionista, al menos aún no lo ha demostrado) y debería ser un realizador a seguir porque tiene una fuerza visual fascinante, y un sólido trabajo de dirección de actores. (sigo en spoiler sin spoilear)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es también muy interesante el trabajo de fotografía de Nemanja Jovanov, creando una evolución que comienza en la frialdad extrema, y que poco a poco involucra al espectador en un mundo violento y cruel. La película tiene un tercer pilar fundamental, su protagonista, Srdjan Todorovic, un experimentado actor que se funde con su personaje en su culpabilidad y en su locura.
Como decía, Spasojevic, nos adentra poco a poco en la historia de manera lenta pero muy interesante dejando al espectador con ganas de saber más sobre las ambiciones del director hasta llegar a la famosa escena del bebé. Dura sí, pero no por lo que se ve, sino por lo que se intuye. Siendo sinceros, es más duro ver la expresión de la protagonista de la escena. En ese momento, el guión empieza a decaer de manera inversamente proporcional a la calidad del trabajo de fotografía y del protagonista. El cúmulo de flashbacks y las enrevesadas escenas obligan a estar muy pendiente de la película para no perderse entre las fugas no cerradas de la trama, algo que se antoja casi imposible por la violencia de los planos.
Una violencia, que aunque muy provocadora, casi en ningún momento es gratuita y en contadas ocasiones es explicita. Siendo sinceros, Spasojevic se ha cuidado muy mucho de crear unas imágenes muy impactantes, lo suficiente como para acercarte a la arcada, pero lo suficientemente soportables para seguir viéndola hasta el final.
Sin embargo, según va llegando el final de la historia, parece que el director no sabe muy bien que rumbo llevar y lamentablemente, cae en el error de escoger el lado más equivocado posible, y llega un punto, en el que uno está completamente en tensión, luchando por no vomitar y no apartar la vista durante el clímax, y Spasojevic finaliza la escena de una forma tan ridícula, que uno no puede evitar soltar una carcajada, destrozando así toda la ambientación que tan bien había llevado a cabo durante todo el film. Más tarde, el director nos muestra unos minutos de cine mudo al que le llega un final apoteósico en el que uno se piensa perdonarle la cagada anterior, todo es perfecto, incluso es bello, la pantalla se pone en negro, esperas a que aparezcan los títulos de crédito... pero no ocurre, falta una última escena, que dura unos diez segundos y que termina de destrozar un film notable.
Sinceramente, si alguien me preguntase que le recomendase una película, la única que se me vendría a la cabeza es A Serbian Film, sin embargo si alguien me dijese que quiere verla, creo que no solo no intentaría evitarlo sino que incluso le animaría a hacerlo. Se que suena contradictorio pero si alguien está dispuesto a verla, desde mi punto de vista, debería hacerlo sin pensarlo por ser un cine único y arriesgado a sabiendas de que no va a pasar un buen rato haciéndolo.
Un 6,5
Como decía, Spasojevic, nos adentra poco a poco en la historia de manera lenta pero muy interesante dejando al espectador con ganas de saber más sobre las ambiciones del director hasta llegar a la famosa escena del bebé. Dura sí, pero no por lo que se ve, sino por lo que se intuye. Siendo sinceros, es más duro ver la expresión de la protagonista de la escena. En ese momento, el guión empieza a decaer de manera inversamente proporcional a la calidad del trabajo de fotografía y del protagonista. El cúmulo de flashbacks y las enrevesadas escenas obligan a estar muy pendiente de la película para no perderse entre las fugas no cerradas de la trama, algo que se antoja casi imposible por la violencia de los planos.
Una violencia, que aunque muy provocadora, casi en ningún momento es gratuita y en contadas ocasiones es explicita. Siendo sinceros, Spasojevic se ha cuidado muy mucho de crear unas imágenes muy impactantes, lo suficiente como para acercarte a la arcada, pero lo suficientemente soportables para seguir viéndola hasta el final.
Sin embargo, según va llegando el final de la historia, parece que el director no sabe muy bien que rumbo llevar y lamentablemente, cae en el error de escoger el lado más equivocado posible, y llega un punto, en el que uno está completamente en tensión, luchando por no vomitar y no apartar la vista durante el clímax, y Spasojevic finaliza la escena de una forma tan ridícula, que uno no puede evitar soltar una carcajada, destrozando así toda la ambientación que tan bien había llevado a cabo durante todo el film. Más tarde, el director nos muestra unos minutos de cine mudo al que le llega un final apoteósico en el que uno se piensa perdonarle la cagada anterior, todo es perfecto, incluso es bello, la pantalla se pone en negro, esperas a que aparezcan los títulos de crédito... pero no ocurre, falta una última escena, que dura unos diez segundos y que termina de destrozar un film notable.
Sinceramente, si alguien me preguntase que le recomendase una película, la única que se me vendría a la cabeza es A Serbian Film, sin embargo si alguien me dijese que quiere verla, creo que no solo no intentaría evitarlo sino que incluso le animaría a hacerlo. Se que suena contradictorio pero si alguien está dispuesto a verla, desde mi punto de vista, debería hacerlo sin pensarlo por ser un cine único y arriesgado a sabiendas de que no va a pasar un buen rato haciéndolo.
Un 6,5